LA HIJA DEL PRESIDENTE

sábado, 28 de abril de 2012

CAPITULO XXXIII.

MI VIDA…


Fue tan fácil salirme de la casa blanca. Porque al Edward no estar a mi lado, todo volvía a ser tan fácil como antes. Solo espere que fueran las 11 y tanto de la noche. Me había vestido de la manera que antes solía hacerlo, para este tipo de escapadas.

Unos pantalones de cueros negros, bastante ajustados, con unos tacones cerrados y súper altos, y una franelilla negra sin mangas, me tiré una chaqueta de cuero encima, para evitar que me matara el frío de la noche. Con el pelo hice algo inusual en mí, lo había lavado con el baño, y luego con una plancha caliente le mate totalmente la onda, dejándolo caer súper lacio, alrededor de mi rostro. El maquillaje fue otro punto, me pinte los labios de un color rojo intenso y los ojos los resalté con un lápiz negro y a lo que vinimos. Sabía que mis padres iban a estar durmiendo. Ya en la casa, todos estaban tan acostumbrados a que no hiciera ese tipo de escapadas, que antes eran tan usuales en mí. Cuando salí a hurtadillas de mi habitación, me llamó la atención de que no estuviera nadie allí. A Edward le había referido que no tenía que custodiarme todo el tiempo, porque no iba a irme sin él a ninguna parte, pero las cosas habían cambiado, definitivamente. Corrí rumbo a las escaleras y las bajé tan deprisa que me sentí sofocar.

Llegué a la puerta principal y todo estaba en penumbra. Esperaba que solo las cámaras estuvieran gravando y que no hubiera nadie en el cuarto de seguridad. Salí y allí afuera estaba el auto de Alice. Rápidamente corrí y me subí en él, y nos dirigimos a la puerta principal.

 Alice parecía eufórica.

_ Creo que después de esto, no me dejaran entrar tan fácilmente a la Casa Blanca… -dijo entre dientes-.

Lo decía porque yo había llamado a los oficiales encargados de la puerta principal de la Casa Blanca y les había ordenado que dejaran entrar a Alice, fue tan fácil, me monté en los asientos traseros y me cubrí, para que no me vieran salir y al ver que Alice salió del recinto, ambas reímos encantadas.

_ ¿Y Edward?... -me dijo Alice y sentí que mi pecho se comprimió un poco-.
_ Me ha llamado… pero no he hablado con él-.
_ NO tiene la culpa, Bells, me imagino que ha de estar pasándolo igual de mal que tú…
_ Debo hacerlo… debo hacer esto… papá debe reconocer que estaba mejor cuando era Edward quien me custodiaba.

Alice me sonrío. Yo me había colado para el asiento de alante.

_ Luces como antes… -dijo riendo entre dientes-.

Me alcé de hombros restándole importancia.

_ ¿A dónde vamos?...
_ A donde nos lleve el destino… -dije sonriendo, no puedo negar que hacer esto me ayudaba activar la adrenalina-.
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Estábamos en una disco abrumada de gente, era extraño, porque apenas era Lunes. Yo estaba sentada en una butaquita en la barra. Alice, bailaba y bailaba, noté que me miraba extraña cada vez que escuchaba mi negativa cuando alguien me invitaba a bailar pero no quería admitir, que me sentía el cuerpo extraño. Algo pesado, cansado y por ocasiones me daba hasta un poco de sueño. Estaba mal acostumbrada, si antes podía pasarme hasta bien entrada la madrugada, con los ánimos alborotados, solo si se trataba de divertirme. Estaba allí en la barra bebiendo solo margaritas, parecía no hacerme notar por nadie, solo por el Batman, quien era un chico joven y agradable, que no dudaba en acercárseme hablar, cada vez que no había nadie pidiendo alguna bebida.

En una ocasión se me acercó con una sonrisa inmensa, poniendo frente a mis ojos un vasito. Fruncí el ceño al ver algo distinto a lo que estaba tomando.

_ Seré tu servidumbre de por vida si aceptas este trago, princesa… -lo miré con duda, sus ojos dejaban ver reflejados, una súplica inmensa-. Aquel tipo me ha ofrecido “Mil dólares”, si logro hacerte aceptarlo-.

 Seguí la dirección de su dedo y justo en la esquina de la barra, estaba apartado de todo el mundo, un tipo que me llamó algo la atención. Ya que desubicaba totalmente en el ambiente juvenil. Era un señor aunque joven, era algo mayor para los que estábamos ahí. Podría ser mi papá, si a eso íbamos. Él en ese momento giró su rostro para mirarme fijamente, cuando notó que le estaba mirando me regaló una sonrisa afable.

Estaba vestido hasta formal, él levantó su copita, como si estuviera brindando conmigo y se tomó su contenido de un trago, yo miré al chico, quien parecía un corderito.

_ ¿Necesitas los mil dólares?... -reí al ver que movió la cabeza positivamente como cinco veces repetidas, pues no era nada que le hiciera el favor al chico, tomé la copa, mordí el limón y luego giré hacia el tipo extraño, levanté la copa hacia él, como si estuviera brindando con él, le regalé una sonrisa y me bebí el contenido de un solo trago-.

 Mi garganta se abrió en fuego, mientras tragaba el contenido. Miré al chico horrorizada y él me sonrió divertido.

_ Eres lo mejor que me ha pasado en esta noche, reina… por siempre te estaré agradecido… -le sonreí mientras me acariciaba el pecho-.

_ Ey!... -dijo Alice llegando a mi lado eufórica-. Tráeme algo que me refresque… -le dijo al chico, este me miró, me guiñó un ojo y se retiró-. Bells… ¿Por qué no te animas a bailar?... ¿no era que íbamos a salir en primera plana mañana?... -dijo muerta de la risa-.

_ Ya no me entusiasma tanto… -le dije e involuntariamente giré mi rostro a la esquina en donde estaba el tipo extraño y me quedé en shock al no verlo allí. “había desaparecido”-.

_ ¿Viste un fantasma?... -dijo Alice, viendo a donde yo estaba mirando, luego me miró con duda-. Prefiero que sea un fantasma y no que sea Edward Cullen…

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Oye el traguito había sido una maravilla. Estaba sumamente noqueada. En el estado correcto para disfrutar, “tomada pero no borracha”. Me sentía drogada y extasiada. Los ánimos se habían calentado y se me habían subido hasta sentirme más eufórica de lo que estaba Alice. Bailábamos y seguíamos tomando. No se a donde había parado mi chaqueta, ya que al sentir calor, me la había quitado. Los chicos felices de bailar conmigo… eso si, al instante que querían tocarme más de lo debido, los dejaba colados en el mismo lugar. Todo estaba emocionante, hasta que bailaba con un tal diego, que era el que me parecía más agradable. Pues este, solo quería divertirse sanamente conmigo, pues hubo un chico que se molestó con él, porque había sido rechazado por mí, y sin darme cuenta, las botellas comenzaron a volar en el local oscuro. Estaba mal, y de eso me di cuenta, cuando en vez de correr de allí, lo que hice fue quedarme petrificada en el lugar con un ataque de risas increíble. Alguien me tomó de la mano y me arrastró dentro del tumulto de personas, que también trataba de salir del local, escuché las balas sonar en el aire y allí fue que me lo tomé en serio, debía salir de allí. Aferré mi mano de quien me jalaba fuera y una vez afuera me fijé a quien pertenecía.

_ ¡Corre, Bella, Corre!...

