LA HIJA DEL PRESIDENTE

jueves, 5 de abril de 2012

CAPITULO XXXI.

ASUMIENDO.

Perdonen la tardanza y gracias por seguir pendiente.

Edward Pov.

Debía admitir que la comodidad que sentía al tenerla allí, embrollada a mi cuerpo, era tan agradable, que me sentía en las nubes. Aunque seguía con los ojos cerrados, llevaba despierto aproximadamente una 1 hora. Bella estaba acostada de lado, prácticamente me tenia prisionero a ella. Casi medio cuerpo sobre el mío, yo estaba acostado con la espalda sobre el colchón, y ella tenia una de sus piernas sobre las dos mías, su cabeza en mi pecho, y un brazo aplicándole una llave a mi cintura. Como aquello, mas que molestarme me fascinaba, me quede allí, inmóvil, acariciando la piel suave de su espala y dejándome embargar por el aroma de su pelo, el cual estaba esparcido por toda mi espalda. Juro, que daría mi vida a cambio, por quedarme allí todo el tiempo. Ella a veces se removía un poco, y lo que lograba era frotar un poco su entrepierna con el lateral de mi muslo, provocando que mis ojos se cerraran más fuertemente, cada vez que lo hacía. Bella parecía tan profundamente dormida, que me daba pereza despertarla. Mi celular, que estaba en una mesita apartada de la mesa sonó tan duro, que temí que la despertara. Fue un caos salirme de los brazos de Bella, cuando lo logré por fin, me salí de la cama y la miré, sonriéndome solo, al ver que quedó igual de dormida que antes. Es que ni se removió. Fruncí el ceño al notarla tan profundamente dormida.

Mi teléfono volvió a sonar, haciendo que apartara mi mirada de Bella y mirara al jodido aparato, que parecía sonar hoy, mas alto que nunca. Fui y tomé el aparato, contesté sin siquiera fijarme en quien me llamaba.

_ ¿Si?... -dije susurrando, sin apartar la mirada de Bella a lo lejos, creo que hubiese encendido un Ipol a todo volumen e igual, ella no despertaría-.
_ Edward… ¿en donde rayos estás, hermano?...
_ ¿Qué quieres, Jasper?...
_ Tienes que venir… y trae a Isabella de inmediato… -fruncí el ceño, ya que a Jasper le conocía como la palma de mis manos y era evidente que estaba sumamente nervioso-. Muévete, antes de que la envíen a buscar a casa de Alice…

Aquello me puso en alerta.

_ ¿Qué es lo que pasa?...
_ Emmet no ha querido llamarte… yo lo estoy haciendo sin su conocimiento… Bella se meterá en problemas si cuando manden por ella a casa de Alice, no la encuentran… a ella que llame a Alice… mierda, Edward debes de moverte… las cosas no están bien en la Casa Blanca…
_ ¡¿Qué mierda es lo que pasa?!... -gruñí más alto y le di la espalda a la cama-.
_ No puedo hablarte ahora, solo por primera vez en mi vida, te suplico que “me hagas caso” y de donde quieras que estés, te salgas y arranca para la casa blanca…     

 Jasper me cerró el teléfono, dejándome de una sola pieza, en un estado de shock, que no pude reponerme por unos minutos. Aquellas palabras se repitieron en mi subconsciente:

Tienes que venir… y trae a Isabella de inmediato… Emmet no ha querido llamarte… yo lo estoy haciendo sin su conocimiento… mierda, Edward debes de moverte… las cosas no están bien en la Casa Blanca… No puedo hablarte ahora, solo por primera vez en mi vida, te suplico que “me hagas caso” y de donde quieras que estés, salte y arranca para la casa blanca…”  aquellas palabras me hicieron reaccionar, buscando las ropas que estaban esparcidas por el suelo de toda la habitación. Rápidamente me puse los boxers, y me senté en la cama. Si no era porque su pecho, se movía por la respiración, juraría que estaba muerta. 

_ Bella… -dije mientras le acariciaba suavemente la mejilla, con los nudillos de mis dedos de la mano derecha, le susurraba para no sobresaltarla-. Amor… debes levantarte…

 La observé dormir tan profundamente, que me dio flojera seguir insistiendo.

