PESADILLA
Edward estaba sentado en la sala, mientras que la señora Cope a su lado
parada lo miraba fijamente, mientras se preguntaba “¿Qué rayos estaba
pasando?”. Ya que Edward ignorando todas sus preguntas, la había dejado con la
palabra en la boca y con los nervios de punta. Era evidente que el chico estaba
sumamente nervioso, sus manos levemente temblaban y cada segundo de manera
inconciente se pasaba las manos por el pelo. Sin duda alguna era un tic
nervioso de su parte. Sabía que sus manos temblaban porque lo había visto más
de mil veces teclear su celular y llevárselo a los oídos. Estaba llamando a
alguien insistentemente. Tanya y Jessica ambas desde una esquina de la gran
sala le miraban al igual que la señora Cope. Luego de unos minutos la señora
Cope respiró al escuchar que Edward estaba hablando con alguien por el
teléfono.
_ Alice… -dijo Edward entre dientes, su voz sonó sumamente tensa-.
_ Hola Edward… -susurró Alice desde el otro lado, debido a que estaba en el
instituto y en horas de clases-. _ ¿Te ha llamado Isabella?... -Dijo Edward mientras que internamente le rogaba la respuesta que esperaba-.
_ No… -dijo Alice con duda y notó que su profesor le estaba fulminando desde su escritorio, por lo que optó por regalarle una sonrisa picara y pararse de su asiento-. Dame un segundo Edward… -Edward la escuchó decirle al profesor que era una emergencia familiar y a los 10 segundos ella había dejado de susurrar-. ¿Qué sucede?... -dijo Alice en cuanto se vio fuera del aula-.
_ Isabella… -Edward cerró los ojos fuertemente mientras se ponía de pies, se llevó la mano al puente de la nariz-. Salió de la Casa Blanca con el Oficial Marcus…
_ La verdad algo no me huele bien… estuvo donde Carlisle y me dice mi padre, que Marcus la sacó de allí casi arrastras… no ha llegado a la casa y no me contesta el bendito celular… le he llamado más de mil veces, timbra pero no lo toma…
_ Tranquilo… yo también le voy a llamar… no te preocupes Edward… sabes como es Isabella… tal vez dejó el aparato tirado por allí… no es raro en ella…
_ Si sabes de ella no dejes de avisarme…
_ Por supuesto… -dijo Alice-.
Y ambos cerraron al mismo tiempo. Edward volvió a marcar el número de
Isabella y detuvo su caminar de golpe, al ver que en el tercer timbrazo por fin
habían tomado el jodido aparato. El alivio que sintió su cuerpo al relajarse,
fue sublime. Su voz salió sumamente bajita y aliviada.
_ Dios, Bella… por fin tomas el teléfono… me tenías de muerte… -dijo desde
que sintió que habían tomado la llamada, pero se quedó estático al ver que ella
no le respondió-. ¿Bella?... -le llamó, sabía que alguien tenía el aparato, la
respiración se escuchaba, quito el suyo de su oído, para verificar si la
llamada no se había caído, y los minutos seguían corriendo-. ¿Bella por que
rayos no tomabas las llamadas?... -nada del otro lado-. ¿Bella?... -miró el
celular nuevamente para darse cuenta, que la llamada se había caído y aquello
lo puso a mil, la ira explotó en su cuerpo de tal manera que gruñó fuertemente
e hizo el intento de lanzar el teléfono contra la pared, pero no lo hizo y se
obligó a respirar-
Los sollozos de la señora Cope se comenzaron a escuchar en la sala, Edward
se mordió el labio inferior con tanta rabia que sintió el sabor de la sangre en
su boca. Sabía y se obligaba a tranquilizarse.
Sus
manos fueron a su pelo y cerró fuertemente los ojos.
_ ¿Qué sucede?... -cuando Edward escuchó la voz de su hermano abrió los
ojos de golpe y lo miró-.
