CAPITULO IV.
Un Mundo en Tristeza.
Edward Pov.
_ La cagaste, Edward… -dijo Jasper preocupado, en cuanto vio a la chiquilla marcharse corriendo, yo estaba que ventilaba de la rabia, Emmet me miraba, y lo conocía bastante bien, para saber que en ese momento quería golpearme-.
_ Pues no me importa… al fin de cuenta, esto no es lo mío…
_ ¡La enfrentaste, maldición!... –dijo Emmett rempujándome por el pecho, di dos pasos hacia atrás, y lo miré rabioso-.
_ ¡¿Y?... ¡¿Qué mierdas esperaba que hiciera?!... ¡Yo tampoco soporto su actitud para conmigo!...
_ ¡Veré que hago para que esto no se vaya de mal!...
_ ¡Por mi no hagas nada!... –le grité molesto-.
Vi a Emmet agarrarse el aparatito del oído, seguro le estaban diciendo algo, me miró.
_ Vamos… el presidente quiere vernos a ambos…
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Bella Pov.
Mi corazón se detuvo al ver a papá pararse de manera agresiva del sofá. En la sala estaban él, mamá y sus invitados, yo llorando le conté lo que me había pasado, gracias a dios, Jake corroboraba todo lo que yo le decía.
_ ¡Dios Isabella… siempre el mismo problema contigo!... –miró a uno de seguridad que estaba en la sala y le dio la orden-. Avísales a los oficiales Cullen que quiero verlos de inmediato…
_ Si señor…
Jake me agarró de la mano, dándome algún tipo de apoyo, no pasó 10 segundos cuando Emmet, Jasper y Edward irrumpieron en la sala uno atrás de otro, mi mirada se topó con la de Edward, y por primera vez, fue él quien me la retiró de manera brusca.
_ ¿Qué pasó Cullen?...
Le dijo papá a Emmet, a quien por primera vez le ví preocupación en su rostro.
_ Pues… -dijo Emmet y se calló al ser interrumpido-.
_ Con permiso, señor presidente, pero creo que soy yo el que debe explicar lo sucedido… -yo lo miré de mala manera, es que este tipo tenía influí de superioridad o qué. ¿No sabia que debía bajar la cabeza ante mi padre?. Pero no, su cabeza estaba derechita y su mirada fija y sin temores hacia mi padre, se notaba que aún estaba molesto-.
Papá lo miró y le asintió con un movimiento de cabeza. Edward continuó.
_ No se que le habrá dicho la señorita… pero solo le aclaré las cosas, luego de que me golpeara por cumplir con mi trabajo…
Todos me miraron de golpe, yo lo miré a él, quien lentamente me miró fijamente, yo abrí la boca como un pez al no encontrar que decir ni como defenderme, miré a mamá y esta me fulminaba con la mirada, miré a papá y este por igual, a la vez que se cruzaba de brazos, esperando una respuesta, mis invitados tenían cara de preocupación. Bien gracias a dios la voz me salió.
_ ¡Pues claro que le dí una cachetada… porque es un atrevido!... solo le pedí que me diera un poco de privacidad con Jacob!…
_ ¡Y como no lo hizo… ¿le pegaste?...!... –dijo papá con cara de horror, todos seguían mirándome y yo seguía sin saber que decir-.
_ ¡Papá este tipo me amenazó… quiero que lo despidas ahora mismo!...
Lo miré y por la forma en que Edward me miraba me dejó entender que no le importaba la decisión de mi padre.
No es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar. Pensé.
_ Pues te equivocas, Isabella… -dijo papá molesto conmigo-. El Oficial Cullen sigue en su puesto… y mas te vale que le pidas disculpas por lo que hiciste…
_ ¡¡¡¿Qué?!!!... –dije asombrada hasta no poder, miré a mi papá como si de su cara le estuviera saliendo otro ojo, papá me enfrentó con la mirada-.