 Bella Pov.
Me removí en la suave cama mientras que con los ojos cerrados buscaba su calor. Al sentir mi lado derecho, sumamente frío, abrí los ojos, lo hice despacio, ya que me sentía algo aturdida y agarrotada. Al ver la cama vacía, hecha un desastre, ya que estaba envuelta en las sabanas, fruncí el ceño al no ver a Edward a mi lado. Me restregué los ojos, obligándolos a que se abrieran por completo, mientras me cubría con la sabana y me ponía de pies.

 _ ¿Edward?... -le llamé mientras giraba mi rostro, observando aquella habitación inmensa y completamente sola, fruncí el ceño más aun-. ¿Edward?... -le llamé nuevamente, mientras arrastraba mis pies hacia el baño, me cubrí con la sabana, ya que debajo de ella estaba mi cuerpo completamente desnudo-.

 Observé el baño. El cual estaba abierto y allí empecé a preocuparme. ¿En donde rayos se había metido Edward?. Salí nuevamente a la habitación. Y allí me fijé en un papel en blanco que estaba debajo de mi celular, en la mesita de noche. Fui y lo tomé. La letra de Edward estaba en él.

 “Princesa, espero que no despiertes antes de que haya llegado. Pero igual si lo haces, quiero que sepas que fui a casa a cambiarme, Jasper llamó muy temprano y me preocupó demasiado, aparentemente las cosas no están bien en la Casa Blanca y debemos ir de inmediato, no me valió intentar despertarte, parecías de piedra. Supuse que no debía regresar a la Casa Blanca con la misma ropa de ayer, por eso he decidido llegar a casa un momento a cambiarme, si despiertas ganemos tiempo y prepárate, estaré contigo en minutos. Debemos regresar de inmediato a la Casa Blanca… TE AMO”.


_ Las cosas no están bien en la Casa Blanca… -bufé, eso no era nada nuevo-.      
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En minutos me había cambiado con la ropa que llevaba en el bulto.

El sueño se había ido por completo. Estaba en la habitación, peinándome frente al espejo, cuando escuché el sonido del ascensor y la puerta abrirse, me giré para verlo entrar a la habitación, estaba vestido de manera formal. Una sonrisa involuntaria se dibujó en mis labios con solo verlo.

Él, al verme también me sonrió. Moría por este hombre. Mis manos, dejaron el cepillo sobre el buró y mis pies de manera involuntaria se movieron hacia él, corriendo un poco para acortar más rápido, el espacio que nos separaba. Al llegar a él, me aventé a su cuerpo y lo abracé, abrazo que Edward respondió de manera reciprocaba, a la vez que dejaba salir una carcajada hermosa. Yo lo abrasé fuertemente. Rodé con mis manos su cuello y él sin dejar de reírse bajó su cabeza colocándola entre mi cuello y mi hombro, sus manos rodearon mi cintura y me acercó más a su cuerpo. Su aroma era exquisito.

_ Humm… ¿me extrañaste tanto?... -dijo burlonamente y mi respuesta fue apegarme mas a su cuerpo y abrazarlo mas fuerte-. Te amo… -me susurró y eso provocó que mi cuerpo se estremeciera-.