Emmet venía entrando junto con Charlie Swan, Jasper y otro Oficial. Vio la
cara que tenía su hermano y aquello le alertó casi de inmediato. Edward y él se
miraron a los ojos.
_ ¿Qué sucede?... -dijo Charlie Swan-.
_ Isabella salió temprano con el Oficial Marcus… y no quiero preocuparlo,
pero… -Edward tragó en seco-. Presiento que algo normal no está pasando… trato
de localizarla y no me es posible…
Emmet y Charlie fruncieron el ceño al mismo tiempo.
_ ¿La llamaste al celular?... -dijo Charlie con duda-.
_ Si… -dijo Edward mientras se obligaba a tranquilizarse, porque el hecho
de saber a Bella en problemas lo tensaba como el diablo, aquello era
inexplicable-.
_ ¿Qué ves de extraño en que Bella no conteste?... -dijo Charlie con duda-.
No es extraño en ella perderse… Carmen… -dijo mirando a la señora Cope-. Hágame
el favor y llame a esa amiguita de Isabella, seguro que ambas andan juntas…
_ No lo están… -dijo Edward entre dientes, haciendo que todos le miraran,
Edward le sostuvo fijamente la mirada a Charlie-. He llamado a Alice Brandon y
dijo no saber de ella en el día de hoy…_ Llamaré a Marcus… -dijo Emmet asimilando la preocupación de Edward. Algo fuera de lo normal podía estar ocurriendo, tomó su celular y bajo la fija mirada de los presentes buscó en su agenda telefónica y llamó-.
_ Ella quiso ir a visitar a su “suegrito”… -dijo Marcus con voz burlona-. Perdón… quise decir a su padre… y mi obligación era llevarla a donde ella me indicara, ya la conoce es tan terca e insoportable como su padre…
Emmet le interrumpió alzando mucho la voz.
_ ¡Hijo de perra, mas vale que traigas a Isabella a la casa blanca de
inmediato… o si no…
Marcus le interrumpió gritándole también del otro lado.
_ Dígale al Presidente, que libere a Aro Vulturi y después hablamos… si es
que se atreve hacerlo con tiempo… esta mocosa es súper irritable…
_ ¿Emmet?... -dijo Jasper quien era el que estaba más cerca de él-.
_ ¿Qué te dijo, Emmet?... -dijo Edward poniéndose sumamente nervioso al ver
que el color del rostro de su hermano había desaparecido-. Emmet habla por
favor…
Emmet miró a Charlie.
_ El Oficial Marcus es… allegado de Aro Vulturi… tiene a Isabella Y…
Edward sin mediar palabra se acercó a la pared más cercana y se recostó de
ella, no podía sostenerse casi en pies. Jasper disimuladamente se acercó a él.
Charlie miraba a Emmet fijamente.
_ ¿Qué fue exactamente lo que dijo?...
_ Que no la traerá de vuelta hasta que no liberen a Aro Vulturi… -Emmet
miró a Edward quien miraba fijamente a sus zapatos, nadie sabía el esfuerzo que
estaba haciendo para controlarse-. Amenaza con hacerle daño… -Edward levantó el
rostro de inmediato y miró a su hermano, Emmet se sorprendió al ver en sus ojos
odio puro-. _ Espero que estén conforme… -dijo Edward entre dientes, haciendo que el padre preocupado le mirara, Jasper le susurró que callara, pero Edward no pareció escucharlo, con la misma mirada de odio miró a Charlie Swan-. Si… si lo que querían era protección para ella… lo arruinaron… la tiraron a las garras del lobo… -decía con la rabia contenida, conteniéndose para no gritar la ira que lo estaba carcomiendo-. Lo advertí, ese hombre nunca me cuadró, pero no me hicieron caso… -miró a Emmet-. Si a Isabella le pasa algo… solo espero que la conciencia no los mate…
Dijo Edward y como alma que lleva el diablo salió de allí, dirigiéndose a
la puerta.
