MI VIDA…
Unos pantalones de cueros negros, bastante ajustados, con unos tacones
cerrados y súper altos, y una franelilla negra sin mangas, me tiré una chaqueta
de cuero encima, para evitar que me matara el frío de la noche. Con el pelo hice
algo inusual en mí, lo había lavado con el baño, y luego con una plancha
caliente le mate totalmente la onda, dejándolo caer súper lacio, alrededor de
mi rostro. El maquillaje fue otro punto, me pinte los labios de un color rojo
intenso y los ojos los resalté con un lápiz negro y a lo que vinimos. Sabía que
mis padres iban a estar durmiendo. Ya en la casa, todos estaban tan
acostumbrados a que no hiciera ese tipo de escapadas, que antes eran tan
usuales en mí. Cuando salí a hurtadillas de mi habitación, me llamó la atención
de que no estuviera nadie allí. A Edward le había referido que no tenía que
custodiarme todo el tiempo, porque no iba a irme sin él a ninguna parte, pero
las cosas habían cambiado, definitivamente. Corrí rumbo a las escaleras y las
bajé tan deprisa que me sentí sofocar.
Llegué a la puerta principal y todo estaba en penumbra. Esperaba que solo
las cámaras estuvieran gravando y que no hubiera nadie en el cuarto de
seguridad. Salí y allí afuera estaba el auto de Alice. Rápidamente corrí y me
subí en él, y nos dirigimos a la puerta principal.
_ Creo que después de esto, no me dejaran entrar tan fácilmente a la Casa
Blanca… -dijo entre dientes-.
Lo decía porque yo había llamado a los oficiales encargados de la puerta principal de la Casa Blanca y les había ordenado que dejaran entrar a Alice, fue tan fácil, me monté en los asientos traseros y me cubrí, para que no me vieran salir y al ver que Alice salió del recinto, ambas reímos encantadas.
_ ¿Y Edward?... -me dijo Alice y sentí que mi pecho se comprimió un poco-.
_ Me ha llamado… pero no he hablado con él-.
_ NO tiene la culpa, Bells, me imagino que ha de estar pasándolo igual de mal que tú…
_ Debo hacerlo… debo hacer esto… papá debe reconocer que estaba mejor cuando era Edward quien me custodiaba.
Alice me sonrío. Yo me había colado para el asiento de alante.
_ Luces como antes… -dijo riendo entre dientes-.
Me alcé de hombros restándole importancia.
_ ¿A dónde vamos?...
_ A donde nos lleve el destino… -dije sonriendo, no puedo negar que hacer
esto me ayudaba activar la adrenalina-..
.
.
Estábamos en una disco abrumada de gente, era extraño, porque apenas era
Lunes. Yo estaba sentada en una butaquita en la barra. Alice, bailaba y
bailaba, noté que me miraba extraña cada vez que escuchaba mi negativa cuando
alguien me invitaba a bailar pero no quería admitir, que me sentía el cuerpo
extraño. Algo pesado, cansado y por ocasiones me daba hasta un poco de sueño.
Estaba mal acostumbrada, si antes podía pasarme hasta bien entrada la
madrugada, con los ánimos alborotados, solo si se trataba de divertirme. Estaba
allí en la barra bebiendo solo margaritas, parecía no hacerme notar por nadie,
solo por el Batman, quien era un chico joven y agradable, que no dudaba en acercárseme
hablar, cada vez que no había nadie pidiendo alguna bebida.
En una ocasión se me acercó con una sonrisa inmensa, poniendo frente a mis
ojos un vasito. Fruncí el ceño al ver algo distinto a lo que estaba tomando.
_ Seré tu servidumbre de por vida si aceptas este trago, princesa… -lo miré
con duda, sus ojos dejaban ver reflejados, una súplica inmensa-. Aquel tipo me
ha ofrecido “Mil dólares”, si logro hacerte aceptarlo-.
Estaba vestido hasta formal, él levantó su copita, como si estuviera
brindando conmigo y se tomó su contenido de un trago, yo miré al chico, quien parecía
un corderito.