Yo aparté un poco mi rostro, cosa que Edward aprovechó para inclinar su rostro y besar mis labios. 
Besar a Edward era tan adictivo. Tan satisfactorio para mí. Sus labios eran tan suaves, tan dulces, que de ser por mí, no me apartaría de ellos ni un solo momento. Me encantaban. Edward me besaba tan suavemente, que me ví en la obligación de tratar de profundizar el beso. En la primera ocasión que Edward abrió sus labio, para besarme, introduje suavemente mi lengua en su boca, sentí que Edward quien tenia sus manos entrelazadas justo en mi coxis, me apretó mas a su cuerpo, bajando un poco su espalda, para provocar que nuestras entrepiernas quedaran adheridas la una a la otra, eso al mismo tiempo que con su lengua acariciaba a la mía, provocando con ello que no solo saliera un jadeo de mis labios, si no que unas extrañas maripositas corrieran por todo mi estómago, haciendo que la sensación provocara una corriente en todo mi cuerpo, una corriente de deseo que se instaló en mi centro, ardiendo como el fuego y provocando que las articulaciones de mi cuerpo cedieran un poco. La sensación que estaba recibiendo mi cuerpo era algo extraña para mí. Es cierto que a Edward siempre lo deseaba, pero era como si… ¿Cómo podía explicármelo yo misma?... como si… el deseo se hubiera multiplicado por 100 y demandara la necesidad de querer mas de él… aferré mas mis puños a sus cabellos, haciendo que su cabeza se inclinara mas a mí, y allí sin tener que empinarme para alcanzarlo, me permití devorar sus labios. Waooaw, hoy estaban mas adictivos que nunca, por lo que no me detenía ni a tomar aire, es que tampoco lo necesitaba, sabía que Edward debía estar esforzándose para llevarme el ritmo. Fui yo quien moví un poco mi cadera, provocando que nuestras partes íntimas se friccionaran y al hacerlo, yo jadeé por el hecho de obtener un poco de lo que estaba necesitando. Noté que Edward dudó un poco, por lo que bajé mis manos de sus cabellos y la llevé a su pecho, y empecé a empujarlo suavemente hacia atrás. Eso sin dejar de besarlo. Sentí que su espalda chocó suavemente contra una pared.

_ Be…l..la.. -dijo siguiendo mi ritmo de besar-. Para…

¿Parar?... primero muerta.

Aparté mis labios de los suyos, pero no así de su piel. Ya que seguí besando su mejilla. Con los labios abiertos, besé su barbilla, bajé a su cuello y mis labios anduvieron por allí, miré hacia arriba mientras le besaba la clavícula, y él tenía los ojos cerrados. Mis manos temblaban un poco por la ansiedad, y mi corazón amenazaba por salir de mi pecho, no me detuve, ya que sabía que todo se iba a calmar, cuando lo sintiera dentro de mí. Y así fue como mis manos temblorosas fueron hasta su cinturón, rápidamente saqué su camisa de adentro del pantalón, y cuando traté de quitarle la chaqueta que traía puesta, vi que me abarcó ambas muñecas con sus manos, yo paré de besarlo y busqué su mirada, sus ojos estaban oscurecidos y su rostro contrariado. Ambos nos miramos a los ojos.

_ No hagas esto… -dijo, su voz estaba ronca y mi centro humedecido vibraba por la necesidad-. Debemos irnos… no se si leíste la nota, pero Jasper me llam…

 Lo interrumpí besándolo nuevamente, y siiii, sabía que era débil a mis labios, porque veía como no podía hacer resistencia a ellos. Aproveché que me besó, para mientras lo hacia, tomar mis manos las cuales él ya había soltado y las llevé a su cinturón, fui lo mas rápida que pude, gracias a dios, que estaba tan necesitada ¿o solo se trataba de que me estaba haciendo toda una experta?. Rápidamente lo solté y bajé el cierre, yo misma tomé la cinturilla del pantalón asegurando con el agarre que también estuviera la de los boxer, (si, sabía que luego me avergonzaría de esto) y rápidamente los bajé lo necesario. Y en cuestión se segundos solté los labios de Edward y me agaché frente a él. Fijando mi mirada en la maldita erección que tenía frente a mí. Rayos!... deseaba tanto llevarla a mi boca y sin pensármelo, ni mirar a Edward, la tomé con una de mis manos, abarcando lo mas que pude su miembro y luego moví la mano, para con una caricia, llevarla a la base. Escuché el jadeo que soltó Edward, pero seguí sin mirarlo, solo miraba aquello que estaba a punto de llevar a mis labios, los humedecí y allí fui.

 Edward Pov.

