¡SORPRESAS!
Bella Pov.
No solo me tenía de los pelos, el hecho de la extraña llamada de Carlisle
hacía unos minutos, sino el hecho de que el imbécil de mi custodio, me miraba
muy seguido por el retrovisor, su mirada me inquietaba bastante, el tipo me
miraba sumamente serio.
_ ¿Qué tanto me ve?... -dije y mi tono fue acido. Él dejó salir una
sonrisa-.
_ A usted… ya entiendo la fascinación de Cullen por usted… o mejor dicho de
los “Cullen”…
Yo abrí los ojos como platos, este se estaba pasando.
_ ¿Qué quiere decir?... -dije entre dientes-.
_ Que es una niña sumamente hermosa…
_ ¿Me está faltando el respeto?... -dije sin creer mis propias palabras, él
se sonrió y me miró directamente a los ojos, a través del retrovisor del auto-.
_ ¿Le molesta cuando Edward Cullen lo hace?...
_ Maldito infeliz de mierda… a ver que opina mi padre de esto…
_ Ja!... -soltó una carcajada y enseguida se puso serio-. También muero de
curiosidad por saber que opina su padre de muchas cosas…
Y sentí como el color abandonaba mi rostro. Esto era el colmo… la mala
espina que me causaba este hombre eran ciertas… tenía que hablarlo con Edward…
iba a donde Carlisle y de inmediato volvería a la casa blanca… a este hombre no
lo quería cerca de mí.
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Llegamos al hospital y me desmonté sin esperar que el imbécil me abriera la
puerta del auto presidencial. Muchos ojos curiosos se me quedaron viendo cuando
entré al hospital, sentía los pasos del Oficial Marcus detrás de mí, para mi
tranquilidad mental, traté de olvidarlo. Me acerqué a información y pregunté
por el consultorio del doctor Carlisle Cullen. Me informaron que en el quinto
piso, y enseguida busque el ascensor. Al llegar al piso, me sorprendí, este
hospital era sumamente lujoso. Había un pasillo inmenso, con sillas sumamente
finas, y un escritorio a una esquina en la cual se encontraba una chica. Yo me
acerqué a ella, y noté que la chica me miró con los ojos sumamente abiertos. Yo
le sonreí.
_ Hola… el Dr. Cullen me está esperando…
_ Si, señorita Swan… pase… -dijo ella y de manera torpe inició el camino
hacia una puerta la cual estaba un poco mas detrás de ella, cuando sentí los
pasos de Marcus detrás de mí, frene mi caminar y me giré, él me miró con duda-.
_ Espere aquí… -le ordené-.
La joven me abrió la puerta, yo le sonreí y entré. El consultorio de
Carlisle era inmenso, tenia todo lo que un consultorio debía llevar, pero muy
bien decorado y con mobiliarios de lujos. Él estaba detrás de su escritorio
mirando su laptop, pero en cuanto me vio, una sonrisa se dibujó en sus labios,
él miró detrás de mí.
_ Que nadie nos interrumpa, Heidy…
_ Si Dr… -escuché la puerta cerrarse detrás de mi, Carlisle se acercó y me
saludó con un beso en la mejilla-.
_ Isabella, hola… lamento haber llamado a tu celular, pero me fue imposible
comunicarme con de Edward… no sabía que Esme lo tenia, igual… ven acá…
Me tomó de la mano, y me llevó a una salita que estaba en su consultorio,
bien decorada, el blanco de los muebles era reluciente. Él me invitó a sentar.
Y cuando lo hice, noté que se devolvió a su escritorio, bajo la fija mirada de
mis ojos, lo vi abrir una gaveta y sacar un sobre blanco. Volvió acercarse a
mí, y note, que había cambiado, porque Carlisle se había puesto sumamente
serio. Se sentó de frente a mí, con el sobre en la mano, haciéndome a mí
ponerme seria también.
_ Ayer… estabas algo inconsciente… no se si te acuerdas que fui a
examinarte…
Yo fruncí en ceño.