_ ¿Necesitas los mil dólares?... -reí al ver que movió la cabeza
positivamente como cinco veces repetidas, pues no era nada que le hiciera el
favor al chico, tomé la copa, mordí el limón y luego giré hacia el tipo
extraño, levanté la copa hacia él, como si estuviera brindando con él, le
regalé una sonrisa y me bebí el contenido de un solo trago-.
_ Eres lo mejor que me ha pasado en esta noche, reina… por siempre te
estaré agradecido… -le sonreí mientras me acariciaba el pecho-.
_ Ey!... -dijo Alice llegando a mi lado eufórica-. Tráeme algo que me
refresque… -le dijo al chico, este me miró, me guiñó un ojo y se retiró-.
Bells… ¿Por qué no te animas a bailar?... ¿no era que íbamos a salir en primera
plana mañana?... -dijo muerta de la risa-.
_ Ya no me entusiasma tanto… -le dije e involuntariamente giré mi rostro a
la esquina en donde estaba el tipo extraño y me quedé en shock al no verlo
allí. “había desaparecido”-.
_ ¿Viste un fantasma?... -dijo Alice, viendo a donde yo estaba mirando,
luego me miró con duda-. Prefiero que sea un fantasma y no que sea Edward
Cullen…
.
..
_ ¡Corre, Bella, Corre!...
Me dejé llevar por Alice, yo iba muerta de la risa, cuando nos ví seguras
dentro del auto. Alice estaba sumamente seria, la borrachera se le había
pasado.
_ Waaoow, estuvo, Ufff… -dije dando brinquitos en el asiento-.
_ Bella… -dijo Alice mirándome seria por unos segundos, ya que conducía-. No
es de broma… pudo haber pasado algo peor…
Me alcé de hombros mientras sentí un escalofrío azotarme el cuerpo. Con mis
propias manos me abracé a mi misma. Fue en ese momento que me di cuenta que había
olvidado la chaqueta.
_ Debemos regresar… -dijo Alice y yo lo miré horrorizada-.
_ ¿Qué hora es?..._ Las dos de la mañana…
_ Es temprano… -dije-. Vayamos a otro lugar… se a donde ir…
_ Bella, no creo que sea conveni…
La interrumpí.
_ Es un sitio tranquilo… no te vas a arrepentir…
..
.
Nos vi entrando al gran Pub de Rosalie. Alice se entusiasmó por la sola
idea de ver a Rosalie. Cuando entramos al pub, aquello me trajo tan lindos
recuerdos, como el día de mi cumpleaños y aunque el lugar estaba repleto de
personas, enseguida busqué el lugar en donde había visto a Edward cantarme una canción.
Una sonrisa se dibujó en mis labios.
_ ¿Isabella… Alice?...
_ Pues… Papá lo necesitaba en la Casa Blanca… -la sonrisa de Rosalie desapareció lentamente-.
_ ¿Andan solas?...
_ No tan solas… llevo a otro guardaespaldas… le pedí que se quedara en el auto…
_ No ha de ser muy bueno si las dejó entrar solas… pero pierdan cuidado… aquí están seguras… vengan… las invito tomar algo… -vi que me miró de reojo por unos breves segundos-.
Y le pedí a Dios, que no se percatara que estaba más que tomada. Puse todo
mi esfuerzo en caminar con equilibrio. Todo me daba vueltas.
Rosalie nos buscó una mesa muy cómoda… la música se escuchaba sumamente
suave… y para sorpresa de Alice y mía, ella se sentó a compartir con nosotras.
Comenzamos a tomar, y yo trataba de beber lo menos posible. Me reía más de lo
normal, y estaba yendo al baño más de lo adecuado. Notaba como ciertas personas
me miraban más de lo normal. Estaba en el baño. Entré al cubículo y cerré la
puertecilla, mi cabeza chocó con ella, cuando traté de recostar mi frente un
poco, estaba sumamente mareada.
Ni siquiera usé el baño. Salí y me acerqué al lava manos y empecé a echarme
agua en el rostro. Eso me estaba refrescando.
_ ¿Bella?... -escuché la voz de Rosalie detrás de mí-. ¿Te encuentras
bien?...