Nunca antes la había visto de esta manera, tan caliente, tan necesitada. Es que en sus ojos estaba reflejada la lujuria, cosa que había logrado prenderme a mí también de manera rápida. Esta niña iba a ser mi perdición. Estaba sonrojada al extremo, sus labios enrojecidos y algo irritados, por la forma en que nos habíamos estado besando y sus manos temblaban levemente. Ella quería aquello y yo se lo iba a dar. Cuando sentí que su mano abarcó mi miembro justo en la punta, la cual estaba humedecida, cerré los ojos, echando la cabeza hacia atrás, mientras mordía fuertemente mis labios y contenía el aire, pero cuando ella con una caricia hacia atrás llegó justo al eje no pude evitar que un jadeo saliera de mis labios, votando el aire que había estado conteniendo. Sentí sus dulces y delicados labios abarcar mi miembro, maldición, la sensación era inigualable, increíblemente placentera, mis manos se movieron a su cabello, el cual me quitaba algo de aquella visión. Se lo recogí haciéndole un improvisado moño y bajé mi vista para ver lo que ella estaba haciendo. Esa imagen la gravaría en mi cerebro de por vida. Ella me estaba haciendo el mejor sexo oral de mi vida. Parecía tan experta en eso. En ocasiones sacaba su lengua y la pasaba por mi glande, haciendo que mi cuerpo se tensara, la estaba dejando trabajar sola, conteniendo el movimiento que querían proferir mis caderas, para embestir contra su boca. Pero se me estaba dificultando, gruñidos y jadeos salían de mis labios, de momento con mi mano quise ayudarla con los movimientos y le hablé mientras lo hacia.

 _ Mie…r.daaa… Be..llaa… me… estas… en..lo…que..ciendo… -cuando sentí que aceleró sus movimientos, aflojando un poco la garganta y llevando su boca mas profundo, sentí que me tensé por completo y allí no pude controlar mis impulsos, y de manera lenta empecé a mover mis caderas, envistiendo conforme en donde lo estaba haciendo y apreté fuertemente sus cabellos. Abrió los labios y gruñí fuerte mientras sentía que el placer iba a acabar conmigo justo en ese momento y me dejé ir, paré en seco los movimientos cuado sentí mi semen salir-. Ahhhh…

 Ella siguió sus movimientos lentamente hasta que mi cuerpo dejó de sacudirse, mi corazón estaba en mi garganta. Era tan difícil respirar. Cuando saqué la fuerza la tomé por los brazos y la paré, estrellando mis labios a los de ella. La besé con agradecimiento, con amor… ella seguía en las mismas circunstancias, porque seguía besándome con la mismas ganas. Terminé de deshacerme de mis pantalones y sin dejar de besarla, me desdice del botón de sus pantaloncitos cortos y tomándola de la mano, la guié hasta la cama.

_ Ven…

Dije mientras la puse de frente a la cama y ayudándola, la incliné para que se subiera en ella y se pusiera sobre sus brazos y rodillas, al verla expuesta a mí, de espalda, llevé mi dedo mayor a su entrada y al comprobar que estaba húmeda en abundancia, sin preámbulos y nada, me subí a la cama, justo detrás de ella y la sorprendí con una fuerte embestida, ella jadeó y aquello provocó que me estremeciera y allí en un tiempo demasiado record (como a las tercera embestida) la sentí tensarse entorno a mí, fruncí el ceño, sostuve sus caderas fuertemente y la embestí rápidamente, logrando que se corriera demasiado rápido, ni siquiera me dio tiempo a mi segundo orgasmo. Estaba en el camino a ello, por lo que a sabiendas de que ella se había venido, seguí con mi movimiento y para mi sorpresa al sentirla tensarse por segunda vez, apresuré el movimiento, logrando que ambos nos corriéramos por segunda vez al mismo tiempo.
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Bella Pov.

 Íbamos rumbo a la casa blanca. Notaba que Edward quien conducía, por momento giraba su rostro hacia mí y se sonreía divertido. Yo jugaba con mi celular hasta que me harto.

 _ ¿Qué te parece tan gracioso?...

 Él soltó una carcajada.

_ Nada…
_ ¿Nada?... -dije mirándolo con incredulidad-. Llevas esa risita estúpida desde que salimos de ese hotel…
_ Pues… solo que… -se alzó de hombros-. Estoy algo… sorprendido por tu fogosidad… solo eso…

Entrecerré los ojos. Su comentario me hizo sentir incomoda, me bastaba con la vergüenza que venía trayendo encima desde el momento que colapsé en la cama y sentí su cuerpo caer sobre mi espalda, para que ahora también me tuviera que calar su burla. Giré mi rostro hacia la ventanilla. A los segundos sentí su mano llegar a la mía que estaba sobre mi regazo y entrelazar sus dedos a los míos. Su voz fue un susurro dulce para mis oídos.