_ Nana me dijo que usted estuvo por allí…
Carlisle me miraba tan serio, que me estaba poniendo nerviosa.
_ Edward me pidió que… te examinara… tomaste una bebida desconocida y él
quería descartar, supongo que hayas consumido cualquier tipo de droga…
Mierda, mierda, mierda…
Me dije interiormente, sabiendo que la seriedad de Carlisle al hablarme no
presagiaba nada bueno… miré el sobre en sus manos, y luego lo miré a él. Noté
que bufó y se paró de golpe del mueble, explotando.
_ ¡Me importa un carajo que Edward se enfade conmigo, por desquitármela
contigo!... -yo dejé de respirar, ante el repentino enfado de Carlisle, nunca
imaginé ver algo así-. ¡Rayos es que debí esperar que él viniera aquí, debí
verlo a él primero, tú igual solo eres una niña, pero maldita sea, él, él y Él
es el maldito adulto que debió protegerte de esto!... -dijo sacudiendo el sobre
que tenía en la mano-. Rayos… -se dijo para si mismo y miró el techo del
consultorio, yo lo miraba con los ojos sumamente abiertos, al parecer él estaba
tratando de controlarse, su respiración estaba agitada, se agarró fuertemente
el puente de la nariz y supe de quien Edward había heredado ese tic, luego de
unos segundos me miró y al ver supongo que mi cara de horror, puso cara de
preocupación-. Te asusté… -se confirmó entre dientes-.
_ ¿Qué pasa?... -dije en un susurro, sin querer pensar qué podía decir ese
papel que estaba en su mano… ¿acaso existía alguna bebida la cual podía traer
como consecuencia una muerte contundente en menos de 48 horas?-.
_ ¿Quieres ver el resultado?...-dijo bastante serio, mirándome a los ojos,
yo solo moví la cabeza positivamente y él me extendió el sobre, mis manos
temblaban cuando traté de abrirlo y cuando lo hice, noté que era una hoja llena
de resultados, los cuales no entendía-
_ No entiendo… supongo que debes explicarme algo… -dije y miré a Carlisle-.
_ Isabella… Edward me mencionó que últimamente no te estabas sintiendo del todo
bien, por lo que quise profundizar tus estudios… y te hice varias pruebas.
_ ¿Y bien… qué tienes que decirme… estoy
enferma?... -dije con duda y preocupación-.
_ Según los resultados que obtuve… me dicen…
que estas embarazada…
Y allí no supe más de mí. Entré en un trance
que solo había vivido en una ocasión, cuando era pequeña. Era algo
inexplicable. No perdía el conocimiento, pero si me apartaba de la realidad. Mi
mente de manera inmediata voló a aquel día… lo ví tan rápido, como si se
tratara de una cinta de video que fuera corrida a cámara rápida. El día de mi
cumpleaños, aquella noche, la mejor de mi vida, cuando Edward y yo mantuvimos
relaciones sexuales por primera vez, recordé la manera en que le presioné para
que accediera a tener relaciones sexuales conmigo y como fue la única vez
después de esa noche, que vi mi periodo menstrual, el cual fue totalmente
irregular. Me di cuenta que para este mes, ya no la había visto, resoné los
días de agotamientos, sueños y mareos, que estaba viviendo frecuentemente, y
que decir de la manera en que vomité la bilis aquella noche luego de recuperar
el conocimiento, luego de haberme desmayado… ESTABA EMBARAZADA DE EDWARD…
_ Isabella, Isabella… -escuchaba la voz de
Carlisle llamándome a lo lejos, pero no podía despertar de mi aturdimiento,
¡por dios Estaba embarazada… estaba esperando un bebé de Edward, un pedacito de
él y de mí crecía en mi vientre!-. ¡Isabella!...
Miré a Carlisle quien estaba sumamente
preocupado.
_ ¿Estoy Embarazada?... -dije entre dientes-.
Él seguía bastante serio.
