NUEVOS SENTIMIENTOS II.
Emmet Pov.
_ Por supuesto que puedo llegar a quererte, Bella… más de lo que puedes llegar a imaginarte… -lo escuché susurrarle, mientras la miraba fijamente, terminé de entrar y lo vi acuclillado frente a ella, ambos mirándose a los ojos como si se tratase de una declaración amorosa, sentí que me puse morado, de la rabia que tenía-.
_ Edward!!... –dije y lo ví mirarme mientras se ponía de pies, Bella también me miró, pero no me detuve ni un segundo en ella, si no en el estúpido de mi hermano, el cual seguía como siempre, me desafió con la mirada, pero iba a ser capaz de matarlo si era posible. Edward era mi único hermano, y no era un hermano cualquiera, desde que él nació sentí el deber de proteger a mi hermano menor, siempre fuimos muy unidos, y aunque siempre era él, el de la actitud y pensamientos maduros, mi cuerpazo lo ayudaba de salir de los líos, en que se metía, porque juro que nunca salía de uno. Edward siempre fue un chico problemático, que no conocía la palabra “limites” y que nunca le temió, ni a las aventuras, ni a los problemas. Pero los tiempos han cambiado y con ello, mis responsabilidades, por lo tanto… nunca permitiría que Edward se involucrara sentimentalmente con la Hija del Presidente.
Miré a Bella.
_ ¿Estas bien, Bella?... -ella me respondió con un asentimiento de cabeza y noté que no estaba para nada bien, hablaría con ella mas tarde, en estos momentos con quien necesitaba hablar de manera urgente era con el estúpido de mi hermano-. Edward… ¿vienes un momento?... Necesito hablar contigo…
_ Claro… -dijo él y yo me giré saliendo de la habitación, bajé las escaleras y lo sentí a él caminar detrás de mí, en el segundo piso estaba mi habitación, por lo que me dirigí a ella, entré seguido por Edward y este cerró la puerta, yo me giré y sin perder un segundo mas, vomité toda la rabia que tenía con él.
_ ¡¿Qué mierdas es lo que pretendes, Edward Cullen?!... –le grité y él me miró sin ninguna expresión en su rostro, eso no era nuevo en él, desde que era un niño, las veces que mi padre le regañaba el creaba una barrera, lo cual enfurecía mas a Carlisle, porque le hacia entender que solo cumplía con escucharlo, dejándole saber que volvería a ser lo mismo-. ¡Y espero que no solo me escuches, si no que también hagas lo que te voy a decir!...
_ Aguarda, Emmet… -dijo con la duda reflejada en su rostro-.
_ ¡Mierda, Edward, solo necesito que me escuches!...
_ ¡Pues di de una maldita vez que es lo que tienes que decir y punto!.
Me gritó de vuelta y noté que también estaba molesto.
_ ¡NO quiero que te acerques a Isabella!...
_ Ja!... –soltó una carcajada irónica y eso me molestó más-. Lamento decirte que eso es imposible, Emmet, pues si no lo sabias, El Jefe de seguridad de la Casa Blanca, me asignó como custodio personal de ella… no tengo mas opción… -dijo todo relajado-.
_ Pues si eso es el problema, a partir de hoy su custodio será Jasper…
Y aquello fue suficiente, para ver a Edward perder el control, dio dos pasos hacia mí de manera amenazadora, mientras que yo me crucé de brazos y esperé verlo desahogar su rabia y decirme que era lo que en realidad pensaba.
_ ¡Ni te atrevas a hacerme eso, Emmet!... –gritó y yo lo dejé hablar, necesitaba saber que estaba pasando por su cabeza-. ¡Me tienes podrido con tu actitud, yo no estaba de acuerdo a que me asignaras de niñera de la hija del presidente, no te lo pedí y aún así lo hiciste, y ahora que estoy tolerando mi trabajo, piensas sacarme… ¿Qué mierdas crees si te digo que te metas tu maldita jefatura por el culo?... porque no voy a tolerar que hagas conmigo lo que te de la gana, al igual que tú, soy un maldito profesional, no voy a dejar que me manejes a tu antojo!... –fruncí el seño, Edward estaba bastante molesto, su cuerpo tenso, sus puños a ambos costados bien apretados, ¿sería capaz de golpearme?-.
_ Edward… -dije ya con el tono bajo, él me miró furioso-. Cuando te puse de seguridad personal para Bella, era porque entendía que eras la persona indicada para estar a su lado…
_ ¿Pues que mierda es lo que ha cambiado ahora?... –dijo entre dientes-.
_ Que te mezcles con ella, de una manera que no sea profesional… -mis palabras lo golpearon, lo noté porque vi que su mirada se dislocó por unos segundos, y alzó las cejas sorprendido, yo continué más tranquilo, sabía que en este preciso momento me iba a escuchar-. Edward… Isabella, es la niña mas dulce y buena que he conocido, pero igual está rota… si te puse a su lado, es porque te conozco, y sabía que ella iba a despertar en ti, lo mismo que despertó en mí… necesidad de protección, como yo no podía estar a su lado, quise que lo estuvieras tú… Edward… no compliques las cosas, Bella no sabe lo que quiere, solo busca alguien en quien aferrarse, alguien que sea un soporte para ella… no te vayas a permitir mezclarte con ella de otra manera que para lo que estas a su lado… eso te hundirá… acabarás echando a la borda los años en lo que te has esforzado por llegar a donde estas en este momento. Bella es buena, Charlie Swan es bueno, pero se deja influenciar por el agobio de su trabajo y las manipulaciones de su mujer, y Reneé no tardará en acabar contigo si sabe que…
_ No sigas… -me cortó-. Estás demente Emmet… yo solo cumplo con mi trabajo.