_ Lo que escuchaste… el oficial, sigue en su puesto… tú te controlas… -me advirtió, y luego se giró a Edward-. Espero que disculpe a mi hija y que dios le de toda la paciencia que necesite para soportarla…
Aquello hizo que mis ojos picaran, esto era sorprendente. Miré a Edward, quien en ese mismo momento apartó la mirada de mi padre para mirarme. Y noté algo distinto en la forma en que me miró. Sus ojos ya no tenían rabia. Volvió a mirarme de la misma manera en que me miró en el momento que nos vimos por primera vez. Cuando Emmet lo llevó hasta mi habitación para presentarnos. Y como siempre salí corriendo de allí rumbo al ascensor antes de que las lágrimas se me salieran frente a todos.
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Edward Pov.
Estaba sentado en una de las orillas de la cama de mi habitación. Los pies en el piso, los codos en la rodilla y las manos sosteniendo mi cabeza. La verdad me sentía tan confundido. Nunca imaginé que la reacción del presidente para con su hija, fuera aquella. Y la verdad que aunque en este momento debía sentirme bien, porque la chiquilla no se había salido con la suya, era todo lo contrario, el momento en que la miré y vi reflejados en sus grandes ojos marrones, la tristeza que la embargó al momento de escuchar esas palabras salir de los labios de su padre, sentí que mi corazón dejó de latir por unos segundos. Sentí pena por ella. No se si nadie mas se percató, pero estoy seguro de que su motivo por salir así corriendo, era simplemente porque las lagrimas no iban a tardar por salir de sus hermosos ojos. Levanté la cabeza cuando escuché un sonido extraño, saqué de mi bolsillo el Iphone que estaba sonando con una melodía algo movida, ya había olvidado que cargaba su aparato, cuando miré en la pantalla decía “Llamando Alice”… bien… lo que me faltaba, dejé que la llamara se tumbara, y comencé a teclear el tan carísimo aparato, la verdad se que me estaba pasando de la raya, pero no me importó. Al entrar en sus contactos, abrí los ojos de golpe cuando vi que solo tenía cuatros, y eran, Alice, papá, mamá y Jake. Era verdad, la chica no tenía amigos, no me imagino como soportaba estar tan sola, yo cuando estaba en Inglaterra por poco y me vuelvo, loco, aquello fue lo que me impulsó a regresar a Washington. Entré en donde estaban las imágenes y aquello si que me descolocó bastante, con el dedo índice moví las fotos una tras otras, imágenes increíbles de ella aparecían en la pantalla, ella sonriendo y La foto tomada solo a su rostro. La imagen era perfecta y su sonrisa era tan natural, habían muchas fotos de ella y una chica algo menudita en un pasto verde y hermoso, imagino que el jardín presidencial, ellas posando de manera cómica, haciendo muecas, jugando entre ellas, la verdad es que algunas de esas fotos me hicieron sonreir...
eran tan cómicas. Pero al llegar a aquella foto, me quedé observándola por tanto tiempo que creo que perdí la cuenta de los minutos, y memoricé lo hermosa que era perfectamente..
Escuché un carraspeo de garganta y levanté mi mirada de golpe. Jasper recostado del marco de la puerta me miraba cruzado de brazos, vestía unos jeans y una franela. Yo rápidamente traté de ocultar el aparato. No se si Jasper no quiso fastidiar o si vio lo que tenia en la mano, igual guardé el celular en un cajoncito de la mesita de noche que me quedaba mas cerca.
_ ¿Qué, amigo?... –dijo Jasper terminando de entrar-. ¿Por qué no te has cambiado para dormir?... cuando el presidente se va a acostar es el mejor momento para descansar… -yo lo ví dejarse caer de trasero en uno de los sofá-. ¿Qué hacías?...
_ Nada importante… -me puse de pies y comencé a despojarme de los zapatos, la medias y luego la chaqueta-. ¿Tú que haces?...
_ Respirar… -dijo mientras me miraba fijamente-. ¿Qué te pasa?... te conozco… ¿Por qué tienes esa cara?... ¿algo te preocupa?...
_ Nada… -fue mi respuesta, iba a entrar al baño, cuando al escuchar lo que dijo me paré de golpe y me giré para mirarlo-.