_ Me encanta lo que provocas en mí, pequeña… me vuelves loco… -yo miré nuestras manos enlazadas, debido a mi silencio continuó-. Te voy a confesar algo… y es que odio la fuerza que tienes de tumbar mis defensas… -eso me hizo mirarlo, topándome solo con su perfil, porque él miraba fijamente la carretera, su ceño estaba levemente fruncido-. Siempre he sido muy reservado con mis relaciones, Bella… no se, tal vez sea mi forma de ser o que en realidad nunca me había enamorado, pero tu juro que nunca había sentido por nadie lo que siento por ti… -mi mano sujetó mas sus dedos-. Cuando decidí seguir el mismo rumbo que Emmet, me alejé de toda distracción… odiaba los compromisos, los reclamos, ese don de pertenencia y explicaciones que adoptan los “novias”… por eso me alejé de todo… fue tan fácil para mí… pero ahora que te tengo a ti, que siento esto tan fuerte por ti… es como si nada mas me importara… de no ser porque eres la hija del presidente de los Estados Unidos y que mis actuaciones arrastrarían muchas consecuencias externas a mí… hace tiempo que te hubiera tomado de la mano y te hubiera sacado lejos de acá…

Giró su rostro y nuestras miradas se toparon, él sacó una sonrisa de lado.

_ Me amas… -le confirmé también en un susurro, él se puso serio y volvió a mirar hacia el frente-.
_ Si… te amo…

Yo me sonreí.

_ Yo también te amo… -nuestras manos entrelazadas se adhirieron un poco más-. Y si decides no darle mente a las consecuencias externas a ti, que traen el hecho de que sea “la hija del presidente” quiero que sepas que por ti, estoy dispuesta a renunciar a todo… solo pídemelo… y nos vamos…

Eso hizo que Edward sonriera mas enormemente, mientras movía la cabeza negativamente. Yo lo dejé pasar por alto, seguro que estaba pensando que ese comentario se debía a mi inmadurez.

_ Bella… -dijo de momento y supe que iba a cambiar el tema, estaba serio-. Quiero conversar algo serio contigo…
_ Adelante…
_ De no ser porque necesitamos llegar a la Casa Blanca, te hubiese pedido que fuéramos a otro lugar… pero quería que lo conversáramos primero…

Yo fruncí el ceño. Él continuó.

_ Es que… ya te dije, bajas mis defensas y con ello te llevas el poco de cordura que queda en mí, pero… -yo me sonreí un poco-. No se… me gustaría que… fuéramos a un medico ginecólogo… -mi sonrisa se borró de golpe, él me miró con preocupación-.
_ ¿A un ginecólogo… y para qué?... tranquilo… mamá siempre me ha llevado cada seis meses a su ginecólogo de confianza…

Dicho eso y pegué el grito, al ver como Edward giró su auto bruscamente y se estacionaba a un lado de la gran pista. Yo lo miré con pánico, para verlo quitarse el cinturón y girarse a mí, mirándome con cara de espanto.

_ ¿Qué fue lo que dijiste?... -dijo con duda-.
_ Pues, que puedes estar tranquilo, no cargo ninguna enfermedad, me chequeo cada seis meses…
_ Con el ginecólogo de confianza de tu madre… -dijo él como si estuviera procesando la información, yo me sonreí-.
_ Tranquilo… también he visitado al ginecólogo de confianza de Alice… no tengo porque ir con el de mamá…

Lo vi tragar en seco y mirarme nuevamente. Ahora su mirada era fuerte.

_ Quiero que te planifiques… -soltó de golpe y yo fruncí el ceño con duda-.
_ ¿Planificarme?... pero si siempre usas condón… -dije restándole importancia-.
_ No lo hemos usado hace una hora en el hotel… y no quiero andar preocupándome por eso… ni preocuparte a ti… -lo miré mientras mentalmente hacia el calculo, estaba a un par de días de ver mi regla, por lo que no le di importancia, aunque tal vez y Edward tenia razón y no debía estar preocupándome por fechas ni nada por el estilo, me alcé de hombros-.
_ No hay problema… me pondré de acuerdo con Alice para ir a ver a su doctor…
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Llegamos a la casa Blanca. Y Edward estacionó su auto fuera, dio la vuelta para abrirme la puerta justo en la entrada de la casa, yo salí del auto.