Dijo, sin recordar lo bien que lo conocía.
_ Edward… eres mi hermano, y solo quiero lo mejor para ti… igual Bella… también le estaría complicando mas la vida a ella… a Bella también la quiero mucho, es la hermanita que Esme y Carlisle no nos dio… y entiendo que quieras ayudarla, es mas, lo apruebo… pero tengan cuidado… traten de no complicarse la vida, mas de lo que la tienen…
_ Gracias por tu consejo… -me cortó de mala manera, fulminándome con la mirada, y dando media vuelta, salió de mi habitación y pegó tremendo portazo luego de salir, yo solo me puse la mano en la cara, hablarle a Edward, era lo mismo que hablarle a un sordo-.
Bella Pov.
Al salir Edward y Emmet de la habitación, me sentí desfallecer. Dios, mi corazón amenazaba por salir de mi boca, y eso fue desde que escuché aquellas palabras salir de la boca de Edward… “Por supuesto que puedo llegar a quererte, Bella… más de lo que puedes llegar a imaginarte…”. Dios, dios, dios… es que las sensaciones provocadas por aquellas palabras, habían borrado todo el mal que había sufrido en mi vida entera, que Edward me dijera eso era tan sano y curativo para mi… ni siquiera entendía el por qué, sentía aquellas cosas. Solo que al escuchar a Emmet y al ver su enfado, me asusté demasiado. Sin duda Emmet había escuchado lo que Edward me había dicho y seguro que no le iba a gustar. Escuché la puerta cerrarse, y desperté de mi ensismamiento y miré rápidamente esperando encontrarme con Edward. Pero me puse de pies de golpe al ver quien era.
_ ¿A dónde fueron los chicos?... –dijo Rosalie entre dientes, yo me puse tensa, ante su presencia-.
_ No lo se, están conversando…
Ella me examinó detenidamente, con una mirada evaluativa, y eso me estaba incomodando.
_ ¿Se puede saber que miras?... –dije con acidez y ella miró mis ojos, relajando su postura-.
_ Que a pesar de ser una niña arrogante, presumida, mal hablada y prepotente… también eres una bocona malcriada y contestona… ¿acaso tus padres no han tenido tiempo para Educarte?...
_ Eso no es de tu maldita incumbencia… -dije molesta y entre dientes, la vi sonreírse divertida y aquello me confundió-.
_ Ya veo porque le gustas a Edward… -abrí los ojos de golpe ante sus palabras-. Por supuesto que le gustas, conozco a Edward como la palma de mi mano y se que no toleraría tu comportamiento, a menos que considere que valga la pena… -mi corazón reaccionó a aquellas palabras, Rosalie continuó hablando con una sonrisa divertida en sus labios-. Solo quiero advertirte algo, chiquilla, se me importa que Edward te defienda con garras, que se moleste conmigo al punto de retirarme la palabra, si te digo tus verdades, pero quiero que te quede claro que no te voy a permitir que lo utilices o que lo maltrates, Edward es mi familia, y por ella yo soy capaz de cualquier cosa…
_ No entiendo de que me estas hablando… -dije en un susurro-.
_ Lo que quiero decirte es que no tengo nada en tu contra… me caíste mal por tu actitud con Edward anoche… pero si estas dispuesta a moderarte, a comportarte, yo no tengo problemas contigo… podríamos llegar hasta a ser buenas amigas, si quieres… -yo abrí la boca sorprendía-. Emmet siempre me habló de ti… siempre decía cosas bonitas de ti… claro, que ahora comprendo que se guardó tu parte mala para si, pero… igual… si esos dos chicos te defienden como lo hacen, es porque mereces la pena… -se acercó a mí y me extendió la mano, yo dudosa se la dí-. Ya que no te interesó anoche, ahora espero que sí… Soy Rosalie Hale… la novia o… -corrigió de manera inmediata-. La exnovia de Emmet… encantada…
_ Bella… -fue lo único que dije y ambas nos sonreímos, separando nuestras manos, en ese momento escuchamos la puerta abrirse, ambas miramos para ver entrar a Edward, quien al vernos tan cerca puso de inmediato cara de preocupación-.
_ Descuida, Edward… no la estoy golpeando… -dijo Rosalie divertida-.
_ Tampoco creo, que Bella sean de las que lo permite… -dijo entre dientes mirándome a mí y en ese momento entendí que estaba cargado, se veía estresado-.
Yo le sonreí, aunque supongo que debió ser una mueca, tampoco quería provocarle problemas con su familia.
_ Será mejor que me vaya… -dije y Edward me miraba fijamente-.
_ Dame un segundo… -dijo él, mirándome-. Iré a hablar con mamá…
_ ¡No!... –le dije-. Igual Emmet está aquí, yo me puedo llevar el auto… quiero ir a pasar la noche en casa de Alice…
_ NO, Isabella… -dijo con cansancio-. Yo te llevo…
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Bajamos, me despedí de Esme, quien me hizo prometerle que regresaría a visitarla pronto. Y Edward me guió hacia el auto, al montarme en el asiento del copiloto, descubrí que mi celular se había quedado en el auto, y al revisarlo, tenía 20 llamadas perdidas del teléfono de mi madre, 10 del de mi padre, 6 del celular de Alice y 4 del de Jacob. En total hacían 40 llamadas perdidas. Hice una mueca con los labios y recosté mi espalda del cómodo asiento, mientras me acomodaba, Edward a mi lado solo me miró de lado, ya que había puesto en marcha el motor.