_ Deberías estar feliz… ¿acaso no te emocionó cuando el presidente Swan puso en su puesto a esa chiquilla estúpida?... –yo lo miré bastante serio, debo confesar, por lo menos a mí mismo, que escuchar el comentario de Jasper me molestó-. Es que pagaría por volver a ver el rostro que puso… estaba muy segura de que te iban a echar, y no solo no lo hicieron, si no que también te dejaron en el mismo puesto… debería aprender a no creer que el mundo gira a su alrededor…
_ Y tú debes aprender a que debes respetar a tus superiores, no debes hablar así de ella…
Ví a Jasper mirarme asombrado, yo estaba bastante serio.
_ No me admitas que hablas en serio... –dijo él poniéndose de pies lentamente-. ¡Edward por dios esa chica se atrevió a golpearte!... ¿Acaso no te cae mal?... si aparentemente no la soportas…
_ Eso no me da derecho a que me refiera de la manera que tu lo estas haciendo ahora, Jasper…
_ Eres un estúpido… pero igual, felicidades por ponerla en su puesto…
Bufé, rodé los ojos y luego me encerré en mi baño, cerrando la puerta un poquito mas fuerte, necesitaba agua… terminé de despojarme de la ropa y sin mediar la temperatura del agua me entré en la regadera, el agua comenzó a caerme en el cabello, y yo comencé a relajarme, cerré los ojos y sin esperármelo imágenes de mi día pasaron por mi mente, pero todas eran imágenes de ella. Cuando me empujó para apartarme de su camino, cuando fui a su habitación con Emmet y ambos nos vimos de frente en la cara, cuando estaba rabiosa por lo que le decía Emmet, me sonreí al recordar como me miraba cuando le quité el aparato, la imagen que mas perduró en mi mente fue cuando la ví sonreírle a su novio, Isabella Swan era tan hermosa, me puse serio al recordar como besaba a su novio, como el tipo le acariciaba la cintura, mientras acariciaba sus labios con los de él, cerré fuertemente los ojos al recordar no solo su mirada fija en los míos, si no también su cercanía, su respiración golpear mi rostro y por último recordé su mirada y sus ojos tristes cuando escuchó a su padre decirme que me dotara de paciencia para poder soportarla.
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Bella Pov.
Frente a mi buró, me aplicaba en el rostro un poco de maquillaje en los ojos, para tratar de disimular la mala noche que había pasado. Casi no pegué los ojos y para el colmo la tristeza y el odio me consumían. Tristeza al sentirme ser un estorbo para mis padres y odio… al estúpido y soberbio de mi custodio, que en esta ocasión se había salido con la suya. Escuché unos toquecitos en la puerta y miré.
_ Pase…
Entró mi nana, quien me sonrió tiernamente, ella significaba más para mí, que la misma Renée.
_ ¿Cómo amaneciste, mi reina?...
Me giré hacia el espejo, mientras me alisaba el pelo con un cepillo, la miré a través del espejo mientras me alzaba de hombros.
_ Supongo que bien…
_ No estés triste pequeña… mira… Edward te ha enviado esto…
Me enseñó a través del espejo mi celular. Yo me giré de golpe, mientras me salió una sonrisa… ella me lo entregó, pero inmediato recordé que él había dicho que me lo devolvería cuando borrara el contacto de Alice. Mi felicidad se fue al mismísimo coño, Era tan estúpida que nunca lo había memorizado.
_ ¿Qué pasa?... –dijo nana al ver mi cambio de humor-.
_ A ese infeliz no lo soporto… -dije para mi misma, mientras ingresé en mi contacto, mis ojos se abrieron como platos al ver el nombre de Alice, mi corazón palpitó rápidamente de felicidad, dios debía escribirlo en mil papelitos, por si acaso-.
_ ¿Y ahora?... –dijo nana al ver mis cambios repentinos de humor-.
_ Dios, dios, dios… no lo borró, no lo borró!... –dije dando brinquitos, nana puso cara de no entender, la miré y la abrasé de impulso-. No borró el contacto de Alice…
_ Edward aparenta ser un gran chico, mi niña…
Ni me detuve a escucharla, rápidamente marqué el numero de mi amiga y al primer timbrazo ella me contestó.
_ ¡Bella!... –gritó, escuché la preocupación en su tono de voz-. ¡No te imaginas lo asustada que estaba porque no me tomabas la llamada!... ¡Pensé tantas cosas!... ¡Estaba que ya pensaba ir a la casa blanca!...