Ella me miraba con preocupación, yo seguí echándome el agua, la verdad mi
cuerpo estaba experimentando una sensación súper extraña, no me importó que el
cabello se me mojara, y me pasaba las manos mojadas por él. Mi vista se estaba
tornando oscura, como si tuviera vértigos, de momento mi estomago se contrajo y apreté
fuertemente las manos del borde del lavamanos, también apreté fuertemente los
ojos.
Y aquello bastó para que sintiera las inmensas ganas de querer vomitar. Me
tapé la boca y corrí hacia el inodoro. Y allí empezó mi desgracia. Con espasmos
horripilantes sentí que vomité hasta la bilis. Gracias al cielo, Rosalie me
ayudó.
_ Al menos he vomitado todo el alcohol… -dije mientras me enjaguaba la
boca-.
_ ¿Cómo te sientes?... -dijo Rosalie a mi lado-._ Ey, ¿Por qué se tardan tanto?...
Dijo Alice entrando al baño.
_ Bella no está muy bien… es mejor que regresen a la casa… -dijo Rosalie-.
Mandaré a buscar a tu guardaespaldas… para que venga por ti…
_ ¿Qué pasa?... -dijo Rosalie mirándonos con duda-.
_ No hay tal guardaespaldas… -le dijo Alice a Rosalie-. Bella se escapó en
total rebeldía porque Charlie Swan, le ha quitado a Edward de custodio… -noté
como Rosalie abrió los ojos como platos-. _ Solo quiero divertirme… -dije entre dientes-.
Rosalie me miró molesta.
_ Bella, por Dios, si no eres una niña… ¿sabias que es súper arriesgado que
anden solas por ahí?...
_ Dijiste que aquí estábamos seguras…-dije entre dientes, ella me dió una
mirada severa-._ Solo un estúpido no se daría cuenta que venían de otro sitio, Bella, si estas súper borracha… ¿Cómo te sientes?...
_ Estoy bien… -dije fastidiada-.
Las tres salimos del baño. Iba a regresar a mi casa, sin duda alguna no me
estaba sintiendo bien. Mi estomago no estaba del todo recuperado y ya no me sentía
solo borracha, si no también algo cansada. Mientras caminaba, sentía que mis
piernas tambaleaban un poco, prefería achacárselo a la bebida, pero las sentía
sumamente flojas, como si fueran de gelatinas. Me sentí algo abrumada y una
tristeza inmensa, al darme cuenta, cuanta falta me hacía el querer llevar a
Edward a mi lado. Lo quería sentir junto a mí. Me rezagué un poco de las chicas
y cuando salimos al local, mientras caminaba, sentía muchas miradas sobre mí.
Pero hubo algo que atrajo mi atención, y es que sentí como si una mirada me estuviera
quemando. Mi instinto hizo que girara a la esquina más oscura del local, me
detuve porque me sentí tan exhausta que no tenia fuerzas de caminar, giré y
allí estaba ese rostro conocido y a la vez tan extraño para mí. Fue un maldito
deja vú, el tipo de la disco, estaba sentado solo en una mesa totalmente
aparatada, aquí lucía mejor que en la disco, el ambiente iba más a su edad, él
hizo el mismo gesto, de levantar la copita, con una sonrisa en sus labios,
luego bebérsela de un solo trago, mientras me traspasaba con una marida sumamente
amenazante, su sonrisa luego de retirar el vaso de sus labios desapareció y su
mirada y su rostro se transformó en uno temible. Me miró con puro odio, lo cual
provocó que mi corazón empezara a latir rápidamente, haciéndome sentir mucho
miedo, aquello no estaba siendo normal, era evidente de que no debía ser pura
coincidencia el hecho de que me lo haya encontrado en dos lugares en menos de
una hora. “ese hombre… me había estado siguiendo”.
_ ¡Alice!... -traté de gritarle, pero lo que me salió fue un jadeo
lastimero-.
Alice de inmediato se giró a mí, pero yo no podía apartar la mirada de
aquel tipo que me miraba con gesto de odio y desprecio. Volví a sentir la misma
sensación del baño, mi estómago me avisó de una fuerte nausea, pero en vez de
vomitar, sentí que mi cuerpo se iba debilitando, y fue increíble como la música,
aunque era lenta estaba sonando alta y de momento se fue desvaneciendo en el
fondo, mientras que mis ojos fueron poniéndose acuosos hasta al punto de sentir
que todo se puso negro, la ultima imagen que pude distinguir antes de perder el
conocimiento fue a aquel señor, que me miraba fijamente.
