LA HIJA DEL PRESIDENTE

lunes, 23 de julio de 2012

CAPITULO XXXVI.

PESADILLA

Edward estaba sentado en la sala, mientras que la señora Cope a su lado parada lo miraba fijamente, mientras se preguntaba “¿Qué rayos estaba pasando?”. Ya que Edward ignorando todas sus preguntas, la había dejado con la palabra en la boca y con los nervios de punta. Era evidente que el chico estaba sumamente nervioso, sus manos levemente temblaban y cada segundo de manera inconciente se pasaba las manos por el pelo. Sin duda alguna era un tic nervioso de su parte. Sabía que sus manos temblaban porque lo había visto más de mil veces teclear su celular y llevárselo a los oídos. Estaba llamando a alguien insistentemente. Tanya y Jessica ambas desde una esquina de la gran sala le miraban al igual que la señora Cope. Luego de unos minutos la señora Cope respiró al escuchar que Edward estaba hablando con alguien por el teléfono.
_ Alice… -dijo Edward entre dientes, su voz sonó sumamente tensa-.
_ Hola Edward… -susurró Alice desde el otro lado, debido a que estaba en el instituto y en horas de clases-.
_ ¿Te ha llamado Isabella?... -Dijo Edward mientras que internamente le rogaba la respuesta que esperaba-.
_ No… -dijo Alice con duda y notó que su profesor le estaba fulminando desde su escritorio, por lo que optó por regalarle una sonrisa picara y pararse de su asiento-. Dame un segundo Edward… -Edward la escuchó decirle al profesor que era una emergencia familiar y a los 10 segundos ella había dejado de susurrar-. ¿Qué sucede?... -dijo Alice en cuanto se vio fuera del aula-.
_ Isabella… -Edward cerró los ojos fuertemente mientras se ponía de pies, se llevó la mano al puente de la nariz-. Salió de la Casa Blanca con el Oficial Marcus…

_ La verdad algo no me huele bien… estuvo donde Carlisle y me dice mi padre, que Marcus la sacó de allí casi arrastras… no ha llegado a la casa y no me contesta el bendito celular… le he llamado más de mil veces, timbra pero no lo toma…
_ Tranquilo… yo también le voy a llamar… no te preocupes Edward… sabes como es Isabella… tal vez dejó el aparato tirado por allí… no es raro en ella…
_ Si sabes de ella no dejes de avisarme…
_ Por supuesto… -dijo Alice-.

Y ambos cerraron al mismo tiempo. Edward volvió a marcar el número de Isabella y detuvo su caminar de golpe, al ver que en el tercer timbrazo por fin habían tomado el jodido aparato. El alivio que sintió su cuerpo al relajarse, fue sublime. Su voz salió sumamente bajita y aliviada.

_ Dios, Bella… por fin tomas el teléfono… me tenías de muerte… -dijo desde que sintió que habían tomado la llamada, pero se quedó estático al ver que ella no le respondió-. ¿Bella?... -le llamó, sabía que alguien tenía el aparato, la respiración se escuchaba, quito el suyo de su oído, para verificar si la llamada no se había caído, y los minutos seguían corriendo-. ¿Bella por que rayos no tomabas las llamadas?... -nada del otro lado-. ¿Bella?... -miró el celular nuevamente para darse cuenta, que la llamada se había caído y aquello lo puso a mil, la ira explotó en su cuerpo de tal manera que gruñó fuertemente e hizo el intento de lanzar el teléfono contra la pared, pero no lo hizo y se obligó a respirar-

Los sollozos de la señora Cope se comenzaron a escuchar en la sala, Edward se mordió el labio inferior con tanta rabia que sintió el sabor de la sangre en su boca. Sabía y se obligaba a tranquilizarse.

Sus manos fueron a su pelo y cerró fuertemente los ojos.

_ ¿Qué sucede?... -cuando Edward escuchó la voz de su hermano abrió los ojos de golpe y lo miró-.