_ Si lo estás… y aunque esté muy enojado con
Edward por su irresponsabilidad, quiero que sepas que te apoyo en esto… pueden
contar conmigo para lo que sea… se que lo que se les va a venir encima no es
nada fácil…
Y allí mi menté volvió a traer recuerdos de
aquella noche. Lo insistente y manipuladora que fui con Edward, solo con tal
finalidad de hacer mi cumpleaños inmemorable. Recordé perfectamente como
aquella noche me le entré a escondidas a su habitación, y como una vez allí me
sentí rechazada por Edward y producto a ello, me sentí humillada y cómo Edward en contra de su voluntad, procedió a
hacerme el amor, de la manera más extraordinaria del mundo, solo para demostrarme
que él también me deseaba de la misma manera que yo a él. Pero cuando recordé
aquello, la peor parte de esa mañana, sentí una opresión en el pecho que me
empezó a dificultar la respiración. Recordé aquella mañana, la cara de angustia
de Edward y la manera en que se pasaba frecuentemente las manos por el pelo.
Nuevamente escuché sus palabras, como si él la estuviera repitiendo en este
preciso momento de nuevo:
“_ Bella… no
te protegí… puede que te haya dejado embarazada…
_ Tranquilo, Edward… mi periodo menstrual no tarda en llegar… soy bastante
regular y… No estoy en época fértil…
-recordé como su rostro se fue relajando-.
_
Perdóname… Perdóname… te juro, que por nada en el mundo volveré a cometer una
estupidez como esa…
_ No importa, Edward… al fin de cuenta, si eso hubiera sucedido, la
responsabilidad no iba a ser tuya, yo he sido la que he presionado para esto…
_ ¿Qué dices?...
_ Será mejor que me de un baño… Ya amaneció… ¿Podrías ir a tu auto y ver si
entre los regalos encuentras algo de ropa que me pueda poner?...”
“Estupidez” así habías calificado
esto que estaba sucediendo… dos lágrimas cayeron en mis mejillas de manera
automática.
_ Isabella… debes de calmarte… -escuché a Carlisle decirme, mientras me
tomaba de las manos-.
_ Edward… -dije en un susurro, miraba hacia el limbo, ni siquiera miraba a
Carlisle, quien se había sentado a mi lado-.
_ Lo llamaré para que venga… necesita saber esto…
_ ¡No!... -miré a Carlisle de golpe y este me miró con horror…-. No, no, no
se lo digas… -le supliqué-. ¿Prométeme que no se lo vas a decir?... deja que yo
lo asimile primero, por favor…
_ Isabella… -Carlisle estaba tenso-. No me pidas eso… Edward debe enterarse
de esto… además no es todo… llevas una anemia increíble, que de manera urgente
debes de tratarte…
Fruncí el ceño. Las lágrimas seguían cayendo en mis mejillas. Mis manos
fueron a mi bajo vientre. Lo que me esperaba era fuerte… porque la verdad… no
iba a permitir que por nada del mundo, este embarazo perjudicara por ningún
motivo a Edward… él no era el responsable de esto… me vino a la mente, Reneé,
Charlie, Emmet…
_ O Dios!... -Jadeé mientras me llevaba ambas manos a mi rostro-.
Prométemelo, por favor…
_ Tranquila, está bien… te lo prome… -y allí fuimos interrumpidos-.
_ ¡Isabella!...
Escuché el grito de mi custodio desde la puerta, cosa que provocó que
Carlisle y yo nos paráramos de inmediato y nos giráramos, Marcus estaba parado
en la puerta mas blanco que un papel, su rostro era un poema.
_ Disculpe, Dr… -dijo la secretaria de Carlisle, quien entraba apresurada
al consultorio-. Al señor no le importó que le dijera que no podía interrumpir
y entró a la fuerza…
Miré a Marcus molesta, pero fruncí el ceño al notarlo algo nervioso y
apresurado.
_ ¿Qué rayos ocurre Marcus?... -dije furiosa entre dientes-.