_ ¡Shhhhh!... –le dije Alice, ya que ella no estaba respirando para hablar, cosa que no era raro en ella-. ¡Nada de venir para acá porque no te van a permitir la entrada!...
Silencio.
_ Mierda… -soltó Alice luego de un minuto-.
_ Las cosas están bastante mal… -le dije-.
_ Vamos a vernos… -dijo ella-.
_ Es imposible… papá me ha puesto un custodio…
_ Mierda, mierda, mierda… -dijo ella molesta-. ¿te ha prohibido que nos juntemos?...
_ Son exactamente sus instrucciones…
_ Manejaremos a ese custodio…
Yo bufé al escuchar eso.
_ Difícil… el tipo es de lo más engreído… con decirte que no dudo, que en poco tiempo sea él el presidente de los Estados Unidos…
_ Jajajaja… no puede ser tan malo… arréglatelas y nos encontramos en el lugar de siempre a la misma hora de siempre…
_ Alice… dudo que…
_ No dudes, amiga… nos vemos allí…
Y cortó la llamada. Miré a nana quien me miraba fijamente. Solo me lo pensé unos 2 minutos.
_ Vengo ahora… -dije y me dirigí a la puerta-.
Llevaba puesto, como siempre, un conjuntito de falda hasta la rodilla, y una franelita, y zapatillas bajitas, eran las ropas que Renée me compraba y me obligaba a poner. Parecía una chica buena. Salí de la habitación y frené mi caminar de golpe al ver a Edward, quien estaba recargado a la pared, pero al verme se puso derechito y me miró. Ambos nos miramos a los ojos. Yo le retiré la mirada y me dirigí al ascensor, cuando este iba a cerrar sus puertas, vi unas manos impedírsela, Edward entró al ascensor, y yo fruncí el seño molesta, él aunque cumplía con su trabajo me ignoraba 100%, gracias a dios. Él se colocó detrás de mí y yo le di al piso en donde sabia que iba a estar Charlie. Aunque los dos estábamos en el ascensor, era como si estuviéramos solos. A las puertas del ascensor abrirse, salí de allí, sentía sus pasos detrás de mí, como siempre afuera del despacho de mi padre estaban dos oficiales. Iba a abrir la puerta, cuando vi a Jessica Stanley salir con una bandeja y cerrar la puerta, ella vio mis intenciones de abrirla nuevamente y me habló con timidez.
_ Disculpe, señorita Swan… -yo me giré a mirarla de mala manera-. Pero su padre está en una reunión con algunos ministros y pidió que nadie le interrumpiera…
Yo puse cara de horror y solté el pomo de la puerta para acercarme a ella, quien se encogió con mi cercanía, la fulminé con la mirada, mientras la tomé fuertemente del brazo.
_ ¿Y a ti, Estúpida, quien mierda te ha dicho que yo soy NADIE?... –le dije con bastante rabia-.
Se que todos los allí presentes me miraron, pero como siempre no me importó, Jessica llevaba una bandeja en la mano, y vi como esta le temblaba por los nervios, su mirada era asustada.
_ Lo siento, señorita… -dijo ella en un susurro y yo la tomé del brazo y le di un jalón para apartarla de mi camino, y sin mirar hacia atrás, entre al despacho de mi padre.
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Todos en la mesa directiva me miraron. Charlie estaba sentado en uno de los extremos de la mesa y otros hombres vestidos también muy formales a sus laterales. Emmet y Jasper estaban en una esquina. Papá me fulminó con la mirada, ya que odiaba que lo interrumpieran.
_ ¿Qué quieres Isabella?... ¿acaso no te informaron que estaba ocupado?... –dijo bastante molesto, yo me alcé de hombros, sin darle importancia-.
_ Disculpa la interrupción, papá… pero como me has castigado, quería pedirte permiso para salir con Jacob…
_ Sabes que no hay problemas en que salgas con Jacob… pero ahora déjame trabajar…
Yo le sonreí de manera hipócrita, mas bien fue un intento de sonrisa y salí de allí, algo entusiasmada. Una vez afuera, mi sonrisa desapareció en cuanto vi aquello.
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