_ Edward!... ¿A dónde vas?... -dijo Emmet mirándolo con temor-.
_ A buscar la forma de dar con ella…
Charlie no emitió ni un solo comentario, el hecho de saber que su hija
estaba secuestrada lo había dejado en un limbo.
_ Te necesito… -le dijo Emmet llegando a Edward quien se detuvo y lo miró-.
Te juro que ese imbécil no va a tocarla, solo tenemos que movernos rápidos… y
recuerda que tenemos los mecanismos suficientes para eso… vayamos a mi oficina…
Jasper síguenos…
.
._ Quiero que lo hagan lo mas discretamente posible… -dijo Charlie quien se veía demasiado abrumado-. No quiero que la prensa se entere de esto… lo menos que quiero en este momento es dar declaraciones…
_ Claro señor… -dijo uno de los agentes-.
_ Presidente… -dijo Emmet mirándolo-. Permita que mis mejores hombres participen en la búsqueda, por favor…
_ Has lo que sea necesario… -dijo la primera dama, con lagrimas en los ojos-. Solo por favor, tráiganme a mi niña de vuelta…
_ Edward, Jasper… vamos por Diego, Rodrigo y Jorge…
.
..
Edward Pov.
Íbamos en el auto, siguiendo a varios autos del FBI, detrás de nosotros iba
otro auto con oficiales de la presidencia. Íbamos en carrerita. Aproximadamente
iban 6 autos, rumbo al lugar en que la celda satelital había indicado el punto
en donde se encontraba el celular del Marcus. El de Bella fue imposible ubicar,
ya que estaba fuera de servicio. En el auto, Emmet conducía, yo iba sentado a
su lado y Jasper y Diego iban sentados en los asientos traseros.
_ Juro que lo voy a matar con mis propias manos… -dijo Emmet rompiendo el
silencio-. Ese infeliz… burló nuestra
seguridad, nuestra confianza, y juro por mi vida que lo va a pagar…
Dijo Emmet a mi lado y el odio se escuchaba en su tono. Nunca lo había
escuchado hablar con tanto resentimiento. Yo iba con mi mirada fija hacia el
frente, mi mirada perdida, todos íbamos como oficiales, vestidos como tal y con
los respectivos aparatitos en nuestros oídos. Mi mente estaba bloqueada. Solo
ella acaparaba mis pensamientos. Momentos con ella me embargaban, haciendo que
el dolor que sentía en mi pecho, me fuera intolerable. Si a Isabella le pasaba
algo, sin duda alguna no lo iba a soportar, primero mataría con mis propias
manos a cada uno de los involucrados y segundo acabaría con mi propia vida. No
me creía capaz de soportar estar en un mundo en donde ella no existiera.
.
..
Cuando vi que los autos entraron a ese sector, mi cuerpo se crispó como reacción inmediata.
_ Mieeerrrdaaa… -Jasper arrastró la palabra con horror-.
Imagino que al recibir el estado de alerta que yo… mis manos se volvieron puño.
Miles de negocios y casitas de mala muerte cubrían estas calles, los niños y
las personas se quedaban embelezados viendo la carrera de nuestros carros,
tipos en las esquinas con muy mala pinta. Mis manos se volvieron puños.
_ Esto no me gusta para nada… -dijo Emmet entre dientes-.
_ Ni siquiera se como se llama este sector… -dijo Jasper con duda-._ Me voy mas lejos… -dijo Diego-. Ni siquiera sabía que existían lugares como estos en D. C.
Los autos de alante se fueron estacionando, Emmet se estacionó justo detrás
del que veníamos. Los oficiales armados, bajo la atenta mirada de todas las
personas de aquel espantoso lugar, se tiraron armados en la calle, ellos iban
vestidos de negros con uniformes, cascos en la cabeza y armas largas en las
manos. Emmet no había logrado estacionarse bien cuando mi mano agarró el pomo
de la puerta.