_ Señorita… acabé de recibir una llamada de la Casa Blanca… debemos
retirarnos de inmediato…
_ ¿Qué ocurre?... -dije yo, ahora bastante nerviosa-.
Vi a Marcus titubear con duda.
_ Debemos retirarnos “AHORA”…
Me ordenó, dejándome boquiabierta. Miré a Carlisle.
_ Déjame acompañarte… -me dijo él y pude ver la preocupación en su cara,
mis manos empezaron a temblar al imaginarme lo peor, Edward estaba allí-.
_ Vamos… -le dije a Carlisle-.
_ UN momento… -solo di un paso cuando escuché el tono enfadado del Oficial
Marcus, le miré y este miraba de manera irrespetuosa a Carlisle-. Usted no
puede ir con nosotros…
_ ¿Qué Rayos se está creyendo?... ¿Acaso olvidó que quien da las ordenes
soy yo?...
Dije molesta.
La actitud del oficial no me estaba gustando. Pareció cuadrarse más y me
fulminó a mí con la mirada.
_ Acaban de decirme que la lleve a usted a la Casa Blanca y eso es lo que
estoy tratando de hacer, no se ponga difícil señorita, porque si lo hace soy
capaz de llevarla a rastras si es necesario…
Mis ojos se abrieron como platos, este maldito infeliz me las iba a pagar,
se la estaba luciendo porque estábamos frente de Carlisle, y por supuesto yo no
iba a mentarle la madre como se lo merecía. Maldito infeliz, hasta hoy ibas a
estar trabajando en la casa blanca.
_ Vamos Carlisle… -dije mirando de manera retadora a Marcus-.
_ No, no, no Isabella… -escuché a Carlisle decirme a mi lado, yo ni le
miré, ya que no apartaba mi mirada de Marcus, quien también me miraba
retadoramente-. Has lo que él te dice… ve… y no lo retrases… más tarde me
comunico contigo… ve niña… ve con él…
.
.
.
Edward Pov.
_ ¿Qué sucede, muchacho?... -me dijo Charlie, una vez que estuvimos en el
despacho, Emmet, Jasper, él y yo-.
_ Algo no me cuadra del Oficial Marcus… no considero que deba custodiar a
su hija…
_ ¿Quién debería custodiarla… tú?... -dijo y escuché el sarcasmo en su
tono, yo le miré bastante serio-.
_ No necesariamente deba ser yo… aquí hay miles de Oficiales a su servicio…
-miré de reojo a Emmet, quien cruzado de brazos me miraba-. Creo que el Oficial
Marcus es el menos indicado para estar al lado de su hija… miré lo que sucedió
anoche…
Vi como Charlie suspiró fuertemente, y en silencio caminó de manera lenta
hacia su silla detrás del escritorio y se sentó llevándose ambas manos a la
cara y restregándosela por unos segundos. Luego me miró fijamente. Yo le
sostuve la mirada fijamente y luego lo ví mirar a Emmet. Tardó unos segundos en
hablarle.
_ Emmet… NO quiero ver a ese hombre cerca de mi hija… reubícalo en otra
parte…
El alivio que sentí al escuchar eso fue tan fuerte, que suspiré de manera
audible. Miré a Jasper y este me sonrió de manera disimulada.
_ ¿A quien designo como custodio de su hija, señor?... -dijo Emmet-.
_ Al que consideres más capaz para el puesto… -dijo Charlie mirando
fijamente a mi hermano-. No me importa quien sea, solo quiero que mi hija esté
sumamente protegida… es lo único que me importa… -me miró a mí de reojo y luego
se puso de pies-.
_ Ocuparás de nuevo el puesto, Edward… -dijo Emmet y yo asombrado le miré
de golpe-. Confío que en tus manos Bella está sumamente protegida… solo que
considero que no es apropiado que hasta que se resuelva todo esto, Isabella
salga de la casa…
Yo solo afirmé con la cabeza. Porque me estaba conteniendo de sonreír de la
felicidad. Bella se iba a poner tan feliz cuando supiera la noticia que le
tenía. En ese momento, el celular de Emmet sonó, lo ví mirar a la pantalla y al
ver quien le llamaba frunció el ceño.