Luego de uno 5 minutos en silencio, le hablé.
_ ¿Me llevarás a casa de Alice?... –ya estaba oscureciendo-.
_ Claro… si eso deseas…
_ Por favor… Edward… -le miré, mientras subía las piernas al asiento, cuidando de no dejar ver más de lo necesario-. ¿Qué pasó con Emmet?... ¿discutieron por mi culpa?...
_ NO, Bella… bueno si discutimos, -se corrigió a si mismo-. Pero tú no tienes la culpa, no le des mente a nada…
_ No quiero causarte problemas ni con él ni con nadie…
_ NO lo harás… ¿Qué hablaron Rosalie y tú?... –dijo entre dientes, y yo le miré sonriendo-.
_ Al final de cuenta, no es mala persona… me agrada…
Edward sonrió divertido.
_ Rosalie es algo… brusca… pero es muy buena persona… a mi también me agrada que lo hayas notado… -ambos nos sonreímos-.
Ambos volvimos a sumergirnos en un silencio. El cual, ninguno de los dos interrumpió. Lo vi estacionarse frente a la casa de Alice. Yo me solté el cinturón de seguridad, y bajé mis piernas, girándome para mirarlo, él solo movió su rostro.
_ ¿Te quedarás a dormir acá?... –él me preguntó con algo de duda, dios Edward era tan hermoso-.
_ Si… ¿Por qué?... -quería que me dijera que le preocupaba-.
_ Pues… -lo ví evitar mi mirada, y mirar frente al volante, habló sin mirarme-.
_ En realidad, no me gustaría que a última hora decidieras irte a la casa blanca y anduvieras sola por allí…
Yo me sonreí al darme cuenta que le preocupaba. Al menos eso presumí.
_ Edward… si decido eso… ¿podría llamarte para que vinieras por mí?...
Lo vi mirarme de golpe y sacarme una sonrisa ladeada, aquella que me hizo perder el horizonte mientras duró.
_ Por supuesto… no importa la hora que sea, Bella… solo llámame… prométeme que lo harás… que no saldrás de aquí si no es conmigo… -dijo suplicándome con los ojos, y yo quería morir pero de la felicidad… ¿sería posible que si le gustaba como me hubiere dicho Rosalie?... ella conocía a Edward mas que yo-.
_ Te lo prometo, Edward… -dije en un susurro y ambos nos quedamos mirando, sintiendo como de momento se ponía cargado el ambiente del auto, él cortó el momento, extendiendo su mano hacia mí-.
_ Dame tu celular…
Yo sin dudarlo se lo pasé, lo vi teclear un número y enseguida el repique de un celular, que no era el mío, sonaba en el auto. A los segundos, vi que él cerró la llamada. Y me miró, mientras extendía el celular así mí.
_ Es mi número celular… no dudes nunca en marcarme, si me necesitas…
_ Gracias… -dije sonriéndole, ambos nos mirábamos a los ojos, lo ví mover la cabeza negativamente, pero de manera tan perceptiva, que si no estuviera mirándolo tan fijamente, como lo hacia en ese momento, no había forma de que lo notara-.
_ Baja, Bella… necesito irme…
Dijo y allí estaba su voz de mandón, su voz cortante y fría, aquella que odiaba, sin decir nada abrí el manubrio y me lancé del auto, caminé rumbo a la puerta de la casa de Alice y antes de tocar el timbre, miré hacia atrás, por encima de mi hombro, y allí estaba el auto negro de mi padre, no se veía nada por dentro, pero imaginaba que Edward debía estar mirándome, me giré, trague en seco y toqué el timbre, la verdad, no entendía que me estaba pasando con Edward, ya que no quería separarme de él. La puerta se abrió dejándome ver a una Alice súper sonriente frente a mí. Enseguida ambas escuchamos unas llantas y nos giramos. Edward ya se había ido. Yo me quedé mirando el auto hasta que se perdió al doblar la esquina.
_ No te deprimas, amiga… me apuesto que no lo verás, solo hasta mañana…
Yo la miré de golpe, para toparme con la sonrisa pícara de Alice.
_ ¿De que rayos estas hablando?...
_ De que ves a Edward marcharse y te deprimes como si se estuvieran, despidiéndose para siempre…
Era increíble como mi amiga Alice me conocía tanto. Aunque sabía que iba a ver a Edward al otro día. Ya lo estaba extrañando.
_ Ven… vayamos a mi habitación… por lo que veo, tenemos mucho de que hablar…
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Alice y yo, ya nos habíamos bañado, ambas estábamos tiradas en su cama en pijamas y con el celular escuchando música suave y tomándonos a pico de botella un whiskys el cual me quemaba la garganta detrás de cada trago. Alice y yo llevábamos horas hablando.
_ Dios!... Isabella Swan, por fin está colgada de un tipo… -dijo Alice emocionada, mientras me extendía la botella, yo sonriéndome me di un trago, estábamos súper mareadas y eso que no habíamos vaciado aun, la mitad de la botella, Alice continuó hablando con su voz estropajosa-. Y no de cualquier tipo, si no de ese “bombón”… muero porque me digas como es en la cama…
Yo de la impresión escupí, el trago que tenia en la boca, encima de Alice, quien molesta me fulminó con la mirada.