Emmet venía entrando junto con Charlie Swan, Jasper y otro Oficial. Vio la cara que tenía su hermano y aquello le alertó casi de inmediato. Edward y él se miraron a los ojos.

_ ¿Qué sucede?... -dijo Charlie Swan-.
_ Isabella salió temprano con el Oficial Marcus… y no quiero preocuparlo, pero… -Edward tragó en seco-. Presiento que algo normal no está pasando… trato de localizarla y no me es posible…

Emmet y Charlie fruncieron el ceño al mismo tiempo.

_ ¿La llamaste al celular?... -dijo Charlie con duda-.
_ Si… -dijo Edward mientras se obligaba a tranquilizarse, porque el hecho de saber a Bella en problemas lo tensaba como el diablo, aquello era inexplicable-.

 Charlie y Emmet se miraron. Emmet volvió a mirar a Edward.

_ ¿Qué ves de extraño en que Bella no conteste?... -dijo Charlie con duda-. No es extraño en ella perderse… Carmen… -dijo mirando a la señora Cope-. Hágame el favor y llame a esa amiguita de Isabella, seguro que ambas andan juntas…
_ No lo están… -dijo Edward entre dientes, haciendo que todos le miraran, Edward le sostuvo fijamente la mirada a Charlie-. He llamado a Alice Brandon y dijo no saber de ella en el día de hoy…
_ Llamaré a Marcus… -dijo Emmet asimilando la preocupación de Edward. Algo fuera de lo normal podía estar ocurriendo, tomó su celular y bajo la fija mirada de los presentes buscó en su agenda telefónica y llamó-.

 El teléfono sonó, y a los 6 timbrazos cuando Emmet iba a cerrar, escuchó que le tomaron la llamada.

 _ Ordene… -dijo Marcus del otro lado, Emmet con el ceño fruncido habló secamente-.
_ Trae a Isabella a la Casa Blanca de inmediato… -dijo Emmet bajando la orden con carácter militar, hubo un silencio del otro lado-. ¿Me ha escuchado?... Isabella no tenía permitido salir de la casa blanca en estos momentos… usted lo sabía…
_ Ella quiso ir a visitar a su “suegrito”… -dijo Marcus con voz burlona-. Perdón… quise decir a su padre… y mi obligación era llevarla a donde ella me indicara, ya la conoce es tan terca e insoportable como su padre…

 Aquello hizo que Emmet, quien era el único que escuchaba, mirara de golpe a Edward. Edward también lo miraba fijamente, como si tratara de leer en los ojos de Emmet lo que le estaban diciendo del otro lado del teléfono.   

 _ ¿Qué está hablando?... -dijo Emmet súper molesto-. ¿Acaso no sabe de quien está hablando?...
_ Por supuesto, estoy hablando de la chiquilla más odiosa, presumida, insoportable e intolerable hija del presidente… OH espera, también olvidaba mencionar que es una puta de lo mas grande… capaz de revolcarse con su custodio, bajo el mismo techo que su padre… eso me parece interesante… algo además de fastidiosa debe de tener la muchachita… tal vez y hasta buena en la cama resulta ser… tal vez y salga de duda…

Emmet le interrumpió alzando mucho la voz.

_ ¡Hijo de perra, mas vale que traigas a Isabella a la casa blanca de inmediato… o si no…

Marcus le interrumpió gritándole también del otro lado.

_ Dígale al Presidente, que libere a Aro Vulturi y después hablamos… si es que se atreve hacerlo con tiempo… esta mocosa es súper irritable…

 Y la llamada se cortó. Emmet lentamente fue bajando el teléfono, mientras miraba fijamente a una pared. Estaba como en shock.

_ ¿Emmet?... -dijo Jasper quien era el que estaba más cerca de él-.
_ ¿Qué te dijo, Emmet?... -dijo Edward poniéndose sumamente nervioso al ver que el color del rostro de su hermano había desaparecido-. Emmet habla por favor…

Emmet miró a Charlie.