_ Es el FBI… -dijo mientras tomaba la llamada, Charlie le miró interesado,
todos mirábamos a Emmet-. ¿Si?... OH, Agente Benjamin… ¿alguna noticia?...
Vi a Emmet abrir los ojos de manera asombrada y una sonrisa se dibujó en
sus labios.
_ ¿En serio?... ¿Tan rápido lo han allanado?... -habían allanado a Aro, una
sonrisa se dibujó en mis labios, la sonrisa en los labios de Emmet se fue
desapareciendo y escuchó, los nervios me estaban matando y aunque Emmet escuchó
por minutos, sin siquiera interrumpir al que le hablaba, a mi me parecieron horas-.
_ Bien… agarren a ese infeliz… ya apareceré con mi equipo por sus oficinas…
hablamos… -y cerró el celular, para mirar a Charlie, quien esperaba que le
informaran-. Tienen a Aro Vulturi, allanaron su casa, dicen que en principio se
les complicó un poco las cosas, pero que ya lo tienen arrestado… le han
encontrado muchísimas mas fotos de Isabella en su estudio…
_ Infeliz… -dijo entre dientes Charlie y yo me tensé con la mención de
Isabella-. Al menos ya lo tenemos… yo personalmente le daré un visita…
_ Jasper, irás con nosotros… -dijo Emmet y luego me miró a mí-. Quédate y
ocupa tu puesto al lado de Isabella… aún no es recomendable que salga de la
casa blanca… más que nunca la quiero bajo este techo… -dijo Emmet y por primera
vez estaba 100% de acuerdo en obedecerlo-.
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Mierda!... -me dije furioso-. ¿En dónde carajos se había metido esa
muchachita?... llevaba bastante rato buscándola y nada de dar con ella, mi
última opción era preguntarle a la señora Cope. Cuando esta me dijo que no la
había visto desde que se despertó, empecé a preocuparme… ella había dicho que
no saldría de la casa, se lo había prometido a Charlie, yo le había creído
cuando lo dijo. Bufé y cuando pensé en llamarla al celular, en ese momento sonó
el mío. Al ver el numero de Carlisle tomé la llamada, con ganas de gritarle a
mi padre por haberme dejado esperando su llamada ayer.
_ Papá…
_ Hijo… ¿Qué está pasando?...
Dijo y su voz sonaba bastante preocupada, yo fruncí el ceño.
_ ¿Cómo?...
_ ¿Qué esta pasando en la Casa Blanca?...
_ Nada… ¿Por qué?...
Un silencio del otro lado me hizo dudar, pensando que la llamada se había
cortado.
_ ¿Carlisle… sigues ahí?...
_ Diablos… -me sonreí al escuchar a mi padre maldiciendo, nunca pensé vivir
para verlo-_ Edward… Isabella estuvo aquí… -dijo y mi sonrisa desapareció de
golpe de mis labios- Prácticamente acaba de irse con ese oficial que la
custodia ahora. El tipo estaba sumamente apresurado, prácticamente amenazó con
arrastrarla al auto si no se iban de inmediato, dijo que algo había sucedido en
la Casa Blanca, que le habían ordenado llevarla de manera inmediata a la Casa
Blanca… ese tipo estaba sumamente nervioso…
_ ¡Mierda, padre, ¿Y dejaste que se fuera con é?!... -grité y como estaba
en el pasillo que salía de la cocina eso hizo que las chicas salieran
apresuradas, yo estaba furioso, tanto que sentía que iba a colapsar-.
_ ¡¿Qué querías que hiciera, él era su custodio, yo no sabia que estaba
pasando?... -me gritó mi padre del otro lado-. Y dijo que no podía
acompañarlos!...
_ ¡¿Te ofreciste?!... -grité de nuevo, ahora asustándome-.