_ Gracias… -le sonreí y él me devolvió la sonrisa-.
_ Oficial Cullen… -ambos volteamos para ver a uno de los tantos oficiales de la Casa Blanca, él miraba a Edward-. Lo están esperando en el despacho presidencial… si gusta yo guardo el auto…

Ví que Edward frunció el ceño con duda.

_ Hace mas de una hora están llevando una reunión… supe que solo lo están esperando a usted…

Yo miré a Edward con duda. Noté que Edward le extendió la llave y me miró.

_ ¿Necesita algo más señorita?...

Lo miré con duda. Odiaba que me hablara de esa forma. Pero siempre lo hacía cuando estábamos frente a alguien.

Edward Pov.

Mis sospechas se estaban confirmando. Algo simplemente no estaba marchando bien. El Oficial Stuart se retiró, dejándonos a Bella y a mí parados solos, la miré nuevamente y ví que en sus ojos no solo había duda, si no también, temor.

_ Sube a tu habitación… ahorita nos vemos…

Abrió los ojos con asombro.

_ Por supuesto que no… iré contigo…
_ Pues vamos… -le dije resignado, la verdad no pensaba retrasar mas el momento. Jasper se escuchaba muy preocupado esta mañana-.

En el ascensor, Bella me miraba cada tanto extraña. Se que podía notarme algo distraído, pero no se imaginaba que solo estaba armando una estrategia mental, para lo que se avecinaba, no se, pero la verdad sabía que no debía ser algo bueno. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Bella salió primero, yo le seguí un paso más detrás de ella. Habían cuatros oficiales en la puerta del despacho presidencial, y ya eso me preocupaba, la verdad, ya eso “no era normal”. Ellos hablaban entre ellos, pero en cuanto vieron a Bella acercándose dejaron la conversación, y asumieron su posición militar.

_ Hola… -Bella les saludó, y yo me sonreí un poco, la verdad esa niña no era la misma niña arrogante que había conocido a mí llegada a esta casa, los oficiales le saludaron con un asentimiento de cabeza, el Oficial Paúl me miró-.
_ Le están esperando… dijeron que en cuanto llegara le dijera que pasara…
_ ¿Algo marcha mal?... -dijo Bella en un susurro, dejando ver su preocupación, noté como los oficiales se miraron de reojo uno con otros, no se que los ponía tan tensos, “el que Bella les hablara o el decir que iba mal”-.
_ Pues… -habló el Oficial Harry-. La verdad señorita, no sabemos… que está pasando, solo que… el presidente está muy alterado, lleva encerrado en la oficina desde muy temprano de la mañana…

Bella y yo fruncimos el ceño al mismo tiempo.

_ ¿Está solo?... -ella volvió a preguntar-.
_ No… -el mismo oficial volvió a responder-. Está con el jefe de seguridad, el oficial whitlock y la primera dama… llevan horas encerrados allí… solo hemos escuchado cristales romperse…

Y aquella información, aunque me sacó de base unos segundos, me hizo mirar reprobatoriamente a dicho oficial, el cual estaba dando mas información de la requerida, Bella se giró a mí bastante alarmada. Y me tomó del brazo. Fue algo instintivo de su parte, estaba horrorizada, en cambio noté de reojo como los oficiales volvieron su mirada a aquel agarre.

_ Edward… -me susurró y yo me vi en la necesidad de bajar mi mirada a sus ojos, sus orbes chocolatados estaban cubiertos por una angustia desmedida-. ¿Tú crees que sepan…
_ Shhhh… -negué rápidamente con la cabeza-. Tranquila… no tiene porque temer… -le susurré-. Anda… -me estaba tensando, aquellos cuatro pares de ojos sobre nosotros me estaban enfermando, cuidaba mis palabras-. Vaya a su habitación…
_ Por supuesto que NO… -en ese momento odié su terquedad, pero no me dio tiempo a decir nada cuando me soltó y en dos pasos se acercó a la puerta y giró el pomo, aventándose segura de si misma ante el despacho de su padre-.