_ ¡¿Qué mierdas piensas hacer?!... ¿Acaso no escuchaste?...
_ Al coño con ustedes… -dije con rabia contenida y sacando mi arma me tiré
del auto-.
Yo mismo iba a matar a ese infeliz de ser posible. Pero lo que vi no me
gustó en cuanto seguí a los oficiales del FBI.
El auto presidencial, estaba estacionado debajo de un gran árbol. Frené de
golpe al ver que más de 10 oficiales rodearon el auto en el que había salido
Marcus esa mañana. Pues no había llegado hasta ellos cuando uno de los del FBI
abrió el auto y todos se prepararon. El que lo había abierto gritó.
_ ¡Está vacío!...
Todos se acercaron. Yo me detuve y sentí que alguien me puso la mano en el
hombro. Ni siquiera me moleste en girar a ver quien era. Porque lo sabía.
_ Tranquilo… la vamos a encontrar… -dijo Emmet-.
Yo guardé mi arma de fuego y me giré para caminar hacia nuestro auto.
Dejando a Emmet parado mirándome fijamente. Caminé y juro por dios que mi
cuerpo lo hacia por inercia. Debía tranquilizarme, debía poner de mi parte.
Porque no podía dejarme vencer tan fácilmente. Jasper y Diego estaban parados
junto al auto. Yo abrí la puerta de atrás y me monté. Tomando una postura de
desesperación.
.
..
Cuando llegamos de regreso a la casa blanca, todos nos sorprendimos al ver
que la entrada principal estaba full de periodistas con cámaras fotográficas y
cámaras de videos de canales televisivos. Cuando vieron nuestros autos, estos
lo acapararon, gracias a Dios, la puerta principal se abrió, permitiéndonos la
entrada.
.
..
Llegamos al despacho presidencial. Cuando entramos todos se pararon y nos
miraron. Tiré un vistazo a los presentes. Alice, estaba allí, sus ojos rojos e
hinchados, pero eso no me sorprendió, lo que me sorprendió fue al ver a su lado
a Rosalie, mi madre y mi padre, ellos estaban con caras largas y preocupadas.
Mamá me miraba fijamente, su rostro era de dolor, miré para otro lado para
notar la presencia de Jacob Black y sus padres. Jacob estaba recostado de la
pared, con la mirada fija en nosotros. Estaba la señora Cope, quien en silencio
lloraba sin cesar, estaban los padres de Isabella y unas cuantas personas mas
que suponía tenían que ser allegados a la familia. Yo miré al presidente, quien
miraba anonadado a Emmet. Aunque podía verlos a todos, haciendo mímicas, porque
en realidad no los escuchaba, mi mente estaba procesando la información
rápidamente.
“Marcus relacionado con Aro vulturis, eso quiere decir que existe un
vinculo entre ellos, y que Aro puede saber en donde este infeliz tiene a
Bella”.
_ ¿A dónde vas, Edward?... -escuché la voz seria de Emmet, y fue cuando me
percaté que estaba caminando hacia la puerta, detuve mi caminar y me giré para
mirarlo-.
_ Necesito ver a Aro Vulturis… estoy 100 % seguro que tiene la información
que necesitamos…
.
..
Mis ojos lentamente se fueron abriendo. Y cuando lo hice, le pedí a Dios
que solo se tratara de una pesadilla… Me encontraba en una habitación. Levanté
la cabeza para fijarme en donde estaba encerrada. En realidad aquel cuartucho
no podía ser llamado habitación.