Me dejé llevar por Alice, yo iba muerta de la risa, cuando nos ví seguras dentro del auto. Alice estaba sumamente seria, la borrachera se le había pasado.

_ Waaoow, estuvo, Ufff… -dije dando brinquitos en el asiento-.
_ Bella… -dijo Alice mirándome seria por unos segundos, ya que conducía-. No es de broma… pudo haber pasado algo peor…

Me alcé de hombros mientras sentí un escalofrío azotarme el cuerpo. Con mis propias manos me abracé a mi misma. Fue en ese momento que me di cuenta que había olvidado la chaqueta.

_ Debemos regresar… -dijo Alice y yo lo miré horrorizada-.
_ ¿Qué hora es?...
_ Las dos de la mañana…
_ Es temprano… -dije-. Vayamos a otro lugar… se a donde ir…
_ Bella, no creo que sea conveni…

La interrumpí.

_ Es un sitio tranquilo… no te vas a arrepentir…
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Nos vi entrando al gran Pub de Rosalie. Alice se entusiasmó por la sola idea de ver a Rosalie. Cuando entramos al pub, aquello me trajo tan lindos recuerdos, como el día de mi cumpleaños y aunque el lugar estaba repleto de personas, enseguida busqué el lugar en donde había visto a Edward cantarme una canción. Una sonrisa se dibujó en mis labios.

_ ¿Isabella… Alice?...

 Alice y yo, nos giramos al mismo tiempo. Rosalie se acercó a nosotras con una sonrisa en los labios.


_ Hey… que sorpresa tenerlas aquí… -dijo mientras nos saludó a ambas con un beso y un corto abrazo-. ¿Y Edward?... –dijo mirándome con duda, yo solté una sonrisita nerviosa-.
_ Pues… Papá lo necesitaba en la Casa Blanca… -la sonrisa de Rosalie desapareció lentamente-.
_ ¿Andan solas?...
_ No tan solas… llevo a otro guardaespaldas… le pedí que se quedara en el auto…
_ No ha de ser muy bueno si las dejó entrar solas… pero pierdan cuidado… aquí están seguras… vengan… las invito tomar algo… -vi que me miró de reojo por unos breves segundos-.



Y le pedí a Dios, que no se percatara que estaba más que tomada. Puse todo mi esfuerzo en caminar con equilibrio. Todo me daba vueltas.

Rosalie nos buscó una mesa muy cómoda… la música se escuchaba sumamente suave… y para sorpresa de Alice y mía, ella se sentó a compartir con nosotras. Comenzamos a tomar, y yo trataba de beber lo menos posible. Me reía más de lo normal, y estaba yendo al baño más de lo adecuado. Notaba como ciertas personas me miraban más de lo normal. Estaba en el baño. Entré al cubículo y cerré la puertecilla, mi cabeza chocó con ella, cuando traté de recostar mi frente un poco, estaba sumamente mareada.

 _ Auch… -me quejé en un susurro-.

Ni siquiera usé el baño. Salí y me acerqué al lava manos y empecé a echarme agua en el rostro. Eso me estaba refrescando.

_ ¿Bella?... -escuché la voz de Rosalie detrás de mí-. ¿Te encuentras bien?...

Ella me miraba con preocupación, yo seguí echándome el agua, la verdad mi cuerpo estaba experimentando una sensación súper extraña, no me importó que el cabello se me mojara, y me pasaba las manos mojadas por él. Mi vista se estaba tornando oscura, como si tuviera vértigos,  de momento mi estomago se contrajo y apreté fuertemente las manos del borde del lavamanos, también apreté fuertemente los ojos.

 _ Mierda… -dijo Rosalie en un susurro-. Has tomado demasiado… tengo un loft en la tercera planta… ¿quieres recostarte?...

Y aquello bastó para que sintiera las inmensas ganas de querer vomitar. Me tapé la boca y corrí hacia el inodoro. Y allí empezó mi desgracia. Con espasmos horripilantes sentí que vomité hasta la bilis. Gracias al cielo, Rosalie me ayudó.      

_ Al menos he vomitado todo el alcohol… -dije mientras me enjaguaba la boca-.
_ ¿Cómo te sientes?... -dijo Rosalie a mi lado-.
_ Ey, ¿Por qué se tardan tanto?...

Dijo Alice entrando al baño.

_ Bella no está muy bien… es mejor que regresen a la casa… -dijo Rosalie-. Mandaré a buscar a tu guardaespaldas… para que venga por ti…

 Alice y yo nos miramos de reojo.

_ ¿Qué pasa?... -dijo Rosalie mirándonos con duda-.
_ No hay tal guardaespaldas… -le dijo Alice a Rosalie-. Bella se escapó en total rebeldía porque Charlie Swan, le ha quitado a Edward de custodio… -noté como Rosalie abrió los ojos como platos-.
_ Solo quiero divertirme… -dije entre dientes-.

Rosalie me miró molesta.

_ Bella, por Dios, si no eres una niña… ¿sabias que es súper arriesgado que anden solas por ahí?...
_ Dijiste que aquí estábamos seguras…-dije entre dientes, ella me dió una mirada severa-.
_ Solo un estúpido no se daría cuenta que venían de otro sitio, Bella, si estas súper borracha… ¿Cómo te sientes?...
_ Estoy bien… -dije fastidiada-.

Las tres salimos del baño. Iba a regresar a mi casa, sin duda alguna no me estaba sintiendo bien. Mi estomago no estaba del todo recuperado y ya no me sentía solo borracha, si no también algo cansada. Mientras caminaba, sentía que mis piernas tambaleaban un poco, prefería achacárselo a la bebida, pero las sentía sumamente flojas, como si fueran de gelatinas. Me sentí algo abrumada y una tristeza inmensa, al darme cuenta, cuanta falta me hacía el querer llevar a Edward a mi lado. Lo quería sentir junto a mí. Me rezagué un poco de las chicas y cuando salimos al local, mientras caminaba, sentía muchas miradas sobre mí. Pero hubo algo que atrajo mi atención, y es que sentí como si una mirada me estuviera quemando. Mi instinto hizo que girara a la esquina más oscura del local, me detuve porque me sentí tan exhausta que no tenia fuerzas de caminar, giré y allí estaba ese rostro conocido y a la vez tan extraño para mí. Fue un maldito deja vú, el tipo de la disco, estaba sentado solo en una mesa totalmente aparatada, aquí lucía mejor que en la disco, el ambiente iba más a su edad, él hizo el mismo gesto, de levantar la copita, con una sonrisa en sus labios, luego bebérsela de un solo trago, mientras me traspasaba con una marida sumamente amenazante, su sonrisa luego de retirar el vaso de sus labios desapareció y su mirada y su rostro se transformó en uno temible. Me miró con puro odio, lo cual provocó que mi corazón empezara a latir rápidamente, haciéndome sentir mucho miedo, aquello no estaba siendo normal, era evidente de que no debía ser pura coincidencia el hecho de que me lo haya encontrado en dos lugares en menos de una hora. “ese hombre… me había estado siguiendo”.

_ ¡Alice!... -traté de gritarle, pero lo que me salió fue un jadeo lastimero-.

Alice de inmediato se giró a mí, pero yo no podía apartar la mirada de aquel tipo que me miraba con gesto de odio y desprecio. Volví a sentir la misma sensación del baño, mi estómago me avisó de una fuerte nausea, pero en vez de vomitar, sentí que mi cuerpo se iba debilitando, y fue increíble como la música, aunque era lenta estaba sonando alta y de momento se fue desvaneciendo en el fondo, mientras que mis ojos fueron poniéndose acuosos hasta al punto de sentir que todo se puso negro, la ultima imagen que pude distinguir antes de perder el conocimiento fue a aquel señor, que me miraba fijamente.