Entré detrás de ella y abrí los ojos de golpe. Al ver el desastre que había, me alarmé al sentir los crujidos de pequeños cristales bajo mis zapatos. Quise avisar a Bella para que se detuviera y no fuese a lastimarse, pero ella al parecer escuchó y sintió lo mismo que yo, porque también se había detenido. Verifiqué cuidadosamente el entorno, para ver como por varias partes del piso habían cristales destrozados en el piso, cristales gordos, suponía que de floreros y adornos carísimos. Miré a una esquina en donde pude ver a Emmet quien me miraba de manera seria. No me detuve y me fijé en Jasper que estaba a dos pasos detrás de él. Este me miraba con una nota de preocupación. Mi inspección fue solo en unos segundos. Luego giré mi vista hacia delante, en donde estaba el gran escritorio del presidente totalmente vacío. Los papeles y demás cosas estaban esparcidos por el suelo, al parecer alguien lo había barrido con la mano. Solo había un sobre blanco y unos papeles sobre él. Cuando me fijé en el hombre que estaba sentado tras de él, me quedé de una sola pieza, ese sin duda no era el Presidente Charlie Swan. No había ni rastro de la formalidad que siempre cargaba con él. No llevaba su chaqueta, solo tenía puesto una camisa blanca la cual las mangas las había remangado hasta los codos, su corbata era evidente que había sido jalada con rabia, ya que estaba mal ubicada y su pelo estaba despeinado y alborotado. Cuando pude reaccionar y fijarme bien, este tenía los ojos entrecerrados mirándome fijamente a mí. Yo mantuve mi postura, siempre firme. Por un momento deduje que se sabía de la relación que había entre Bella y yo.

_ ¡Isabella!... -la voz chillona de aquella mujer me hizo apartar la mirada del presidente, para ver, como la primera dama, quien tenia el maquillaje algo corrido por las mejillas (debido a las lagrimas) se acercaba a su hija casi corriendo y la abrazaba, los brazos de Bella se mantuvieron abajo, supuse que estaba tan descolocada como yo-. Dios!!... -la señora se apartó y noté como con sus ojos preocupados trataba de examinar cada parte del cuerpo de su hija, Bella algo brusca se apartó-.
_ ¿Qué es lo que pasa, Mamá?... -ella miró a su papá-. ¿Charlie?...
_ Reneé… -dijo el presidente de manera seca y rotunda-. Lleva a Bella a su habitación… voy a tener una reunión con los oficiales…

Yo me quedé fijamente mirando al presidente. Y por el rabillo del ojo, pude ver como Bella giró levemente la cabeza para mirarme. Preferí no mirarla. Dejé mi vista fija en el presidente.

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Bella abandonó junto con su madre la oficina. Luego que la puerta del ascensor se cerraron, noté como Charlie se paró de su silla, tomó con una de sus manos el sobre y el papel que estaba en el escritorio y se encaminó hacia la mesa de juntas que tenía en dicha oficina.

 _ Acércate Edward… -dijo Charlie con voz firme-.

¿Qué Mierda?... me dije a mi mismo. Me estaban logrando estresar. Noté que Jasper y Emmet se acercaron y junto con ellos me senté en la mesa.

_ Emmet… -dijo Charlie y este me miró directo a los ojos, noté que quería decirme algo con sus ojos, luego de unos segundos, los cuales sentí como si fueran horas, Emmet tomó aire por la boca y lo botó por la nariz, eso solo lo hacía cuando estaba tratando de calmarse, en ningún momento apartó sus ojos de los míos-.
_ Hemos recibido una amenaza, Edward… si se ha convocado esta reunión solo con nosotros tres, es porque sin duda alguna hay una persona involucrada que tiene acceso a la Casa Blanca… -mi frente se llenó de arrugas-. Necesitas estar al tanto de lo que está pasando…

Sabía que Emmet hablaba como jefe de seguridad, pero noté su cuerpo sumamente tenso. Era como si temiera que algo peor pasara cuando supiera lo que estaba pasando. Yo aguardé con paciencia. Debía comportarme, debido a que sentía la maldita mirada del presidente quemarme fuertemente. ¿Acaso al igual que Emmet esperaba alguna reacción de mi parte?...