_ El Oficial Marcus es… allegado de Aro Vulturi… tiene a Isabella Y…


Edward sin mediar palabra se acercó a la pared más cercana y se recostó de ella, no podía sostenerse casi en pies. Jasper disimuladamente se acercó a él. Charlie miraba a Emmet fijamente.

_ ¿Qué fue exactamente lo que dijo?...
_ Que no la traerá de vuelta hasta que no liberen a Aro Vulturi… -Emmet miró a Edward quien miraba fijamente a sus zapatos, nadie sabía el esfuerzo que estaba haciendo para controlarse-. Amenaza con hacerle daño… -Edward levantó el rostro de inmediato y miró a su hermano, Emmet se sorprendió al ver en sus ojos odio puro-.
_ Espero que estén conforme… -dijo Edward entre dientes, haciendo que el padre preocupado le mirara, Jasper le susurró que callara, pero Edward no pareció escucharlo, con la misma mirada de odio miró a Charlie Swan-. Si… si lo que querían era protección para ella… lo arruinaron… la tiraron a las garras del lobo… -decía con la rabia contenida, conteniéndose para no gritar la ira que lo estaba carcomiendo-. Lo advertí, ese hombre nunca me cuadró, pero no me hicieron caso… -miró a Emmet-. Si a Isabella le pasa algo… solo espero que la conciencia no los mate…

Dijo Edward y como alma que lleva el diablo salió de allí, dirigiéndose a la puerta.

_ Edward!... ¿A dónde vas?... -dijo Emmet mirándolo con temor-.
_ A buscar la forma de dar con ella…

Charlie no emitió ni un solo comentario, el hecho de saber que su hija estaba secuestrada lo había dejado en un limbo.

_ Te necesito… -le dijo Emmet llegando a Edward quien se detuvo y lo miró-. Te juro que ese imbécil no va a tocarla, solo tenemos que movernos rápidos… y recuerda que tenemos los mecanismos suficientes para eso… vayamos a mi oficina… Jasper síguenos…

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 Al llegar a la oficina, Emmet de manera inmediata llamó al FBI para que de manera discrecional fueran a la casa blanca. Una vez allí todos reunidos, de inmediato a través de las celdas ubicaron el lugar en donde se encontraba el celular de marcos. Se hubieran movido más rápido si no fuera porque la primera dama retrasara el proceso con sus ataques de histeria.


_ Lo tenemos… -dijo uno de los agentes del FBI-. Vamos de inmediato…
_ Quiero que lo hagan lo mas discretamente posible… -dijo Charlie quien se veía demasiado abrumado-. No quiero que la prensa se entere de esto… lo menos que quiero en este momento es dar declaraciones…
_ Claro señor… -dijo uno de los agentes-.
_ Presidente… -dijo Emmet mirándolo-. Permita que mis mejores hombres participen en la búsqueda, por favor…
_ Has lo que sea necesario… -dijo la primera dama, con lagrimas en los ojos-. Solo por favor, tráiganme a mi niña de vuelta…
_ Edward, Jasper… vamos por Diego, Rodrigo y Jorge…

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Edward Pov.

Íbamos en el auto, siguiendo a varios autos del FBI, detrás de nosotros iba otro auto con oficiales de la presidencia. Íbamos en carrerita. Aproximadamente iban 6 autos, rumbo al lugar en que la celda satelital había indicado el punto en donde se encontraba el celular del Marcus. El de Bella fue imposible ubicar, ya que estaba fuera de servicio. En el auto, Emmet conducía, yo iba sentado a su lado y Jasper y Diego iban sentados en los asientos traseros.