Edward Pov.

Esto no iba a ser vida para mí. La verdad si no me mataba, el no poder estar a su lado, lo iba a terminar haciendo la maldita ansiedad que me estaba carcomiendo en el pecho. “Esto está mal, muy mal…” me decía en voz alta cada 1 minuto, mientras recorría mi habitación de acabo a rabo. Miré mi reloj. Eran las 4:30 de la madrugada y no había logrado pegar un ojo en toda la noche. El que Bella no me tomara las llamadas desde la tarde, ni contestara mis mensajes, me estaba matando de la ansiedad. La conocía, y sabía que no iba a aceptar esto así por así. Gruñí mientras me dejaba caer sentado en la cama, llevándome la mano al pelo. ¿Cómo rayos iba a acercarme a ella?... necesitaba verla, aunque sea unos segundos. Sabía que en estos momentos, debía estar durmiendo y sería algo muy arriesgado el ir hasta su habitación. ¡Maldita sea Charlie Swan!... ¡maldita sea toda esta situación y por lo que nos estas obligando a pasar!... escuché el sonido de mi celular, el cual vibraba sobre una de las mesitas de noche, este giraba y eso producía un sonido como al de las abejas, fruncí el ceño al recordar la hora, me sonreí al imaginar que solo podía tratarse de ella, solo ella podía estar llamándome a estas horas. Como desquiciado lo tomé.

_ Hola…
_ Edward… -dijo Rosalie del otro lado y aquello me hizo ponerme de pies, una alarma azotó mi cuerpo-.
_ ¿Rosalie eres tú?... -dije con duda-.
_ ¿Te desperté?... -dijo ella con preocupación-.
_ NO, Rose… dime… ¿Por qué llamas a estas horas?...
_ Waaow, Edward… ¿Cómo te digo?... Bella está aquí en mi pub… y la verdad no está nada bien…
_ ¡¿Qué?!... -dije mientras sentía que se me iba la vida-.
_ Si, ha venido con Alice… al parecer habían estado quien rayos saben donde, pero ha venido muy tomada… aquí se ha puesto mal… inclusive… -escuché atentamente mientras buscaba al mismo tiempo mis zapatos, y la ropa que me iba a poner, ya que estaba en boxers-. Perdió el conociendo…
_ Rayos!!... -dije con rabia-.
_ Habla incongruencias y está bastante perturbada… llora mucho y solo te llama a ti… Alice y yo no sabemos que hacer…
_ No se aparten de ella ni un solo segundo… en unos minutos estoy allí, Rosalie…
_ Ok…
_ Rose… -dije antes de que me colgara-.
_ ¿Si?...
_ Por favor… no te apartes de ella un solo segundo… hazlo por mí…
_ Ok, Edward… pero ven rápido… que me está logrando sacar de los nervios…

Cerré el teléfono. Mientras me las ideaba para llamar a Jasper y vestirme al mismo tiempo. Este si estaba durmiendo.

_ Oye, despierta y ponte algo… Bella no está en la casa blanca… vamos a salir…
_ ¿Cómo que no está en la casa blanca… qué hora es Edward?...
_ ¡Oyeee… -dije sin paciencia-. Es de madrugada y Rosalie me acaba de llamar para decirme que Bella está en su pub y que está mal!... ¿me vas a acompañar?...
_ Claro…

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Tomé mi volvo y junto con Jasper me vi estacionando en el local de Rosalie. Volé del asiento y corrí como loco hacia dentro, dos oficiales se interpusieron en mi camino justo en la puerta.

_ Disculpe, señor… pero no puede entrar absolutamente nadie… ya está cerrado…

Me apreté el puente de la nariz.

_ Me están esperando… soy Edward Cullen…
_ Está. Cerrado… -dijo el gorila despacio como si yo fuera retrasado y aquello me disparó la ira, haciendo que empujara al tipo con rabia, los dos inmediatamente sacaron su arma de fuego y apuntaron justo mi cabeza-.
_ ¡Ey, Ey!... -gritó Jasper quien se acercaba corriendo a nosotros, yo tenia una rabia, que no me importaba elevármeles encima aunque no estuviera armado, la verdad solo me estaban retrasando de tiempo-. ¡Maldita sea, Edward… identifícate!... -me gruñó a mí y miró los tipos enseñándole su placa, yo había salido tan de prisa que no llevaba nada conmigo-. Somos Oficiales de la Casa Blanca… y se nos ha llamado para buscar a la hija del Presidente que se encuentra enferma…

Vi que uno de los malditos, verificó con cuidado la placa de Jasper y esto me hizo bufar de impaciencia. Ellos se quitaron de nuestro camino y yo me apresuré a entrar, no sin antes fulminarlos con la mirada. De inmediato divisé a Rosalie quien estaba parada hablando con un señor. El local estaba completamente vacío.

_ Rosalie… -dije caminando rápidamente hacia ella y esta giró y en cuanto me vio, la vi relajar su cuerpo-.
_ Edward… -dijo dándome un beso en la mejilla-.
_ ¿En donde está Bella?... te pedí que no la dejaras sola…
_ Tranquilo. Bajé porque sabía que estabas al llegar… Alice está con ella…
_ Llévame con ella, por favor… -estaba sumamente ansioso-.
_ Hablamos mas tarde, Oliver… -dijo mientras lo despedía con la mano y me tomaba de la mía-. Vamos, es en el tercer piso.

Dijo mientras me guiaba a una esquina en donde estaba un ascensor. Este local era más grande de lo que me imaginaba.

_ Hola, Jas… -dijo Rosalie saludando a su hermano, él solo la miró, parecía molesto con algo-.
_ ¿Qué es lo que tiene Bella, Rose?...
_ Pues… -dijo ella mientras marcaba una clave y la puerta del ascensor se abría, los tres entramos-. Te dije, se desmayó… solo fue por un par de minutos, temo que se haya golpeado al caer, porque sin  duda, desde que despertó solo habla incongruencias… al menos yo no entiendo de que habla… lo único que entiendo es que entre llantos solo pedía por ti… quise llevarla a la casa blanca, pero no se, parecía que el salir de la habitación la asusta… -miré a Rosalie mientras la notaba contrariada-.
_ ¿Asustada?... -dijo Jasper-.
_ Si… estuvo inconciente cuando uno de mis seguridades la trajo acá, despertó en la cama… y luego no ha querido salirse de ahí… ¿Qué rayos hacia Isabella solo por aquí?... -me dijo molesta-.

 Las puertas se abrieron dejándonos ver un pasillo pequeño.

_ Pregúntale al imbécil de tu noviecito… -dije entre dientes con rabia y con ganas de partirle la cara a mi hermano en cuanto lo viera-.

Abrimos la puerta, Rosalie entró primero y yo detrás. Jasper venía más atrás aun.

Frené en seco, en cuanto la ví. Ni ella ni Alice nos habían visto. Bella yacía acostada en un sillón largo en posición fetal, deduje que debía estar llorando porque Alice estaba sentada cerca de su cabeza, en la orilla del sillón, le acariciaba el pelo, mientras la consolaba. Su voz era apenas un susurro.
_ Tranquila, Bells… saca fuerzas para que te pares de ahí… debemos irnos… -noté que Bella movió la cabeza negativamente de forma rápida-.
_ Isabella… -dije mientras daba otro paso y Alice giró su rostro hasta donde yo estaba, y Bella se sentó en el sofá de golpe-.