Edward Pov.
Esto no iba a ser vida para mí. La verdad si no me mataba, el no poder
estar a su lado, lo iba a terminar haciendo la maldita ansiedad que me estaba
carcomiendo en el pecho. “Esto está mal, muy mal…” me decía en voz alta cada 1
minuto, mientras recorría mi habitación de acabo a rabo. Miré mi reloj. Eran
las 4:30 de la madrugada y no había logrado pegar un ojo en toda la noche. El
que Bella no me tomara las llamadas desde la tarde, ni contestara mis mensajes,
me estaba matando de la ansiedad. La conocía, y sabía que no iba a aceptar esto
así por así. Gruñí mientras me dejaba caer sentado en la cama, llevándome la
mano al pelo. ¿Cómo rayos iba a acercarme a ella?... necesitaba verla, aunque
sea unos segundos. Sabía que en estos momentos, debía estar durmiendo y sería
algo muy arriesgado el ir hasta su habitación. ¡Maldita sea Charlie Swan!...
¡maldita sea toda esta situación y por lo que nos estas obligando a pasar!... escuché
el sonido de mi celular, el cual vibraba sobre una de las mesitas de noche,
este giraba y eso producía un sonido como al de las abejas, fruncí el ceño al
recordar la hora, me sonreí al imaginar que solo podía tratarse de ella, solo
ella podía estar llamándome a estas horas. Como desquiciado lo tomé.
_ Hola…
_ Edward… -dijo Rosalie del otro lado y aquello me hizo ponerme de pies,
una alarma azotó mi cuerpo-._ ¿Rosalie eres tú?... -dije con duda-.
_ ¿Te desperté?... -dijo ella con preocupación-.
_ NO, Rose… dime… ¿Por qué llamas a estas horas?...
_ Waaow, Edward… ¿Cómo te digo?... Bella está aquí en mi pub… y la verdad no está nada bien…
_ ¡¿Qué?!... -dije mientras sentía que se me iba la vida-.
_ Si, ha venido con Alice… al parecer habían estado quien rayos saben donde, pero ha venido muy tomada… aquí se ha puesto mal… inclusive… -escuché atentamente mientras buscaba al mismo tiempo mis zapatos, y la ropa que me iba a poner, ya que estaba en boxers-. Perdió el conociendo…
_ Rayos!!... -dije con rabia-.
_ Habla incongruencias y está bastante perturbada… llora mucho y solo te llama a ti… Alice y yo no sabemos que hacer…
_ No se aparten de ella ni un solo segundo… en unos minutos estoy allí, Rosalie…
_ Ok…
_ Rose… -dije antes de que me colgara-.
_ ¿Si?...
_ Por favor… no te apartes de ella un solo segundo… hazlo por mí…
_ Ok, Edward… pero ven rápido… que me está logrando sacar de los nervios…
Cerré el teléfono. Mientras me las ideaba para llamar a Jasper y vestirme
al mismo tiempo. Este si estaba durmiendo.
_ Oye, despierta y ponte algo… Bella no está en la casa blanca… vamos a
salir…
_ ¿Cómo que no está en la casa blanca… qué hora es Edward?..._ ¡Oyeee… -dije sin paciencia-. Es de madrugada y Rosalie me acaba de llamar para decirme que Bella está en su pub y que está mal!... ¿me vas a acompañar?...
_ Claro…
.
..
Tomé mi volvo y junto con Jasper me vi estacionando en el local de Rosalie.
Volé del asiento y corrí como loco hacia dentro, dos oficiales se interpusieron
en mi camino justo en la puerta.
_ Disculpe, señor… pero no puede entrar absolutamente nadie… ya está
cerrado…
Me apreté el puente de la nariz.