_ Mierda, Alice, hablas tonterías… -dije horrorizada-. ¿Crees que me voy a acostar con Edward Cullen?...
_ NO le veo nada malo… -dijo Alice alzándose de hombros-. Si su cuñada dice que le gustas, no hay porque dudarlo, ella lo conoce más que nosotras dos…
_ No conoces a Edward… si es cierto que últimamente se comporta dulce conmigo, pero igual de momento sale el tipo estúpido y cortante que es… dudo que se fije en mí…
_ Dios, bella… ¿me estas subestimando?... –fruncí el seño sin entender su comentario, Alice me fulminaba con la mirada-. Oye, solo contéstame una pregunta y lo demás me lo dejas a mí… ¿Te gusta Edward?...
Yo me mordí el labio inferior, mientras suspiraba…
_ Me encanta… me encanta todo de él, Alice… -sonreí como hace mucho tiempo no lo hacia, es que era increíble, que con el solo hecho de hablar de él, me entusiasmaba-. Su pelo, sus ojos, su mirada, sus labios, su sonrisa, su cuerpo, su forma cuando se comporta como mi custodio, su forma cuando se comporta dulce conmigo… te juro que lo que mas me gustaría es que Rosalie no se haya equivocado y que en realidad si le gustara… es que fuera inmensamente feliz si supiera que le gusto tanto, como me gusta él a mí… es como si lo necesitase a mi lado, para salir de la vida de mierda que llevo…
Al mirar Alice, noté que esta me miraba con una sonrisa pícara. Yo también conocía a perfección a mi amiga. Solo reflejaba en su rostro que estaba feliz al verme a mí feliz.
_ Dios, Bella… -dijo ella acercándose mas a mi y tomando mi mano, habló en un susurro gracioso, por que su voz se escuchaba estropajoso-. Si te vieras como te brillan esos ojitos… cuenta conmigo para lo que sea… si Edward va a ser la causa de que esos ojos brillen de esa manera y que esa sonrisa permanezca en tus labios, yo también lo adoro, Bella…
Ambas sonrieron cómplices. Y yo, escuché, que mi celular sonó nuevamente, cuando me fijé en la pantalla, decía el nombre de Jacob. Ya había hablado con él mas de dos veces, en donde Jacob, me decía que mis padres lo tenían exasperado de tantas llamadas, él quería ir por mí para regresarme a mi casa. Y la verdad es que La Casa Blanca, era el último lugar en donde quería estar. Por lo que en esta ocasión no le tomé llamada. Miré la hora y ya pasaban de las once de la noche.
_ ¿Qué vamos a hacer?... –me dijo Alice-.
_ No quiero ir a casa… solo quiero ver a Edward, Alice… -dije-.
_ Pues llámalo y dile que quieres verlo… mamá a estas horas debe estar dormida, si lo entramos para acá, te aseguro que no se dará cuenta…
Yo me sonreí ante la estupidez de idea que estaba dando mi amiga, pero igual no me lo pensé dos segundos y busqué su número, el cual ya había marcado con su nombre y le marqué. Cuando el teléfono comenzó a sonar, mi corazón comenzó a latir mas aceleradamente, como si me pusiera de los nervios el hecho que iba a escuchar su voz. A los dos timbrazos escuché su aterciopelada voz desde el otro lado.
_ Bella… -dijo dejándome saber que él también reconocía mi número, era evidente que lo había grabado-.
_ Edward… -susurré tratando de que mi voz no se escuchara rara, maldije todo el alcohol que estaba en mis venas-. Es que…
_ ¿Decidiste regresar a tu casa?... –dijo adivinando mi razón de que lo llamara, que equivocado que estaba-.
_ NO, Edward… solo quería pedirte…
_ ¿Qué?... –dijo él al ver que tardaba en hablar-.
_ Quiero verte… conversar un momentito contigo… -Alice me miraba sonriendo-.
Hubo silencio del otro lado. Tanto tiempo que hasta hizo que mi sonrisa se borrara de los labios.
_ ¿Aló?... -temí que me hubiere cerrado-.
_ Isabella… -dijo y conocía perfectamente ese tono de voz-. ¿Vas o no vas a regresar a tu casa?...
_ No voy para la Casa Blanca, Edward… -dije en un hilo de voz, sintiendo como si me estuvieran exprimiendo el corazón-. Ven a casa de Alice… necesito verte, hablar contigo…
_ No, señorita… Lo siento, pero hoy es domingo, mi único día libre de la semana… mañana cuando esté en horas laborables, podrá decirme lo que tenga que decirme… ahora estoy ocupado…
Yo lentamente cerré los ojos, sintiendo que las lagrimas, con el parpadeo cayeron a mis mejillas, era una maldita estúpida por bajar las murallas con él. ¿Cómo mierda se me había ocurrido que podía importarle a Edward?... él solo cumplía con su trabajo y yo… volvía a sentir como mi vida se iba de picada. Escuché que tartamudeó del otro lado.
_ Be… Bella… -dijo y yo abrí los ojos para mirar la cara de espanto con la que miraba Alice-.
_ Entiendo, Edward… -dije tragando el nudo en la garganta-. Entonces hablemos mañana… -dije mientras cerré la llamada y lancé con toda fuerza mi celular, el cual chocó no se con que mierda y calló al suelo, seguro que como era un Iphone iba a resistir el golpe-.
_ ¡Bella… ¿Qué haces?...!