Esto mató un poco de mí. Su cara estaba totalmente descompuesta, su piel lucia sumamente pálida, sus ojos irritados y sus mejillas mojadas. Ella en cuanto me vio jadeó mi nombre con fuerza. Mientras al mismo tiempo se apeo del sofá y corrió hacia mi, yo también me moví rápido hacia ella, cuando llegó a mí, dio un pequeño brinquito, aferrándose a mi cuerpo, su abrazo fue fuerte, yo también la abracé, mientras enterraba mi nariz en su cuello.

Su cuerpo levemente se agitaba. Ella se aferró de mi cuello, mientras yo con la palma de mi mano le acariciaba la espalda. Bella estaba temblando.

_ ¿Qué pasó amor?... -le dije sin apartarme de ella, quien seguía aferrándose fuertemente a mi cuerpo-. ¿Por qué estas tan nerviosa?... -ella sollozó-. Shhh… tranquila…
_ Edward… -dijo sin soltar su agarre-. Tengo miedo… tengo mucho miedo…
_ Estoy aquí, princesa… no tienes que temer…

La sentí suspirar. Sus piernas perdieron un poco las fuerzas y yo la sujeté de manera que pude cargarla y volverla a llevar al mueble. La recosté un poco. Cuando la acosté noté que sin duda estaba temblando. Las lágrimas corrían por sus mejillas, ella me sujetó fuertemente la mano. Busqué sus ojos.

_ ¿Qué pasa Isabella?... ¿Por qué estas así?...
_ Allá abajo hay un señor… estoy segura que me estuvo siguiendo toda la noche… -yo fruncí el ceño, mientras apretaba mas fuertemente su mano-.          

Bella se notaba no solo vulnerable, si no también demasiado nerviosa… su aspecto era otro punto, no me gustaba para nada. Sus manos temblaban y su voz salía algo baja y temblorosa.

_ Edward… ese señor me miraba con odio… me mandó una bebida… y yo me la tomé… -dijo poniéndose más histérica aún-.

_ Shhh… -dije y le solté las manos, llevando ambas mías, a cada lado de su rostro. Busqué su mirada, tratando con ello de tranquilizarla-. Debes tranquilizarte… respira…
_ Ed..ward… -hablaba entre sollozos-. Tengo miedo… no quiero que te apartes de mí… solo contigo me siento protegida… segura… no te alejes, por favor… tengo mucho miedo…

No aguanté más y la silencié con un beso en sus labios, un beso de tocada, mientras acariciaba con una de mis manos su pelo.

_ Estoy acá… -le dije en un susurro-.



Uní nuestras frentes. Mientras ambos tragábamos las respiraciones del otro.

_ Te amo… -me dijo ella y sentí que mi pecho se infló-.

Yo la abracé fuertemente. No podía evitar sentirme tenso, por lo que Bella me había contado hacía un momento. Pero estaba obligándome a relajarme, por lo menos en este momento, Bella estaba demasiado nerviosa y debía tranquilizarla. Mis brazos se aferraron mas a su delgado cuerpo, y hundí mi cabeza en su pelo, llenándome de ella, sentía la mirada de todos detrás de nosotros, pero Bella y yo estábamos metidos en nuestra burbuja personal. Burbuja que explotó en el momento que sentí que Bella puso sus manos en mi pecho y sacando una fuerza sorprendente en ella, puso sus manos en mi pecho y me empujó con tal fuerza que no solo me apartó de su cuerpo, si no que logró sacarme del sofá, caí de nalgas en el piso, eso a ella no la inmutó, yo con los ojos como platos, la ví ponerse la mano en la boca y salir corriendo hacia un esquina del lugar, en donde había una puerta que supuse que sería la del baño. Ella entró y al escuchar que se fue en vómitos, reaccioné parándome del suelo y corriendo hacia el baño, sentí pasos detrás de mí, cuando llegué al baño y vi a bella prácticamente abrazando al escusado, corrí y me agaché a su lado y con mis manos recogí su pelo. Ella ya no estaba vomitando, pero se aferraba fuertemente al escusado.

_ Ha estado vomitando desde que llegó a este lugar… -escuché el susurro de Rosalie desde el marco de la puerta-.

Yo desde donde estaba agachado, fruncí el ceño y levanté lentamente mi rostro para girarlo y mirar a Rosalie quien me miraba desde la puerta del baño, con una leve sonrisa amenazando por salir de sus labios, no veía la gracia. Alice estaba detrás de Rosalie con cara de preocupación, mi mirada se fijó nuevamente en los ojos de Rose, quien  me miraba tan fijamente. La conocía bastante bien, para saber, que ella estaba viendo algo que yo no estaba viendo. Aparté mi mirada de golpe de Rosalie ya que Bella volvió a retorcerse y volvió a vomitar.

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GRACIAS POR LA ESPERA Y POR SUS LINDOS COMENTARIOS. ESPERO QUE LES GUSTE EL CAPITULO. Y GRACIAS ESPECIALMENTE A: VALE, JOSELINA, MUCHII Y KATTY MEYER...

GRACIAS X LEER.


viernes, 13 de abril de 2012

CAPITULO XXXII.

AGOBIADA.

_ ¡¿Qué mierda es todo esto?!... -dije dejando que la ira me embargara y me hiciera olvidar en donde estaba y frente a quien estaba-.
_ Edward… -dijo entre dientes Emmet y yo aparté de golpe mi mirada de las fotos y le miré, sus ojos me estaban advirtiendo algo y ¡a la mierda todo!. Tiré las fotos sobre la fina mesa, haciendo que las fotos se esparcieran un poco sobre ella, coloqué las palmas de mis manos sobre la mesa, apoyándome de ella, mientras miraba fijamente a Emmet quien estaba sentado justo frente a mi, detrás de la mesa, mis ojos estaban sumamente abiertos, y me estaba obligando a respirar-.
_ Edward, ¿Qué?... dime, Emmet… porque se supones que eres el maldito jefe de seguridad de esta casa y mira como han burlado a tu maldito equipo…

Sabía que no podía pagar mi rabia con él. Pero no lo pude evitar, la verdad me ponía los pelos de punta, el saber que Bella corría peligro. Jasper estaba sumamente preocupado.

_ No entiendo como pasó esto… -dijo Emmet entre dientes y lo conocía bastante bien para saber que estaba tan preocupado como yo-.
_ Bella está en pe-li-gro… -dije para que se le gravara en la cabeza-. Y esto no puede quedarse así… hay que hacer algo…
_ ¿Algo como qué muchacho?... -y al escuchar su voz, recordé la presencia del presidente, yo cerré los ojos por unos segundos-. ¿Qué propones tú que se haga?...

 Me puse derecho, giré mi rostro y lo miré, su mirada era severa, podía decir que estaba de un tono algo morado.

_ Hay que fortalecer su seguridad, señor… Bella no puede salir a la calle obviando que le estén siguiendo, que su vida esté en peligro…
_ Otra vida también está en peligro… y es la suya, Edward Cullen… -dijo el señor subiendo unas octavas más alta su tono de voz, se paró molesto y noté que Emmet también lo hizo lentamente, yo lamentablemente no me dejé intimidar, la verdad es que nada me asustaba más de lo que estaba, producto al peligro que estaba tomado Bella-. Porque si me entero de que por algún motivo se atreve a permitir que su trato con mi hija, pase a ser más que la de un custodio, le juro por Dios que yo mismo acabaré con usted…

 Me mordí los labios con rabia, aguantándome las ganas que tenía en ese momento de mandarlo a la mismísima mierda.