_ ¡Claro que lo hice, el oficial estaba tan nervioso que temí que estuviera
pasando algo!...
_ ¡¡Que me lleve un demonio!!... -grité con furia-.
_ ¿Qué sucede Edward?... -dijo la señora Cope en mi espalda, con voz
temblorosa-.
Yo ignoré lo que mi padre estaba escuchando, mientras que lentamente me
apartaba el aparato de mi oído, mi mente trabajaba a mil por horas, estaba
relacionando todo de una manera rápida.
“Era evidente que el tipo sabía de mi relación con Bella y a pesar de eso,
nunca dijo nada”. Nuevamente recordé aquella vez en la que hablamos por primera
vez, en donde había manifestado
“_ Al parecer… fue buena idea, el que Emmet te designara
como custodio de la chiquilla, ella parece menos rebelde… Sabía que no era tan
desagradable como todos los Oficiales la pintaban… nadie quería hacerse cargo
de su seguridad… solo yo me ofrecí al puesto… Estaba casi seguro que me
designarían a mí… pero tu apareciste de la nada… Pero gracias a dios que Emmet
te eligió a tí, has hecho muy bien tu trabajo… eres demasiado joven… pero eres
demasiado bueno en lo que haces, muchacho… te felicito…” al recordar aquello, recordé lo poco que
me gustaba ese tipo, recordé el día del cumpleaños de Bella y cuando lo
encontré en el parqueo junto a ella, estaba tan asustada. Y algo vino de nuevo
a mi mente… “él había escuchado al FBI, sabía que iban a allanar a Aro Vulturi,
por eso estaba tan asustado… su padre había dicho que el tipo estaba sumamente
nervioso, y eso solo se debía a que… en ese momento… estaban allanando la casa
de Aro Vulturi”
_ Mierda… -dije entre dientes sumido en mis pensamientos-. Alguien de la
Casa Blanca estaba pasando la información, y las fotos de Bella… era… “Marcus”…
él estaba liado al enemigo…
Bella Pov.
Automáticamente caí en el asiento trasero del auto, olvidé lo furiosa que
estaba con el infeliz del tal Marcus, ya que me había sumergido en un letargo casi de inconciencia, debido a lo
abrumada que me sentía. Estaba a punto de perder los estribos. El auto arrancó
y yo recosté mi cabeza del espaldar del asiento y miré el techo. “Estas
embarazada”… aquello provocó que mi pecho se oprimiera, no sabía que sentir, si
estar feliz o estar triste por la noticia. Mi mano fue a parar a mi bajo vientre
y lo acaricié por encima de mi vestido. “Dios, estaba embarazada”… tener un
bebé de Edward era algo que provocaba en mi cierta felicidad, lo deseaba y ya
sentía que lo amaba… pero el saber que a su vez era algo no deseado por Edward
eso me partía el corazón, él no quería algo así. No iba a aceptar algo así,
estaba casi segura… para él debía ser solo un error, algo que por su descuido
sucedió. Dos lágrimas corrieron en mis mejillas al darme cuenta cual podía ser
la reacción de todos ante esta noticia. Recordé las palabras que Emmet le había
gritado a Edward el día de mi cumpleaños… “_ ¡¡¡¡MALDITO INFELIZ, ERES UN BRUTOOO… ¿Cómo se te ocurre
decir eso?... cuando te asigné su custodio, era para que la cuidaras y
protegieras, no para que la sedujeras, eres un maldito bastardo, cuando te
agarre voy a acabar contigo, te voy a enseñar lo que es RESPETAR!!!!... ¡Te
advertí que te alejaras de ella, que crees que estas haciendo, maldita sea, no
eres más que un estúpido que está poniendo su carrera en juego, ¿no era esto lo
que soñabas ser?... estas echando todos tus sueños y tus esfuerzos por la
maldita borda… ¡Ellas es Tú
trabajo, por dios… como pudiste involucrarte sentimentalmente con la Hija del
Presidente!...” Emmet lo iba a matar… lo iba a
responsabilizar de todo, seguro que Charlie lo iba a despedir y Reneé, ella
solo se iba a encargar de hundirlo… las lágrimas corrieron por mis mejillas,
porque me sentía 100% egoísta con este asunto, había súper jodido la carrera de
Edward, lo había destruido y lo que más me pesaba, era que él menos que nadie,
se merecía esto, porque solo llegó a mi vida para iluminarla, para darme
soporte emocional, para hacerme una persona distinta… reconocía que con la
llegada de Edward a la Casa Blanca, no solo me había cambiado mi vida, si no
también me había cambiado a mí. “Te amo con todo mi ser, mi amor… -pensé
mientras sentía que me iba a ahogar- y no te mereces que te destruya de esta
manera”… no puedo permitirlo…
_ Llegamos, señorita… -escuché la voz de Marcus y lentamente fui abriendo
los ojos, escuché la puerta del conductor abrirse y cerrarse mas fuerte de lo
normal, giré mi rostro para mirar por la ventanilla y cuando ví en donde
estábamos el corazón abandonó mi pecho de golpe-.