Yo estaba
tirada en el suelo sobre unos papeles que parecían diarios. La pintura de las
paredes estaban horribles, la humedad del lugar hacía que ésta se desprendiera
por pedazos y que se esparciera por el asqueroso piso, mis ojos empezaron a
aguarse al recordarme lo que había pasado. A mi mente vino la mirada del
Oficial Marcus. Y allí sentí una opresión en el pecho que me dificultó un poco
la respiración. Me incliné de manera que quede sentada sobre los papeles y un
sollozo involuntario salio de mis labios cuando recordé aquellos dos tipos con
los que luchaba para que no me sacaran del auto. Mi mano, la cual temblaba
fuertemente, subió hasta mi ojo derecho y al rozar la piel de allí sentí un
pinchazo que me hizo estremecer y jadear de dolor. Las lágrimas comenzaron a
rodar por mis mejillas, mientras mi cuerpo algo adolorido se estremecía por los
sollozos. La realidad golpeó en mí… “estaba secuestrada”… Edward… su imagen
vino a mí de golpe.
Dios!. Mi bebé… allí si no pude más. Mis manos fueron a mi vientre de
manera protectora. No, no, no… esto no me podía estar pasando y menos ahora. Mi
bebé corría peligro y noooo, no podía permitirlo. Llorando me puse de pies,
lentamente porque mi cuerpo dolía un poco, seguro que por la lucha con esos dos
tipos en el auto. Estaba descalza, mí vestido todo maltratado, mi pelo era un
desastre. A pasos muy lentos caminé hacia la única puerta de metal que había y
llorando cerré el puño de mi mano derecha y golpeé repetidas veces. No me
importó que su material fuera de acero y que mi mano doliera como el demonio,
lo único que quería era que alguien me sacara de allí de manera inmediata, mi
bebe estaba en peligro.
_ ¡¡¡Por favor!!! -Golpeaba la puerta-. ¡Si alguien me escucha, por favor
sáquenme de aquí, debo salir de aquí!!!
Mi llanto no permitió que siguiera pidiendo ayuda, pero igual seguía golpeando
la puerta lo más fuerte que pude. Hasta que sentí unos murmullos del otro lado.
Cesé los golpes y cuando escuché el murmullo del otro lado me aparté de la
puerta y esperé que se abriera. Allí frente a mí, apareció un chico joven,
estaba vestido jovial, jeans, franela, cazadora y una gorra hacia atrás. Cuando
me vio una sonrisa inmensa se dibujó en sus labios, mientras al mismo tiempo me
daba una mirada lasciva por todo el cuerpo.
_ Eyy, la princesita por fin despertó… waaoow, ¿Cuánto llevabas sin
dormir?...
Fruncí el ceño.
_ Por favor… déjeme salir de aquí… debo regresar a mi casa…
_ A pesar de la facha que cargas… te ves preciosa… -volvió a mirarme
descaradamente, yo de manera instintiva retrocedí un paso hacia atrás-._ ¿Qué rayos quieren de mí?... -dije con rabia, mi mano ardía, la ira comenzó a consumirme-. ¿Por qué me tienen aquí?... ¿no se dan cuenta lo que han hecho?... los van a encontrar y todos quedarán muy mal parados…
_ Muy poco le importa a mi jefe lo que pueda pasar… claro, luego de que entienda que le jodió la vida a Charlie Swan, como se la jodieron a él…
_ No me hagan daño… -le rogué-. Yo necesito salir de aquí… -comencé a
llorar dejando salir lo vulnerable que me sentía en este momento. Es cierto que
siempre estaba revestida de una coraza, pero esta con la presencia de mi bebé
había desaparecido, ahora me sentía capaz de cualquier cosa solo por
protegerlo-. Si me dejas salir de aquí te prometo que no te pasará nada… yo me
encargo de que no existan cargos contra ti, prometo hacerme cargo. Por favor…
-noté que en el rostro del muchacho apareció una duda y eso me permitió sentir
una pizca de esperanza-. Por favor, yo necesito regresar a mi casa… tengo que