_ Señor… -dijo Emmet y el presidente sin apartar su mirada de mis ojos, levantó una de sus manos hacia él, en señal de que esperara-.
_ Conozco a Isabella… y se que se ha empecinado con usted… pero usted no puede permitir que esto llegue lejos… piense en usted… en sus años de sacrificio y trabajo… y no lo ponga a bailar en un hilo, solo por una niña caprichosa que no sabe lo que quiere… como es bueno en su trabajo… prefiero darle la advertencia… porque la verdad sería un desperdicio dejar que su carrera se vaya de costado… por una estupidez…

 ¡Su hija no es una estupidez!

 Quise gritarle al imbécil en su cara, pero por instinto miré a mi hermano, quien me miraba con los ojos abiertos como platos y con un temor increíble en su rostro. Charlie miró a Emmet.
_ Has cambios en la seguridad, Emmet…
_ Si, señor…
_ Convoca de inmediato a todos los Oficiales de la casa blanca…
_ ¿Van a convocar que?... -solté en tono sorprendido, haciendo que los tres me miraran de golpe, miré a Emmet sin creerlo capaz de hacer eso-.
_ Edward te estas extralimitando… -dijo Emmet entre dientes-.
_ “Eso” es estúpido… a caso… ¿no se dan cuenta que esto… -dije señalando las fotos en la mesa-. Deja evidenciado que la obtuvieron en la Casa Blanca?... “alguien con acceso a esta casa sacó esas fotos”… las mayorías son de Bella pequeña… de algún sitio la obtuvieron… las de adulta, bien la siguieron, pero las de ella pequeña… ¿de donde rayos la sacaron?...

 Noté que Emmet y Charlie se miraron de reojo.

_ Yo me encargo… -dijo Emmet serio y miró a Jasper-. Jasper, tú y Edward… vamos a mi oficina…
_ Quédate un segundo, Emmet, necesito darte unas instrucciones antes… -dijo Charlie-.
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_ Las cosas no me gustan para nada… -dijo Jasper, él y yo estábamos sentados en la mesa de juntas, de la oficina de Emmet. Llevábamos media hora esperando a Emmet, quien se había quedado en el despacho presidencial-.

Bella me había mandado varios mensajes, pero mis nervios estaban tan alterados que preferí no devolverle. Solo le contesté a uno y fue porque la sentí un poco ansiosa.

Todo está bien… estamos en una reunión, en cuanto termine te veo.

_ Edward… Charlie no es estúpido… se sospecha lo que traen Bella y tú… -me dijo Jasper, haciéndome aparatar la mirada del celular, para mirándolo a él-. No se que aconsejarte hermano…
_ Lo siento, Jasper, pero la verdad es que ahora ni siquiera quiero hablar… me siento abrumado…
_ Entiendo… -dijo haciendo silencio-.
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La puerta se abrió, haciendo que Jasper y yo miráramos para ver entrar a Emmet. Quien estaba bastante serio. Cerró la puerta después de él. Y se sentó en su silla, en uno de los extremos, Jasper y yo estábamos a ambos lados de él. Emmet me miró bastante serio.

_ Estoy 100% de acuerdo con que no debemos confiar en nadie, Edward… alguien de adentro de la Casa Blanca, sustrajo esas fotos de Bella… hay que reforzar su seguridad…
_ ¿De que viene todo esto, Emmet?... necesito saber que es lo que está pasando…   
 
Ví a Emmet tomar suficiente aire por la nariz. Su cuerpo se notaba bastante rígido. Luego de unos segundos habló despacio. Siempre mirándome a los ojos.

Yo de igual manera le mantuve la mirada. Escuché con suma paciencia.

_ Hace unos cuantos años… -empezó Emmet-. Cuando se llevó a cabo la celebración de las elecciones presidenciales para los Estados Unidos, Aro Vulturi fue contrario de Charlie Swan… en ese momento ambos eran senadores y elevaron sus campañas para presidente… hubieron campañas bastante sucias… Aro Vulturi entiende que Charlie Swan no obtuvo su puesto lícitamente y para tomarlo peor… su hijo… llamado Félix, quien era el mayor de él y el que mejor puesto había ostentado… ya que era Ministro acá en Washington… al llegar Charlie al puesto de presidente, este le sometió por corrupción… el chico al parecer tenía enemigos mortales en la cárcel en la que fue guardado mientras duraran las investigaciones… por lo que allí… hubo un supuesto accidente, producto de una negligencia del centro y falleció… Aro culpa a Charlie Swan de la muerte de su hijo…
 Aquello rebosó mi paciencia y me paré de golpe. Emmet y Jasper me miraron sorprendidos.

 _ ¡¿Acaso estas diciendo que el “ojo por ojo y diente por diente” significa una amenaza de muerte para Isabella?!!... -dije alarmado-.
_ Tranquilízate Edward… -dijo Emmet algo exasperado-. No eres el único preocupado con todo esto, además… vamos a reforzar su seguridad…
_ Imagino que están buscando a ese hombre… -dijo Jasper tenso-.

Emmet respiró hondo.

_ No tenemos pruebas contundentes de que esa carta haya sido enviada por él…. -dijo Emmet-.
_ ¿Qué mas pruebas que los dos atentados recibidos anteriormente?... -dije molesto-. Ambos cargaban el apellido Vulturis…
_ Pudieron haber actuado de manera personal… ellos en ningún momento han mencionado a su padre en esto…
_ ¿Qué rayos piensas hacer, Emmet?... -dijo Jasper, quien también lucia preocupado-.

Emmet lo miró a él y luego me miró a mí.

_ Lo siento, Edward… pero el presidente me ha pedido de manera directa que te reubique de puesto… no te quiere al lado de Isabella… -mis ojos se abrieron de golpe, Emmet continuó hablando rápidamente-. Traté de interferir para que no lo hiciera, pero dice que eres bueno en tu trabajo y que te quiere conservar como seguridad de la Casa Blanca, y que si sigues al lado de Isabella, duda que puedas mantener tu puesto, además…

Emmet enmudeció cuando vió que mi mano agarró un cenizal de cristal que había sobre la mesa. Lo lancé con toda la fuerza que pude a la pared más cercana. Jasper y Emmet volaron de sus sillas. Yo estaba totalmente furioso, mi cuerpo hasta temblaba de la rabia.

_ ¡NO, No, No!... ¡No me puedes hacer esto, Emmet… -le dije entre dientes, mientras lo acusaba con el dedo índice-. No puedes hacerme esto, no ahora que su vida está en peligro!...
_ No está en mis manos, Edward, lo siento… son ordenes expresas del presidente… no tengo mas opción que acatarlas…
_ ¿Y crees que Bella lo aceptará así por así?... -dijo Jasper mirando a Emmet con preocupación-. No tardará en escaparse…
_ Fortaleceré su seguridad… -dijo Emmet-. Yo mismo le explicaré… Edward… -dijo mirándome-. Tranquilo, hermano… solo dame unos días… yo estoy de acuerdo con Charlie, es mejor que te separes un poco de Bella, al menos por unos días…
_ ¿Sabes que no estoy de acuerdo con esto, verdad?... -le dije envolviendo ambas manos en puños-.
_ Te juro que va a estar bien, Edward…

Unos nudillos se escucharon en la puerta y los tres miramos.