¿En donde rayos estaba?... desde dentro del auto, miré desesperadamente a
mi alrededor. Era evidente que era un barrio súper peligroso. No se veía a
nadie en la calle de ese lugar. Mi corazón regresó de nuevo a mi pecho, pero
esta vez latiendo fuertemente dejando evidenciado que estaba en peligro. Fue
cuando vi que una puertecilla de aluminio, de una de las paredes de esos
callejones, se abrió dejando salir a dos tipos, bastantes fuertes y con caras
de asesino.
Trotaron hasta el auto y allí fue que pude divisar a mi “custodio” quien
les ordenó de manera fría.
_Saquen a la chica del auto, yo voy a deshacerme del vehiculo, estaré con
ustedes de inmediato.
Mis ojos se abrieron de golpe y rápidamente busqué mi celular, pero mis
malditos nervios no me permitían marcar el número de Edward. Cuando pensé que
lo mejor era soltar el aparato y bloquearle el seguro a la puerta, traté de
hacerlo, pero los malditos nervios no me lo permitieron. El chico que tenia la
gorra, comenzó a jalar el manubrio, por lo que tuve que soltar el celular, el
cual se deslizó de mis manos y se fue por debajo del asiento, yo comencé a
gritar como loca y aferré mis manos a la base de la puerta haciendo fuerza
hacia adentro para que él no pudiera abrir la puerta, pero cuando escuché que
la puerta del otro lado se abrió y el otro chico iba por mí. Me puse histérica
y me removí en el asiento, importándose que lo que llevara era una falda y con
mis tacos comencé a dar patadas, provocando que se les pegaran unos cuantos a
los dos tipos, que intentaban entrar al asiento trasero por mí. No iba a
permitir que me pusieran las manos encima, le dí al de la gorra en un ojo y lo
escuché chillar del dolor. Luego con una rabia desmedida entró su cuerpo al
auto, y sin importarles mis golpes llegó hasta mi rostro, solo lo ví cerrar el
puño y como si yo fuera un saco de boxeo insertó un golpe en mi cara, haciendo
que mis piernas y brazos se detuvieran de inmediato. Todo se tiñó de un negro
tan fuerte que me impidió volver a saber de mí.
WAAOOW. QUE BIEN SABER QUE TANTAS PERSONAS SIGUEN MI BLOGS. GRACIAS POR LEER.
PERDONEN LO CORTO DEL CAPITULO, PERO TENIA POCO TIEMPO Y PENSE QUE AUNQUE SEA CORTO USTEDES LO IBAN A APRECIAR, AL MENOS ESO ESPERO.
PRIGSPE, JOSELINA, ANTAREZ Y VALE. Gracias por sus lindos comentarios.
ANTAREZ: publico a final de cada semana, salvo algunas excepciones. Pero por lo general a final de cada semana actualizo la historia.