ver a Edward…
_ Lastima mi reina, pero de aquí no sales hasta que no dejen en libertad a
Aro… porque él mismo es el que quiere vengarse de Charlie… dudo que vuelvas a
ser la misma luego que todo esto termine… claro si es que dejamos algo de ti,
porque no solo a Marcus le prometió divertirse contigo, si no también a mi
compañero y a mí… -cuando lo vi romper a reír a carcajadas, mi angustia se
convirtió en odio y rabia-._ Malditos infelices… Edward los va a encontrar y cuando eso suceda va a acabar con todos ustedes, eso seguro…
_ ¿Quién es Edward?... ¿Tu custodio, al que Marcus dice que te tirabas bajo las narices de tus padres?... también me encantó saber que eres una niña traviesa… y con experiencia… tranquila te vas a divertir… no sabes lo bueno que es hacerlo con más de una persona a la vez…
Y allí apareció la Isabella Swan de siempre, sin darme cuenta me había
acercado a ese infeliz y en un segundo mi mano se estrelló con su mejilla tan
fuerte, que mi muñeca dolió como el demonio, no llegué a reaccionar porque
recibí un golpe en la mejilla que me lanzó al suelo y lo que ocurrió allí me
dejó sin conocimiento. Sentí que cuando caí al suelo unos puños sujetaron
fuertemente mis cabellos desde la raíz y tiraron de ellos hacia arriba, el
dolor me hizo gemir y llorar, mis manos trataron de pegarle pero era imposible.
Veía todo borroso, la persona tirándome del pelo trataba de levantarme, pero
mis piernas no tenían fuerzas. Escuchaba su voz llamándome con palabras
ofensivas a las que no les prestaba atención, mi cuerpo dolía fuertemente.
Cuando notó que mis piernas no se sostenía me arrastró por el piso y luego con
rabia tiró mi cabeza hacia atrás, haciendo que esta se golpeara fuertemente con
el piso, “mi bebé”. Traté de llevarme mi mano al vientre, solo quería que ese
tipo se fuera, pero no llegue a cubrírmelo bien, cuando sentí un golpe
contundente en mi barriga que me hizo botar el aire de golpe y allí lo perdí
todo, sentí que mis fuerzas se fueron, y casi todos mis sentidos. Me sentí en
un limbo doloroso. Solo lo escuché susurrar en mi oído “Tranquila, estarás
bien… justo como te necesito, lo suficientemente conciente para sentir, y lo suficientemente incontente para resistirte y hacer ruido. Será rapidito, con las
ganas que te traigo no creo durar mucho” y allí fue que sentí que el tipo me
abrió las piernas, y en realidad aunque sentía sus manos, no tenia fuerzas de
moverme.
Me abandoné a lo que sabia que vendría en ese momento. Me odiaba por ser débil,
por dejarme vencer tan rápidamente, pero mi cuerpo no reaccionaba, ni siquiera
mis ojos podían abrirse, todo estaba totalmente negro.
_ ¿Cómo está?... ¿Qué es lo que tiene?... -pude escuchar esa voz a través
de mi somnolencia y aunque traté de obligarme a reaccionar no pude-.
_ Debemos de sacarla de aquí de inmediato…
Una mano acarició suavemente mi rostro, y el calor que emanaba en ella me
hizo perderme, la sombra negra se fue tornando en blanca. Unos labios se
acercaron a mi oído.
_ Tranquila, mi amor, vas a estar bien… te lo prometo… te voy a sacar de
aquí…
_ Edward… -dije en balbuceo-._ Shhh… -dijo Edward en mi odio, y juro por lo mas sagrado que hice el esfuerzo por abrir los ojos, pero estos pesaban demasiado, sentí el sabor amargo y a oxido subir por mi garganta, sin duda alguna un liquido comenzó a salir de mi boca, sangre… debía estar vomitando sangre-.
_ ¡Sácala ya, Edward!... -gritó la voz desesperada de Emmet-.
AQUI DE NUEVO. POR NADA DEL MUNDO ABANDONARIA LA HISTORIA.
ESPERO TU COMENTARIO.