_ Amenaza… -dije entre dientes y seguí mirándolo-. Continúa…
_ Permítame señor… -le dijo a Charlie, quien mirándome me extendió el sobre y la hoja que tenia en manos, yo lo tomé y abrí la hoja en principio. Fruncí el ceño al notar las letras de un diario, pegados en la hoja. Y me puse a leer.        

 “Debo felicitarme, si este papel llega a violar tu seguridad, y llega a colarse en tus manos, pero bueno… permíteme, gran y estimado amigo, luego de saludarte, dejarte un hermoso refrán que espero que conozcas y puedas interpretar… “ojo por ojo y diente por diente”. Estoy seguro que de no entenderlo, tendrás personas a tu lado, que puedan interpretarte este mensaje. Igual… gusto en saludarte, Charlie Swan, mis mas respeto hacia ti, tu esposa y A tu adorada, rebelde y amada niña ISABELLA SWAN.”
PD. Se que las fotos te sacarán de dudas… disfrútalas.

 Fruncí el ceño más aún y miré a Emmet, esperando que me aclarara las cosas.

_ Tenga… -dijo Charlie extendiéndome el sobre, lo tomé y entré las manos, sacando de ellas un paquetito de fotos y al ver la primera, sentí que el corazón abandonó mi pecho-.

Era Bella, mas niña, pero era ella, pasé la foto para ver la segunda, y la tercera. Me quedé de una pieza, mientras lentamente me iba poniendo de pies, comencé a pasar las fotos rápidamente, sin detenerme en ninguna, porque todas eran de ella. Mis manos comenzaron a temblar rápidamente, mientras sostenía las fotos, estaban amenazando con hacerle daño a ella, eso estaba claro. La ira comenzó a fluir en mi cuerpo, provocando que mi garganta se secara, y cuando llegué a las últimas fotos mis ojos se abrieron más aun. “Demetri Vulturi, Alec Vulturi” las fotos cuando Bella, Alice y yo, llegábamos a la casa de la abuela de Alice en Maryland, las fotos de Bella y yo caminando juntos riéndonos en el Meridian Hill Park y allí me detuve. Ya no podía divisar muy bien las fotos, porque la vista se me tornaba nublosa, todo debido a la rabia que carcomía mi cuerpo. Nunca antes la había sentido. Y fue imposible para mí contenerme… por lo que exploté.

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AGRADECIMIENTOS A TODAS AQUELLAS PERSONAS QUE SIGUEN MI HISTORIA, Y ESPECIALMENTE A LAS QUE SIGUEN MI BLOGS Y A LAS QUE DEJAN SUS LINDOS COMENTARIOS.

GRACIAS: NANY, ANTAREZ, VALE Y JOSELINA. GRACIAS CHICAS... AGRADEZCO EL TIEMPO QUE SE TOMAN EN COMENTAR...

FELIZ SEMANA SANTA...
NOS LEEMOS RAPIDITO...
BESOS Y ABRAZOS...


6 comentarios:

  1. AY POR DIOSSSS NO TENGO PALABRAS DE VERDAD PERO UNA COSA TE VOY A DECIR ME ENCANTO COMO SIEMPRE AHH PERO TE TARDASTE MUCHO EHH JAJAJA PERO BUENO VALIÓ LA PENA POR FA NO TE TARDES

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  2. oh por dios esto si que esta muy bueno, edward va a explotar y nadie lo va a parar, cada vez se poone mejor... gracias y sigue publicando

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  3. muy bueno. lo acabo de terminar de leer, cada vez espero q sea viernes para la
    tu actualiazacion jaj

    besos

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  4. O Dios Mio!!!! Eso se pone bueno y cada vez más bueno!!! Supongo también que los acosadores saben de la relación entre estos dos y ahi puede haber chantajee

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    1. GENIAL¡¡¡ edward es tan sobreprotector..te super atrapa la historia¡¡..perdon qe me borre lo que pasa es qe se me bloqueo la netbook¡pero me estoy poniendo al dia=)jajajaj BSS..sos una iDOLA..MUCHII

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  5. Woa, como me pude haber salteado este capitulo, muy bueno! Por favor segui pronto, esta muy bien.

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