_ Es un maldito patán, Alice… ¿sabes qué?... por mi que se vaya a la mismísima mierda de donde salió… ¿Qué se cree?... ¿el ser mas importante del universo?... ¡¡¡Que lo jodan, maldita sea!!!... -dije mientras con una rabia que escapaba de mi ser, me ponía de pies y me empezaba a desnudar, Alice estaba asustada, supongo que hasta el alcohol de sus venas se había evaporado-.
_ ¿Y ahora que es lo que haces?... –dijo mirándome como si tuviera tres ojos en la cara-.
_ Le prometí a ese imbécil que no me movería de aquí sin él… ¿y que crees que voy a ser?... –Alice achocada se alzó de hombros-. Busca el peor sitio que conozcas, si no lo conoces, búscalo en Google, no importa que sea un antro, un bar, un cabaret, lo que sea, esta noche voy a hacer lo que se me pegue la maldita gana…
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Alice y yo nos desmontamos en una casa, veníamos vestida al estilo nosotras, hermosas.
Según me había dicho Alice, esa casa era de un amigo de ella del instituto, que se llama Mike Newton, y el mismo estaba aprovechando que sus padres habían viajado ese fin de semana para hacer una fiesta en su casa. La casa era grande y el jardín delantero estaba lleno de chicos los cuales tomaban y hablaban, Alice y yo entramos a la casa, y yo pude ver que en el patio trasero, habían muchos chicos y chicas mas tomando, bañándose en la piscina, bailando y disfrutando el momento, una sonrisa involuntaria salió de mis labios, aquello iba a ser divertido. Muchos chicos y chicas saludaban a Alice, mientras nos adentrábamos mas, entre las personas, Alice era muy popular, por lo que notaba.
_ ¡Alice!... –escuché el grito de un chico y Alice sonriéndose se paró y lo saludó con un abrazo-. ¡No imaginaba que ibas a venir!...
_ Pues ya vez que si, y no he venido sola, he traído a una amiga… es Bella… -dijo señalándome y vi que el chico sin disimulo alguno, me comió con la mirada, yo me sonreía al igual que Alice, el chico no se compararía jamás con Edward, pero igual estaba buenísimo-.
_ James… -dijo extendiéndome la mano y yo se la dí, mientras le sonreía coqueta, él beso mi mano sin apartar su mirada de mis ojos, ¡Yo seguía mareada!.
_ ¿De donde la sacaste, Ali?...
_ De mi casa… -dijo Alice y ella y yo nos reímos, Noté que James se sonrió, pero sin apartar la mirada de mi-.
_ ¡Bueno, a disfrutar lo que queda de la noche!... –gritó a Alice-.
_ Ven, preciosa… vamos a dar una vuelta… -me puse seria al ver que el tal James me tomó de la mano y me apartó rápidamente de Alice, yo giré mi rostro por encima de mi hombro, para mirarla dejándole ver que estaba asustada, y ella me dijo adiós, ese chico debía de ser de su entera confianza-.
Y así era. James me presentó a muchas personas y no se apartó de mí, en ningún momento. Era tan agradable. Hablamos mucho, nos reímos mucho y tomamos mucho. Lo último que hicimos, es que nos tiramos en un cheslón, de esos que habían al lado de la piscina, él en uno y yo en otro, pero muy cercas, ambos con botellas de cerveza. Aunque estaba mareada no me sentía borracha, debido a que duraba bastante, con una botella de cerveza. Si ese era el ambiente de Alice, era afortunada. En silencio veía como a mi alrededor, todos los chicos de mi edad disfrutaban el momento y la compañía de otros, y me sonreí añorando un poco de eso. Eran las 3 de la madrugada y me sentía tranquila. Edward vino a mi mente, como lo había hecho a cada minuto y aquello me golpeó, haciendo que volviera a sucumbir… la tristeza me embargó de tal manera que sentí que aquello que estaba viendo a mi alrededor, no me llenaba, lo quería a él, lo necesitaba a él.
_ ¿Qué pasa?... –me dijo James a mi lado y al notar mis ojos aguados se sentó de golpe mirándome preocupado-.
_ Nada… -le dije mientras me daba un trago de cerveza-. No me hagas caso, mejor será que regrese a casa de Alice… ¿me ayudas a buscarla?...
_ Por supuesto, pero antes, quiero enseñarte algo, preciosa…
Lo ví meterse la mano en el bolsillo y sentarse en el cheslón, mientras me daba un trago de cerveza, ví como sacó una especie de tabaco el cual encendió, chupó y luego me extendió. Yo le miré con duda…
_ ¿Qué es?... –dije mientras lo tomaba en mis manos-.
_ Algo que te va a ser cambiar esa carita triste que tienes, princesa…
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Edward Pov.