_ ¡Adelante!... -gritó Emmet y yo me quedé de una pieza al ver entrar al Oficial Marcus, quien me lanzó una mirada fugaz y luego miró a Emmet-.
_ ¿Me mandó a buscar?...
_ Si… -dijo Emmet-. Me ha pedido el presidente que te informe que a partir de hoy, ocupas el lugar del Oficial Cullen… pasas a ser el custodio directo de la señorita Swan…

Yo sentí un puñetazo en el estómago… noté como el tal Marcus tuvo varias expresiones en su rostro rápidamente. Primera la de sorpresa, luego la de duda y por ultimo la de satisfacción. Pude distinguir una sonrisa morbosa dibujarse en sus labios, pero por un segundo.

_ ¿Qué haces?... -dije en un jadeo, mirando a Emmet con horror. Este me miró serio. Sabía que solo trataba de no exponerme frente al Oficial-. ¿Estas haciendo esto en serio?...
_ Si… -dijo de manera cortante-. Pasarás a ser escolta de Charlie Swan… era el puesto que querías cuando entraste a la Casa Blanca… felicidades… -dijo serio-. Estarás al lado mío y de Jasper…
_ Sabes que no me interesa… -le gruñí, Emmet me fulminó con la mirada-.
_ ¿Prefieres renunciar al cargo?... -dijo molesto-. Hoy mismo puedes verte fuera de la Casa Blanca… y con “cero” contacto con todo lo que haya aquí dentro… -y su amenaza implícita me dijo que debía soportar las malditas pruebas que me estaban poniendo-. Marcus vayamos hablar con Isabella…
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.
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Bella Pov.

Estaba sentada en mi cama, ya me había bañado y estaba en pijamas, tratando de comunicarme con Edward por todas las vías, luego que mamá me había dejado sola en la habitación, sentí que los nervios me mataban. ¿Qué rayos había estado pasando en el despacho de papá?... ¿Por qué rayos me sacaron de allí? Y ¿Por qué requería la presencia de Edward?... “los cristales en mis pies llegaron a mi mente, haciendo que el celular siguiera bailando en mis manos de manera nerviosa. Cuando Edward se dignó a contestarme, pensé que me iba a calmar. Pero era imposible lograrlo. Sentía una opresión en el pecho, que me dejaba claro que algo malo iba a pasar. Debía de calmarme o iba a terminar colapsando de momento. Me dejé caer en mi cama. 
Pero aquella posición duro muy poco, porque apenas sentí que abrían mi puerta me senté de golpe en la cama. Alice entró a mi habitación.

 _ ¡Alice!... -dije con desesperación y volé de la cama, para acercarme a ella rápidamente y sorprenderla con un abrazo-.
_ Heyyy… -dijo Alice abrazándome, aunque la sentí estupefacta-. ¿Qué rayos te pasa, Bella?... estas temblando… -y allí fue que me di cuenta de ello, me aparté y tomé varias respiraciones para tratar de calmarme, Alice me miró sumamente preocupada, me tomó de la mano y me jaló, sentándome a la orilla de la cama, ella se sentó a mi lado derecho-.
_ Dios… -dije y un sollozo salió de mi pecho, las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, sin poder evitarlo-. Ali… está pasando algo… estoy casi segura que papá sabe lo que está pasando entre Edward y yo… -los ojos de Alice se abrieron como nunca-.
_ Dime que es broma… -dijo ella llevándose la mano al pecho-.
_ Es lo que creo… todo es tan extraño… esta mañana Jasper llamó a Edward al celular para decir que las cosas no iban bien acá en la casa blanca, que arrancáramos para acá… -solté todo rápidamente y algo nerviosa-. Luego cuando llegamos y fuimos al despacho de mi padre, habían cristales rotos en el piso, papá estaba en plan de guerra, lo supe por su mirada y le pidió a Edward que se quedara… llevo esperándolo más de una hora… luego de mil llamadas y mil mensajes fue que me contestó, no diciéndome nada en realidad… solo que espere…
_ Shhhh… tranquila, Bells… te estas ahogando en un vaso de agua… -me dijo ella haciendo que me silenciara y que le mirara a los ojos, su rostro estaba tranquilo-. No debes torturarte solo por conjunciones que haga tu loca mente… espera a que lleguen las cosas antes de preocuparte… tal vez y solo se trata de algo de oficiales… -una sonrisa picara se asomó a sus ojos-. Que te entiendas con Edward, no le quita que su puesto en esta casa es de “Oficial de Seguridad”… “relax, amiga, relax”… -dijo riéndose-. ¿Te vas a ahogar antes que el barco se hunda?...     

Tal vez y mi amiga llevaba razón en lo que decía. Me obligué a tranquilizarme, aunque no lo llevaba bien al menos puse el intento por hacerlo.

_ Gracias, Ali… la verdad no se que haría sin ti…

Ella se alzó de hombros restándole importancia.

_ ¿Y a que se debe tu visita tan temprano?... -dije al recordar que Alice debía estar en el instituto-.

 Alice sonrió.
_ Luego de ver las imágenes de mí mejor amiga en las revistas sociales de hoy, no debía hacer otra cosa que salirme de la última clase aburrida que me quedaba y venir a felicitarte…

 La miré con duda.

_ Espera… -dijo ella y allí fue que ví en medio de mi habitación, en el suelo, que ella había dejado caer su mochila, al parecer cuando la había abrazado por sorpresa, Alice fue rápidamente por ella y la tomó acercándose a mi, se subió a mi cama. Yo instintivamente me puse en la misma posición que ella, ambas nos sentamos en el centro de la gran cama, con las piernas como si fuéramos a tener una clase de yoga, una frente a la otra. Vi, como Alice buscó dentro de su mochila, hasta sacar una revista de American Glamour y girarla hacia mi, para mostrarme que en su portada, tenían una foto inmensa mía de la noche anterior, abrí mis ojos enormemente, ¿Cómo era que esas personas editaban tan rápido?. Arrebaté de las manos a Alice, la revista y me detuve a leer en su portada lo que decían de mí.

 La niña consentida de Charlie Swan, luce muy hermosa y angelical en la fiesta de inauguración que se llevó a cabo en el centro de rehabilitación para ancianos en Washington, D. C.” Pág. 03

Lancé la revista a un lado. Mientras bufaba.

_ Puras mierdas… -dije entre dientes, Alice puso cara de absurdo y tomó nuevamente en sus manos la revista, mientras buscaba la página que hablaba entusiasmada-.
_ ¿Mierdas?... esta gente es fantástica, amiga… hablan hasta del maquillaje que llevabas… dicen puras cosas buenas de ti… tus padres estarán orgullosos al ver que ya ni siquiera los paparazzi encuentran cosas malas que decir de ti…
_ Alice… no me interesa saber que dice allí… tenemos que hablar de otra cosa…


Ella dejó de mirar la revista, supongo que al escuchar mi tono de voz serio y me miró a los ojos, dejó de sonreírse.