_ Me están esperando… soy Edward Cullen…
_ Está. Cerrado… -dijo el gorila despacio como si yo fuera retrasado y
aquello me disparó la ira, haciendo que empujara al tipo con rabia, los dos
inmediatamente sacaron su arma de fuego y apuntaron justo mi cabeza-._ ¡Ey, Ey!... -gritó Jasper quien se acercaba corriendo a nosotros, yo tenia una rabia, que no me importaba elevármeles encima aunque no estuviera armado, la verdad solo me estaban retrasando de tiempo-. ¡Maldita sea, Edward… identifícate!... -me gruñó a mí y miró los tipos enseñándole su placa, yo había salido tan de prisa que no llevaba nada conmigo-. Somos Oficiales de la Casa Blanca… y se nos ha llamado para buscar a la hija del Presidente que se encuentra enferma…
Vi que uno de los malditos, verificó con cuidado la placa de Jasper y esto
me hizo bufar de impaciencia. Ellos se quitaron de nuestro camino y yo me
apresuré a entrar, no sin antes fulminarlos con la mirada. De inmediato divisé
a Rosalie quien estaba parada hablando con un señor. El local estaba
completamente vacío.
_ Rosalie… -dije caminando rápidamente hacia ella y esta giró y en cuanto
me vio, la vi relajar su cuerpo-.
_ Edward… -dijo dándome un beso en la mejilla-._ ¿En donde está Bella?... te pedí que no la dejaras sola…
_ Tranquilo. Bajé porque sabía que estabas al llegar… Alice está con ella…
_ Llévame con ella, por favor… -estaba sumamente ansioso-.
_ Hablamos mas tarde, Oliver… -dijo mientras lo despedía con la mano y me tomaba de la mía-. Vamos, es en el tercer piso.
Dijo mientras me guiaba a una esquina en donde estaba un ascensor. Este
local era más grande de lo que me imaginaba.
_ Hola, Jas… -dijo Rosalie saludando a su hermano, él solo la miró, parecía
molesto con algo-.
_ ¿Qué es lo que tiene Bella, Rose?..._ Pues… -dijo ella mientras marcaba una clave y la puerta del ascensor se abría, los tres entramos-. Te dije, se desmayó… solo fue por un par de minutos, temo que se haya golpeado al caer, porque sin duda, desde que despertó solo habla incongruencias… al menos yo no entiendo de que habla… lo único que entiendo es que entre llantos solo pedía por ti… quise llevarla a la casa blanca, pero no se, parecía que el salir de la habitación la asusta… -miré a Rosalie mientras la notaba contrariada-.
_ ¿Asustada?... -dijo Jasper-.
_ Si… estuvo inconciente cuando uno de mis seguridades la trajo acá, despertó en la cama… y luego no ha querido salirse de ahí… ¿Qué rayos hacia Isabella solo por aquí?... -me dijo molesta-.
_ Pregúntale al imbécil de tu noviecito… -dije entre dientes con rabia y
con ganas de partirle la cara a mi hermano en cuanto lo viera-.
Abrimos la puerta, Rosalie entró primero y yo detrás. Jasper venía más
atrás aun.
Frené en seco, en cuanto la ví. Ni ella ni Alice nos habían visto. Bella yacía
acostada en un sillón largo en posición fetal, deduje que debía estar llorando
porque Alice estaba sentada cerca de su cabeza, en la orilla del sillón, le
acariciaba el pelo, mientras la consolaba. Su voz era apenas un susurro.
_ Tranquila, Bells… saca fuerzas para que te pares de ahí… debemos irnos…
-noté que Bella movió la cabeza negativamente de forma rápida-.
_ Isabella… -dije mientras daba otro paso y Alice giró su rostro hasta
donde yo estaba, y Bella se sentó en el sofá de golpe-.
Esto mató un poco de mí. Su cara estaba totalmente descompuesta, su piel
lucia sumamente pálida, sus ojos irritados y sus mejillas mojadas. Ella en
cuanto me vio jadeó mi nombre con fuerza. Mientras al mismo tiempo se apeo del
sofá y corrió hacia mi, yo también me moví rápido hacia ella, cuando llegó a
mí, dio un pequeño brinquito, aferrándose a mi cuerpo, su abrazo fue fuerte, yo
también la abracé, mientras enterraba mi nariz en su cuello.
Su cuerpo levemente se agitaba. Ella se aferró de mi cuello, mientras yo
con la palma de mi mano le acariciaba la espalda. Bella estaba temblando.