Estaba acostado en mi cama. Pensando y pensando… tenía puesto un pantalón de pijama y sin camisa, estaba tirado a boca arriba, con las manos cruzadas detrás de mi cabeza, mientras miraba sin pestañar el techo de mi habitación, la cual estaba bastante oscura, alumbrada solo por una de las lamparitas de noche. Me debatía si ir o no a la casa de Alice Brandon. Sabía que había sido muy fuerte y estúpido con Isabella, pero la verdad es que esa niña me estaba colando más de lo que me gustaba y no podía permitirme aquello. Era un imbécil, bufé, porque no quería involucrarme, pero igual no podía sacármela de la maldita cabeza. Giré mi cabeza, mirando la mesita de noche, en donde estaba colocado mi celular. Fruncí el seño mientras me indagaba si sería correcto o no, llamarla. Me creía conocerla y sabia que ella no se iba a quedar tranquila después de haberla tratado así. “Mierda, Edward, sácate de una vez por todas a esa niña de la cabeza”. Me dije interiormente. Y cerré los ojos tratando de dormir. Pasaron justo 10 minutos, cuando me ví buscando en mi aparato el número de ella, el cual ya lo había grabado en los contactos, marqué y mi llamada fue directo al buzón de voz. “Grandioso, debe estar durmiendo y tú como un maldito estúpido pensando en ella”. Tiré el aparato a mi lado en la cama, y me acomodé a ver si de una vez agarraba el sueño. Estaba en un trance, en el que sueño me estaba embargando, cuando escuché a lo lejos sonar mi teléfono. Me desperté con pesadez y ví que estaba sonando, lo tomé, fijándome que la llamada era de un número desconocido, fruncí el seño al ver que eran las tres de la madrugada. Tomé la llamada.
_ ¿Si?...
_ ¡Edward!... –dijo una voz cantarina desde el otro lado y enseguida la reconocí-.
_ ¿Alice?...
_ Si… soy yo… te estaba llamando por…
Me senté de golpe en la cama al escuchar detrás de la voz de Alice la bulla, música, muchas personas gritando, como si estuvieran aplaudiendo y celebrando.
_ ¿Alice donde esta Isabella?...
_ Jijiji… -dijo con preocupación-. No sabia a quien llamar, por suerte, antes de salir de la casa, gravé tu número, y por eso te estoy llamando…
Me paré de golpe de la cama, ya que mi corazón latía rápidamente.
_ ¿En donde estas… está Bella contigo?... –dije en un hilo de voz, por temor a que me dijera que estaba con ella-.
_ Si… Bella está extraña… no me hace caso y no se parece a ella… con decirte que ahora mismo está encima de la mesa del comedor de mi amigo, bailando y temo que…
Antes de ella terminar ya yo estaba corriendo en mi habitación, cambiándome de ropa y poniéndome zapatos.
_ Dame la dirección… -dije mientras tomaba las llaves de mi volvo y salía de la habitación-
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Me estaba estacionando frente a una casa de dos plantas arrebatado de chicos. Estacioné donde pude y me tiré del auto, corrí hacia adentro de la casa, llevándome a quien fuere que se cruzara en el camino, estaba molesto, fastidiado, asustado y preocupado. Entré a la casa y agradecí a dios ser alto, ya que trataba de buscar con la mirada a Bella o a Alice. Vi que había un comedor y que alrededor de él, estaban muchos chicos, aplaudiendo de manera muy eufóricos. Caminé más de prisa hacia él, acercándome al tumulto, frené de golpe ante la imagen que veía de cerca. Alice abajo le gritaba a Bella que bajara, Bella estaba sobre la mesa, con un vestido corto y hermoso, descalza, moviéndose mejor que cualquiera de esas chicas que bailan en los burdeles, y eso que yo había ido a muchos. Su pelo estaba suelto y se le pegaba a la cara, por el sudor, mientras un chico rubio, se le pegaba por detrás, quemándola descaradamente, tocándola con sus asquerosas manos, por la cintura, por las caderas y por las piernas. Estaba que iba a morir de la rabia, en ese momento, ese imbécil se podía considerar hombre muerto.
Bella Pov.
Estaba bailando de lo más concentrada en mis movimientos, estaba extasiada, eufórica y acalorada. James tenía razón, solo así había logrado sacarme a Edward Cullen de la cabeza, solo que era tan estúpida que no me dí cuenta que en este preciso momento, estaba pensando en él. Me sonreí mientras sentía las manos calientes de James acariciar mi cuerpo através de mi vestido. Sentía una paz, un silencio, y me sentía como si mis pies descalzos estaban sobre las nubes. Aquello era genial. De momento las manos de james se apartaron de mi cuerpo de manera brusca y escuché el alboroto. Me giré para ver como Edward, si, mi Edward, subió a una de las sillas y de allí tomó a James de la camisa y lo lanzó tan lejos, que James voló por los aires, chocando con el marco de la puerta del comedor, yo abrí los ojos sorprendida… ¿James estaba volando por los aires?... eso era imposible, me quedé en shock y una sonrisa se dibujó en mis labios, Edward ni me miró y se acercó a James tan rápido, que yo abrí los ojos lo mas que pude, ví a Edward levantar a James del suelo, golpearlo una y otra vez en su hermoso rostro, y no pude mas, porque sentí que alguien me tomaba de la mano, miré para ver a Alice mirarme asustada.
_ Ven, salgamos de aquí, Bella…
Con la ayuda de las manos de mi amiga, me bajé de la mesa, todavía estaba descalza y ¿Quién mierdas sabía en donde había dejado mis zapatos?... porque yo no lo sabía, el alboroto se hacia mas grande y yo miré preocupada a Alice.
_ Salgamos de aquí, antes que vengan los amigos de James… -dijo Alice y yo la miré sin creerle-.
_ ¿No pensarás dejar a Edward aquí?...
_ Por supuesto que no… -dijo ella ante lo obvio-.
Yo corrí hacia donde Edward, quien golpeaba con una rabia incontrolable a James y me acerqué gritándole.
_ ¡Edward, vámonos, déjalo, por favor… vámonos!...
Mi corazón bajó al piso de golpe, cuando vi que Edward se giró hacia mí, con rabia, yo me asusté, me iba a matar, lo vi mirar mis pies descalzos sin aprobación y se acercó a mí, y con agilidad, me tomó y me subió a su hombro, como lo había hecho aquella vez.