_ ¿De qué quieres hablar?...
_ Pues de tu ginecólogo… -dije y la vi fruncir el ceño-. Necesito ir a una consulta…
_ ¿Algo va mal?... -dijo algo tensa-.
_ No… es solo que… -solté mis piernas, para bajar de la cama, Alice me miraba, tiró la revista a un lado de ella-. Edward y yo decidimos que es conveniente que me… planifique… ya sabes… -dije sintiendo que la cara se me estaba calentando, Alice me sonrío con picardía-.
_ Rayos… ¿Ya follan como conejos?... -la miré asombrada por su palabrota, ella me sonrió mas aún-. ¿No vas a decirme que tan bueno es él, en la cama?...
_ Si antes me dices que tal vas con Jasper Whitlock… se que se traen algo mas en lleno… el tipo parece no odiarme tanto como antes… y parece mas relajado… -me sonreí y Alice se rió mientras se dejaba caer de espalda en la cama-.
_ Es el mejor”… -dijo en un suspiro-. Es cierto… ha cambiado tanto… me gusta demasiado… ¿sabias que anoche… me llamó?...

Yo levanté las cejas con perplejidad mientras me sentaba en la orilla de la cama. Alice me miró desde su posición-.

_ Nos vimos… -yo me sonreí-. Y me hizo el amor… el tipo es un Dios en la cama… en el baño… en el tocador… en el piso… en el…
_ ¡Ya, ya, ya!... -dije algo horrorizada mientras tomaba una almohada y le pegaba en la cabeza, Alice se cubrió mientras se reía a carcajadas, yo no pude evitar reírme con ella-. ¡No necesito saber tanta informaciónnnn!... –dije y ambas nos reímos-.
_ Háblame de Edward, please…

Yo sonriéndome me mordí fuertemente el labio inferior, mientras sin esperármelo las imágenes de lo que había sucedido esa misma mañana golpearon mi mente. Cerré los ojos mientras sentía el calentón azotar mi cuerpo.

_ ¡Mierda!... -dijo Alice, haciendo que yo la mirara alarmada, ella me miraba con los ojos abiertos como platos-. ¡¿Puedes tener un orgasmo con solo recordarlo?!... debe ser muy bueno…

Ambas nos reímos a carcajadas. 

Eso tenía Alice… siempre lograba hacerme olvidar las cosas que me atormentaban.

_ ¿Estoy enferma?... -dije mirándola con duda pero sin dejar de sonreír-.
_ ¿Con ese tipo?... cualquiera lo estaría… pierde cuidado… y si, si estás a ese punto debes planificarte de inmediato… que quedar embarazada de Edward es lo peor que les puede pasar a ambos… -yo al escuchar eso fui dejando de sonreír, Alice seguía sonriéndose, para ella era absurdo que eso pasara-. Reneé moriría de manera inmediata y a Charlie le daría un pre-infarto, y seguro que solo se recuperaría para mandar a matar a Edward, pufff… -dijo ella descartando la idea-. Mañana mismo si quieres te llevo… el Dr. Mark es sumamente discreto y de confianza…

Ya para ese entonces estaba seria. Unos nudillos golpearon mi puerta y Alice y yo nos giramos hacia ella.

_ ¡Pase!... -dije y la puerta se abrió dejándome ver a Emmet, quien sonrío tiernamente al verme, yo me puse de pies de inmediato, Alice se sentó en la cama, ya que estaba acostada de espaldas-.
_ Hola, niñas… -dijo Emmet, mirándonos a Alice y a mí de manera intercalada, yo me fijé que en ese momento, Edward también entró a la habitación, y juro a Dios, que mi corazón latió tan fuerte que me asusté, Edward cerró la puerta de la habitación tras de él, estaba tan serio que a mí no me gustó para nada-.

Mi mirada no se apartó de él. Y cuando la suya chocó con la mía, allí nos quedamos mirándonos fijamente.

_ Bella… -dijo Emmet haciendo que apartara mi mirada de Edward y le mirara con duda a él, Emmet estaba también muy serio, sentí que Alice se salía de la cama-.
_ ¿Qué sucede?... -dije mirando a Edward por uno segundos, al parecer él no iba a hablar, por lo que miré a Emmet, esperando que me diera la respuesta de porque ellos estaban algo tensos-.
_ Pues… -Emmet habló despacio-. Tu padre está preocupado, porque ha recibido ciertas amenazas… que ponen en peligro su integridad y la tuya… -mis ojos se abrieron de golpe-. Es algo exagerado por su parte, pero está preocupado… -dijo Emmet restándole importancia, yo respiré con alivio, al ver que Alice no iba tan equivocada con lo que decía, no era la primera vez que mi padre recibía algún comentario o advertencia que le preocupara-. Me ha pedido que priorice tu seguridad… -fruncí el ceño, ya eso no me estaba gustando-. Indicándome que produjera cambios…
_ ¿Cambios?... -dije sin entender-.
_ Edward ya no será más tu custodio… te he fijado a otra persona…

Y aquello fue suficiente para que la vista se me nublara por unos segundos. Mis piernas perdieron las fuerzas con la que me sostenían. Estaba parada y de momento ya estaba sentada en mi cama.

_ ¿Edward?... -dije mientras que mis manos temblaban y mi voz se llenaba de pánico-.
_ Aquí estoy, mi amor… -su voz se escuchaba tan cerca de mí, que pestañeé repetidas veces haciendo que mi vista se aclarara, las lagrimas me nublaban la vista, sentí sus dedos cálidos retirar las que caían sobre mis mejillas-.
_ Ed-wa-rd… -dijo Emmet con un gruñido y mi cuerpo se tensó al escuchar la rabia con la que Edward le contestó-.
_ ¿Qué?... -debido a que Edward estaba tan cerca pude sentir lo molesto que estaba-. Maldita sea, te dije… que me dejaras hablar con ella primero…
_ ¿Qué diablos… -dijo Emmet molesto-. Isabella no es una niña?. Ella va a entender…
_ Edward… Edward… -dije llorando y odiándome al mismo tiempo, por dejarme ver descompuesta ante ellos, pero es que RAYOS! No podía evitarlo. Si apartaban a Edward de mi lado, mi vida se iba a ver vacía, sin sentido… es que lo necesitaba a mi lado, para poder sostenerme, para poder vivir, todo mi mundo giraba entorno a él. Podría ser enfermizo lo se, pero Edward era lo mas bonito que me había dado la vida, y yo me aferraba como podía a ello-.
_ Bella… aun seguiré en la casa blanca… no tienes que temer… -dijo Edward en mi oído-. Seguiré estando aquí…

Yo con las lágrimas desbordando mis ojos, le miré. Sus orbes verdes me miraban sumamente preocupados.

_ NO entiendo… entonces, ¿Por qué… te removieron del puesto?... a caso…
_ Shhh… -dijo él haciendo que callara-. Tranquilízate… estas temblando… -dijo mirándome molesto-. Respira… -me ordenó-.

Yo lo hice… alguien me pasó un vaso de agua, por encima del hombro de Edward. Era Alice, quien también me miraba preocupada. Lo tomé y me lo llevé a mis labios, solo me los mojé, luego miré a Emmet, quien era el único que estaba apartado de nosotros, con una cara de pocos amigos y cruzado de brazos. Edward estaba acuclillado frente a mí, me observó tomar un traguito de agua.

_ ¿Mas calmada?... -moví la cabeza positivamente, lo ví hacer el esfuerzo por sonreírme, pero solo una mueca se dibujó en sus labios-.
_ Edward… -dije en un susurro, mirándolo fijamente a los ojos-. No puedes permitir que me aparten de ti…
_ Voy a estar aquí… -dijo frunciendo el ceño-. Solo necesito que me prometas algo…

Yo lo miré con el ceño fruncido. Con el tiempo que llevaba conociendo a Edward sabia que algo le estaba preocupando. Lentamente me puse de pies, y él lo hizo también, quedándose parado frente a frente a mí, justo a centímetros de mi cuerpo. Al ver que me quedé callada continuó.