_ Juro que lo voy a matar con mis propias manos… -dijo Emmet rompiendo el silencio-.  Ese infeliz… burló nuestra seguridad, nuestra confianza, y juro por mi vida que lo va a pagar…

Dijo Emmet a mi lado y el odio se escuchaba en su tono. Nunca lo había escuchado hablar con tanto resentimiento. Yo iba con mi mirada fija hacia el frente, mi mirada perdida, todos íbamos como oficiales, vestidos como tal y con los respectivos aparatitos en nuestros oídos. Mi mente estaba bloqueada. Solo ella acaparaba mis pensamientos. Momentos con ella me embargaban, haciendo que el dolor que sentía en mi pecho, me fuera intolerable. Si a Isabella le pasaba algo, sin duda alguna no lo iba a soportar, primero mataría con mis propias manos a cada uno de los involucrados y segundo acabaría con mi propia vida. No me creía capaz de soportar estar en un mundo en donde ella no existiera.

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Cuando vi que los autos entraron a ese sector, mi cuerpo se crispó como reacción inmediata.

_ Mieeerrrdaaa… -Jasper arrastró la palabra con horror-.

Imagino que al recibir el estado de alerta que yo… mis manos se volvieron puño. Miles de negocios y casitas de mala muerte cubrían estas calles, los niños y las personas se quedaban embelezados viendo la carrera de nuestros carros, tipos en las esquinas con muy mala pinta. Mis manos se volvieron puños.

_ Esto no me gusta para nada… -dijo Emmet entre dientes-.
_ Ni siquiera se como se llama este sector… -dijo Jasper con duda-.
_ Me voy mas lejos… -dijo Diego-. Ni siquiera sabía que existían lugares como estos en D. C.

 Escuchamos la voz del Oficial al cargo del FBI. Quien nos habló por el radito.

 _ Tenemos inconvenientes… ya estamos llegando, lo mejor será que tus hombres, Oficial Cullen, se queden en el vehiculo, los míos están especializados para la misión…

Los autos de alante se fueron estacionando, Emmet se estacionó justo detrás del que veníamos. Los oficiales armados, bajo la atenta mirada de todas las personas de aquel espantoso lugar, se tiraron armados en la calle, ellos iban vestidos de negros con uniformes, cascos en la cabeza y armas largas en las manos. Emmet no había logrado estacionarse bien cuando mi mano agarró el pomo de la puerta.

_ ¡¿Qué mierdas piensas hacer?!... ¿Acaso no escuchaste?...
_ Al coño con ustedes… -dije con rabia contenida y sacando mi arma me tiré del auto-.

Yo mismo iba a matar a ese infeliz de ser posible. Pero lo que vi no me gustó en cuanto seguí a los oficiales del FBI.

El auto presidencial, estaba estacionado debajo de un gran árbol. Frené de golpe al ver que más de 10 oficiales rodearon el auto en el que había salido Marcus esa mañana. Pues no había llegado hasta ellos cuando uno de los del FBI abrió el auto y todos se prepararon. El que lo había abierto gritó.

_ ¡Está vacío!...

Todos se acercaron. Yo me detuve y sentí que alguien me puso la mano en el hombro. Ni siquiera me moleste en girar a ver quien era. Porque lo sabía.

_ Tranquilo… la vamos a encontrar… -dijo Emmet-.

Yo guardé mi arma de fuego y me giré para caminar hacia nuestro auto. Dejando a Emmet parado mirándome fijamente. Caminé y juro por dios que mi cuerpo lo hacia por inercia. Debía tranquilizarme, debía poner de mi parte. Porque no podía dejarme vencer tan fácilmente. Jasper y Diego estaban parados junto al auto. Yo abrí la puerta de atrás y me monté. Tomando una postura de desesperación.

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Cuando llegamos de regreso a la casa blanca, todos nos sorprendimos al ver que la entrada principal estaba full de periodistas con cámaras fotográficas y cámaras de videos de canales televisivos. Cuando vieron nuestros autos, estos lo acapararon, gracias a Dios, la puerta principal se abrió, permitiéndonos la entrada.