_ Mierda… ¿Qué haces?... se caminar… -le grité pero él no me hizo caso-.
_ Sal, Alice… -él le ordenó a Alice, mientras me sacaba de allí, bajo la fija mirada de todos los que se encontraban allí-.
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Frenó su caminar frente a un volvo negro.
Y me bajó. Estaba tan tenso, que por primera vez en mi vida entera, temí el hecho de abrir la boca. Alice y yo nos miramos mientras él abría la puerta de copiloto del dichoso auto.
_ Entra… -me ordenó entre dientes, con la puerta abierta para mí-.
Preferí no decir nada y subirme. Al subir mis piernas, aún estaba descalza, cerró la puerta tan fuerte que yo me asusté, lo escuché hablar con Alice desde dentro.
_ Sube, Alice… te llevaré a tu casa…
_ ¿Y mi auto?... –dijo ella en un susurro-.
_ ¿Puedes conducir?... –dijo él y yo le veía desde adentro, estaba sumamente molesto, mas de lo que lo pude haber visto cuando nos conocimos y yo lo ponía en su puesto, Alice sentía la misma inseguridad que yo, de hablarle, porque solo movió la cabeza positivamente-.
_ Pues, vete adelante… yo te seguiré…
_ Ok…
Dijo Alice, y caminó rumbo a su auto, Edward le dio la vuelta por delante al auto y se montó en el asiento del conductor. Yo me pegué lo más que pude a la puerta. Aunque me alegraba verlo tan rápido, estaba furioso y se veía capaz de hasta golpearme…
_ No te voy a pegar… -dijo entre dientes, y yo con los ojos abiertos como platos, lo miré sorprendida de que me haya leído el pensamiento-.
Él estaba sentado en el asiento, bastante rígido, mirando hacia donde Alice se montaba en su auto, cuando Alice arrancó, él la imitó y encendió el de él y le siguió.
_ ¿Qué haces aquí?... –dije entre dientes después de que lleváramos 5 minutos en silencio.- ¿Cómo Supiste en donde encontrarme?...
_ ¿Sabes qué Isabella?... –dijo y apartó la mirada de la carretera, estábamos en un semáforo-. Lo que mas rabia me da de todo esto, es que no hayas aprendido nada de tus experiencias con los Vulturis…
Fruncí el seño al no saber de que rayos me hablaba. Él habló con rabia contenida.
_ El chico de la plaza, se llamaba Demetri Vulturis… el chico del pub se llamaba Alec Vulturis… y esos dos chicos, no solo tenían el apellido en común… ambos querían hacerte daño… ¿no lo entiendes?... –dijo con rabia, yo estaba descolocada por una información que no sabía del todo-. No se que royo con ellos… pero hay alguien que quiere dañar a tu padre a través de ti… y debes entender que tu actitud es inmadura…
_ Aguarda, Edward… -le dije interrumpiéndolo-. A James a penas lo conocí… solo me estaba divirtiendo con él… ¿Por qué mierdas debes presumir que quería hacerme daño?...
_ Mírate… -dijo mientras miraba a la carretera y volvía a conducir-. Estas borracha y por la forma en que te vi bailar, una persona con experiencia notaría que te habías fumado algo…
Me quedé callada. ¿Qué le iba a decir… qué estaba en lo cierto?...
_ Es cierto Edward… pero es mi vida, y hago con ella, lo que quiera… ni si quiera tolero que mis padres se metan en ella, para que pienses que voy a dejar que mi custodio lo haga… olvídalo…
Él no dijo nada. Lo ví fruncir el seño. Yo continué.
_ Además… no entiendo que haces aquí… ya se que es Lunes, pero igual, me imagino que tu horario para iniciar a trabajar los lunes, debe ser a las ocho de la mañana.
Lo ví respirar hondo. No dijo nada. Y el silencio me agobiaba bastante.
_ ¿Qué pasó Edward?... –dije en un susurro, mientras sentía mi corazón latir rápidamente-. ¿Por qué has venido?... ¿Por qué has golpeado de esa manera a ese chico… cuando solo hemos estado bailando?...
Lo ví apretar fuertemente el guía del auto, sus nudillos se pusieron blanco de lo fuerte que lo hacía.
_ No soporté que te tocara de esa manera, Isabella… -dijo de golpe y yo me quedé frisada en mi asiento-. Esa es la verdad… reaccioné por impulso…
Una sonrisa salió de mis labios. Dios, no podía creer lo que escuchaba de sus labios.
_ Edward… si tomé de esa manera… si fumé un poquito de esa mierda… fue porque necesitaba sacarte de mi mente… -dije y ví que el me miró de golpe, solo por unos segundos, porque estaba manejando-. No lograba hacerlo… si me quedaba encerrada en esas cuatro paredes, me iba a volver loca…
Edward se estacionó y ví que lo hizo a una orilla, juro que sentía mi corazón latir en mi boca, él se quitó el cinturón y se giró para mirarme.
_ Solo prométeme, que no volverás a probar esa mierda… no importa como te sientas… prométemelo, Isabella, júrame que no lo probarás nuevamente…
Yo le sonreí.