_ No quiero, que por nada del mundo salgas de la casa blanca… por favor… prométeme que no vas hacer nada imprudente…
_ Edward… -dije entre dientes, su mirada era casi suplicante-.

Yo puse mis manos en su pecho y lo empujé suavemente, él me miró con duda, yo me giré hacia Emmet y lo enfrenté con la mirada.

_ ¿Y entonces… así es que priorizas mi seguridad?... ¿Quitando a mi único custodio?...
_ Tendrás a otro, Bella…
_ ¡NO. Quiero. A nadie. Que. No sea. A Edward… eres de lo peor, Emmet!... -le grité con rabia y llorando de la impotencia-. Odias tanto, el vernos juntos que osas en separarnos!... ¡¿sabías que me haces la vida infernal?!... ¿De esta manera es que dices quererme?... ¡No eres mas que un hipócrita, Emmet!...
_ Espera, Bella… -dijo Edward detrás de mi-. Emmet solo acata órdenes… -dijo a favor de su hermano y eso me hizo mirar de golpe a Edward-.
_ Edward… -dijo Emmet con fastidio, dejando claro que pretendía que yo no supiera quien estaba en realidad detrás de aquel cambio de oficiales-.

Charlie. Charlie. Charlie.
Miré con horror a Emmet.

_ Isabella, yo…

Mi cuerpo se estremeció de la rabia que sentía en ese momento. Y sin darme cuenta corrí hacia la puerta, salí de allí lo más rápido que pude. No me detuve a ver quienes eran los oficiales que estaban detrás de la puerta y rápidamente me subí al ascensor. Gracias a Dios las puertas se cerraron antes de que alguien llegara a mí. Cuando se abrieron en el despacho de mi padre salté hacia él, sin importar que siguiera descalza y en unos pantalones largos de pijama y una franelilla. Vi a Jessica y a Lauren limpiar el piso del despacho. Charlie estaba sentado con un sobre en la mano. Cuando me vio entrar dejó caer el sobre, en el escritorio y me miró asombrado, imagino que por mi facha. Se puso de pies.

_ ¿Isabella que estas haciendo acá… y vestida de esa manera?...
_ Retírense… -les ordené a las chicas, quienes me miraron de reojo y enseguida se fueron, cuando la puerta se cerró yo fulminé con la mirada a mi padre-. ¿Y bien?...
_ ¿Qué rayos te has pensado para entrar de esa manera a mi despacho?... ¿Por qué estabas llorando?... -dijo mirándome con el ceño fruncido-.
_ ¿Acabas de ordenar que quitaran a Ed… -me frené por un segundo-. Al Oficial Cullen de su puesto?...

Charlie relajó su cuerpo al ver de qué se trataba.

_ ¿Estas así por eso?... -me miró fijamente a los ojos-. Pensé que lo odiabas… hasta hace unos meses era lo que tenía entendido…
_ Él hace bien su trabajo… ¿eso no te importa?... cuando estaba en aquella plaza y el chico aquel trató de acercárseme él lo impidió… -noté que papá se tensó cuando le traje a colación aquel recuerdo-. ¿Recuerdas también aquella noche en aquella discoteca?... Edward también fue quien me ayudó… no se que me hubiese hecho ese chico de no haber sido por él… pero como claro, como a ti siempre te importa todo, menos yo, decidiste que era mejor dejarme sola…

Papá frunció el ceño. Noté que sus puños de encerraron al lado de sus costados.

_ No estarás sola, Isabella… y por favor… no me des mas problemas… -dijo entre dientes-. Ahora tengo cosas sumamente preocupantes en mi cabeza… no quiero berrinches… compórtate… que en realidad hay serios problemas a nuestro alrededor…

Me mordí la lengua, para no gritarle en su cara lo mal padre que era. La verdad sabía que no podía hacer mucho, porque fácilmente me dejaría evidenciada frente a él. Y no podía desplegar a Edward frente a él. Al menos seguía en la casa blanca. Y si Charlie quería de regreso a aquella Bella rebelde, que no escuchaba razones y que solo se metía en líos, la iba a tener de vuelta. Mañana a primera hora la iba a ver de vuelta cuando viera la primera plana del diario. Lo miré con todo el odio que fue posible y me encaminé hacia el ascensor. Cuando me vi en el pasillo que me llevaba a mi habitación, noté que Edward y Emmet estaban aparatados de Jasper y de ese oficial alto que tan poco me gustaba. Había olvidado su nombre. Alice estaba parada recostada de la puerta, un poco cerca de Jasper y aquel oficial. Ella miraba a Emmet y a Edward quienes apartados, discutían en susurros.

_ Aquí estoy… -dije al llegar a ellos, todos me miraron, yo solo miré fijamente a Alice, la verdad me sentía cargada, abrumada y desesperada, mi amiga que me conocía tan bien, puso cara de preocupación-.  Alice que bueno que estas aquí… necesito hablar contigo…

Di dos pasos hacia mi habitación, cuando escuché la voz de Emmet.

_ Bella, espera… -dijo y yo me detuve aunque seguí de espalda a él, solo miraba a Alice-. Quería que supieras que el Oficial Marcus será de hoy en adelante tu custodio-.

Yo giré mi rostro y miré al tipo, quien me miraba fijamente, no entendía porque ese hombre me gustaba tan poco. Le retiré la mirada bruscamente al mismo tiempo que tomaba a Alice de la mano.

_ NO quiero que nadie nos interrumpa…

Dije y entré a la habitación junto con Alice y allí cerré la puerta un poco más fuerte de lo necesario y cerré con llave. Alice me miró con duda.

_ Te conozco… ¿Qué te traes entre mano, Bells?...

Miré hacia la cama y al ver la revista que habíamos estado viendo anteriormente Alice y yo, me acerqué lentamente, la tomé en mis manos y volví a leer su titulo.

_ Me siento tan sobrepasada, Alice… -dije entre dientes-.
_ Tranquila… no es como si no lo fueras a ver de nuevo, amiga…
_ Solo una buena borrachera puede hacerme respirar… -me giré y la miré, ella me sonrió-.
_ ¿Tiene Charlie Swan alcohol en la casa blanca?...
_ Vete a tu casa y espera mi llamada en la noche… me voy a escapar… hoy recordaremos viejos tiempo…

Alice puso cara de preocupación.
_ Pero Edward te pidió que no salieras de la casa blanca, Bells…
_ Te juro que mañana le daré el peor día de su vida a Charlie…
_ Ese oficial que te asignaron no me gusta, amiga…
_ No he dicho que iremos con él… te dije que me voy a escapar…
_ ¿Sin seguridad?... -me miró con duda-. ¿Saldrás sin seguridad?... Emmet dijo que…
_ No me importa lo que nadie diga… ¿vienes conmigo o me dejas sola?...                        

Estaba decidida a fregarles la vida a todos. Sabía que a Edward no le iba a gustar para nada. Pero la verdad la situación me estaba sobrepasando.

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GRACIAS A TODAS LOS QUE LEEN LA HISTORIA. GRACIAS ANTAREZ, JOSELINA, ANONIMO Y PRISGPE POR SUS COMENTARIOS. ME AGRADA QUE LE GUSTE LA HISTORIA Y DEJEN SABER QUE LES PARECE ESTE CAPITULO.