_ ¿Qué pasó amor?... -le dije sin apartarme de ella, quien seguía aferrándose
fuertemente a mi cuerpo-. ¿Por qué estas tan nerviosa?... -ella sollozó-. Shhh…
tranquila…
_ Edward… -dijo sin soltar su agarre-. Tengo miedo… tengo mucho miedo…_ Estoy aquí, princesa… no tienes que temer…
La sentí suspirar. Sus piernas perdieron un poco las fuerzas y yo la sujeté
de manera que pude cargarla y volverla a llevar al mueble. La recosté un poco.
Cuando la acosté noté que sin duda estaba temblando. Las lágrimas corrían por
sus mejillas, ella me sujetó fuertemente la mano. Busqué sus ojos.
_ ¿Qué pasa Isabella?... ¿Por qué estas así?...
_ Allá abajo hay un señor… estoy segura que me estuvo siguiendo toda la
noche… -yo fruncí el ceño, mientras apretaba mas fuertemente su mano-.
Bella se notaba no solo vulnerable, si no también demasiado nerviosa… su
aspecto era otro punto, no me gustaba para nada. Sus manos temblaban y su voz
salía algo baja y temblorosa.
_ Edward… ese señor me miraba con odio… me mandó una bebida… y yo me la
tomé… -dijo poniéndose más histérica aún-.
_ Shhh… -dije y le solté las manos, llevando ambas mías, a cada lado de su
rostro. Busqué su mirada, tratando con ello de tranquilizarla-. Debes
tranquilizarte… respira…
_ Ed..ward… -hablaba entre sollozos-. Tengo miedo… no quiero que te apartes
de mí… solo contigo me siento protegida… segura… no te alejes, por favor… tengo
mucho miedo…
No aguanté más y la silencié con un beso en sus labios, un beso de tocada,
mientras acariciaba con una de mis manos su pelo.
Uní nuestras frentes. Mientras ambos tragábamos las respiraciones del otro.
_ Te amo… -me dijo ella y sentí que mi pecho se infló-.
Yo la abracé fuertemente. No podía evitar sentirme tenso, por lo que Bella
me había contado hacía un momento. Pero estaba obligándome a relajarme, por lo
menos en este momento, Bella estaba demasiado nerviosa y debía tranquilizarla.
Mis brazos se aferraron mas a su delgado cuerpo, y hundí mi cabeza en su pelo,
llenándome de ella, sentía la mirada de todos detrás de nosotros, pero Bella y
yo estábamos metidos en nuestra burbuja personal. Burbuja que explotó en el
momento que sentí que Bella puso sus manos en mi pecho y sacando una fuerza
sorprendente en ella, puso sus manos en mi pecho y me empujó con tal fuerza que
no solo me apartó de su cuerpo, si no que logró sacarme del sofá, caí de nalgas
en el piso, eso a ella no la inmutó, yo con los ojos como platos, la ví ponerse
la mano en la boca y salir corriendo hacia un esquina del lugar, en donde había
una puerta que supuse que sería la del baño. Ella entró y al escuchar que se
fue en vómitos, reaccioné parándome del suelo y corriendo hacia el baño, sentí
pasos detrás de mí, cuando llegué al baño y vi a bella prácticamente abrazando
al escusado, corrí y me agaché a su lado y con mis manos recogí su pelo. Ella
ya no estaba vomitando, pero se aferraba fuertemente al escusado.
_ Ha estado vomitando desde que llegó a este lugar… -escuché el susurro de
Rosalie desde el marco de la puerta-.
Yo desde donde estaba agachado, fruncí el ceño y levanté lentamente mi
rostro para girarlo y mirar a Rosalie quien me miraba desde la puerta del baño,
con una leve sonrisa amenazando por salir de sus labios, no veía la gracia.
Alice estaba detrás de Rosalie con cara de preocupación, mi mirada se fijó
nuevamente en los ojos de Rose, quien me
miraba tan fijamente. La conocía bastante bien, para saber, que ella estaba
viendo algo que yo no estaba viendo. Aparté mi mirada de golpe de Rosalie ya
que Bella volvió a retorcerse y volvió a vomitar.
.
..