_ Te lo prometo…
Dije sabiendo que sí le importaba, él me sonrió de lado y yo, sin pensarlo dos veces, lo imité y actué por impulso. Quité mi cinturón y me moví rápidamente y rodeé su cuello con mis brazos abrazándolo, noté que un principio el se quedó estático y no correspondió mi abrazo, yo llevé una de mis manos a su nuca y enredé mis dedos en su pelo, y lo acaricié suavemente, su olor era exquisito, su cercanía era inigualable, cerré los ojos, cuando sentí sus manos rodear mi cintura, acercándome mas a él, sentía su respiración agitada y una de sus manos acariciar mi espalda por enzima de mi vestido. ¡Juro que nunca antes había sentido la corriente que estaba sintiendo en ese momento, recorrer mi cuerpo. Me estremecí de cuerpo completo, cuando sentí que él adentraba un poco su nariz en mi cuello, rozándolo con la punta de la nariz, haciendo que mi piel se erizara, y mi respiración se agitara, me estaba oliendo, y al parecer le agradaba, porque sentí que una de sus manos enterró sus dedos en mi cintura, no quería que se alejara de mí. Sentí como tomó mi cintura con ambas manos y lentamente fue separándome de su cuerpo, yo a regañadientes se lo permití, pero mi respiración estaba agitada, mi mente bloqueada, lo quería cerca de mí.
Cuando nos separamos, igual quedamos cerca y ambos nos miramos a los ojos, él estaba serio, pero ya no estaba molesto, ahora me miraba de una manera que no pude descifrar, lo ví bajar su mirada de mis ojos a los labios, y si él tenía fuerzas suficientes para resistirse, yo no. Peligrosamente lento, empecé a acercarme a él. Bajando también mi mirada a sus labios, eran hermosos, se veían suaves y deliciosos. Edward se quedó estático, viendo como yo me aproximaba a él, de manera muy lenta. Cuando toqué sus labios, en un dulce roce, me sentí mareada. Cerré mis ojos segundos después, cuando sentí sus labios acariciar levemente los míos. Mis nervios para ese momento eran atroz, era sólo un roce, pero igual me sentía desvanecer. Nunca imaginé que con un simple beso, un simple roce de labios, una persona podía sentir todo lo que yo estaba sintiendo en ese momento. De manera tan suave, tan delicada, sus labios empezaron a moverse contra los míos, mi mente, mi cuerpo y mi vida, aún no se creía, que existiera tal hombre que me removiera tanto interiormente. Sin darme cuenta, solté un suspiro, el cual Edward aprovechó para profundizar el beso, adentró su lengua en mi boca y suavemente la exploró completa, yo correspondí de igual manera el beso, mientras que con una de mis manos acaricié su nuca y su pelo, mientras me acercaba a él un poco más, Edward al sentir mi mano acariciarlo se tensó un poco, y me besó de manera mas profunda, votando la fragilidad con la que me besaba, besándome mas fuerte, pero igual mas delicioso, atrapó mi labio inferior y lo succionó. Esa acción hizo que un jadeo saliera de mis labios, y el ambiente se estaba poniendo un poco tenso, nuestras respiraciones se estaban acelerando, Edward tenía su mano derecha, aferrada a mi cintura, como si se estuviera obligando a mantenerla allí, yo en cambio, dejé que mi mano dibujara pequeñas caricias en su nuca, que tocara y explorara sus suaves cabellos, él me lamió el labio, la lengua, y yo me estaba derritiendo en sus brazos, en sus labios. Solté otro jadeo, mientras le daba rienda suelta a mi lengua y eso hizo que Edward se estremeciera. Mi lengua se reunió con la suya, creando una caricia deliciosa. Examinamos con recelo, cada ángulo de nuestras bocas. Su sabor era delicioso. Sentía que iba a sucumbir, mi respiración se estaba haciendo algo insoportable, pero igual no quería terminar con ese beso. Todo lo contrario, me moví para besarlo más, si era posible me iba a subir a horcajadas sobre él. Sus manos bajaron a mis caderas.
Y mi piel quemaba en donde él las tocaba, nuestros labios no se separaban, no me importaba quedar sin respiración. Solo quería seguir probándolo, acariciándolo. Si era posible, quería más de él. Quería todo de él.
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GRACIAS POR SUS COMENTARIOS Y POR SEGUIR MI HISTORIA.
GRACIAS PRISGPE, ESPERO QUE TE HAYA GUSTADO EL ADELANTO Y AQUELLAS PERSONITAS QUE ME COMENTAN MEDIANTE ANONIMOS, SON MUY LINDAS, BESOS Y ABRAZOS.
GRACIAS, y obviamente me encanto el adelante, y el capitulo también, jo, ya me imagino el trauma cerebral de Edward al verla drogada, y la forma de bailar de la gente en esa condición, jojojo.
ResponderEliminarBueno, estos dos se están poniendo intensos pero el autocontrol del guardaespaldas es mucho así que esperemos pronto se rompa, jojo.
Woooaauu.!! Amo Tu Historia!! Publikaa Rapidiitoo Pleaseee! :D Felicitaciones,,sos una gran escritora.!!
ResponderEliminarBesitoos.!
CAMI
hola, me gusta tu historia y aunq la trama prcipal no se trata de alice y jasper me gustaria saber q pasa con ellos, gracias por fic.
ResponderEliminarbUENO, GRACIAS A PRISGPE, CAMI Y AL ANONIMO. GRACIAS POR COMENTAR Y SEGUIR MI HISTORIA, SON MUY LINDAS, NORMALMENTE PUBLICO A FINAL DE SEMANA Y SI HABRá UN CAPI MAS ADELANTE EN EL QUE PONDRE UN POV. Jasper o Alice. GRACIAS, BESOS Y ABRAZOS...
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