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Llegamos al despacho presidencial. Cuando entramos todos se pararon y nos miraron. Tiré un vistazo a los presentes. Alice, estaba allí, sus ojos rojos e hinchados, pero eso no me sorprendió, lo que me sorprendió fue al ver a su lado a Rosalie, mi madre y mi padre, ellos estaban con caras largas y preocupadas. Mamá me miraba fijamente, su rostro era de dolor, miré para otro lado para notar la presencia de Jacob Black y sus padres. Jacob estaba recostado de la pared, con la mirada fija en nosotros. Estaba la señora Cope, quien en silencio lloraba sin cesar, estaban los padres de Isabella y unas cuantas personas mas que suponía tenían que ser allegados a la familia. Yo miré al presidente, quien miraba anonadado a Emmet. Aunque podía verlos a todos, haciendo mímicas, porque en realidad no los escuchaba, mi mente estaba procesando la información rápidamente.

“Marcus relacionado con Aro vulturis, eso quiere decir que existe un vinculo entre ellos, y que Aro puede saber en donde este infeliz tiene a Bella”.

_ ¿A dónde vas, Edward?... -escuché la voz seria de Emmet, y fue cuando me percaté que estaba caminando hacia la puerta, detuve mi caminar y me giré para mirarlo-.
_ Necesito ver a Aro Vulturis… estoy 100 % seguro que tiene la información que necesitamos…

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 Bella Pov.

Mis ojos lentamente se fueron abriendo. Y cuando lo hice, le pedí a Dios que solo se tratara de una pesadilla… Me encontraba en una habitación. Levanté la cabeza para fijarme en donde estaba encerrada. En realidad aquel cuartucho no podía ser llamado habitación.


Yo estaba tirada en el suelo sobre unos papeles que parecían diarios. La pintura de las paredes estaban horribles, la humedad del lugar hacía que ésta se desprendiera por pedazos y que se esparciera por el asqueroso piso, mis ojos empezaron a aguarse al recordarme lo que había pasado. A mi mente vino la mirada del Oficial Marcus. Y allí sentí una opresión en el pecho que me dificultó un poco la respiración. Me incliné de manera que quede sentada sobre los papeles y un sollozo involuntario salio de mis labios cuando recordé aquellos dos tipos con los que luchaba para que no me sacaran del auto. Mi mano, la cual temblaba fuertemente, subió hasta mi ojo derecho y al rozar la piel de allí sentí un pinchazo que me hizo estremecer y jadear de dolor. Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, mientras mi cuerpo algo adolorido se estremecía por los sollozos. La realidad golpeó en mí… “estaba secuestrada”… Edward… su imagen vino a mí de golpe.

 _ Edwarddd, Edwardd… -lo llamaba en apenas un silbido, esto no me hubiera pasado si el hubiera estado a mi lado-.

Dios!. Mi bebé… allí si no pude más. Mis manos fueron a mi vientre de manera protectora. No, no, no… esto no me podía estar pasando y menos ahora. Mi bebé corría peligro y noooo, no podía permitirlo. Llorando me puse de pies, lentamente porque mi cuerpo dolía un poco, seguro que por la lucha con esos dos tipos en el auto. Estaba descalza, mí vestido todo maltratado, mi pelo era un desastre. A pasos muy lentos caminé hacia la única puerta de metal que había y llorando cerré el puño de mi mano derecha y golpeé repetidas veces. No me importó que su material fuera de acero y que mi mano doliera como el demonio, lo único que quería era que alguien me sacara de allí de manera inmediata, mi bebe estaba en peligro.

_ ¡¡¡Por favor!!! -Golpeaba la puerta-. ¡Si alguien me escucha, por favor sáquenme de aquí, debo salir de aquí!!!

Mi llanto no permitió que siguiera pidiendo ayuda, pero igual seguía golpeando la puerta lo más fuerte que pude. Hasta que sentí unos murmullos del otro lado. Cesé los golpes y cuando escuché el murmullo del otro lado me aparté de la puerta y esperé que se abriera. Allí frente a mí, apareció un chico joven, estaba vestido jovial, jeans, franela, cazadora y una gorra hacia atrás. Cuando me vio una sonrisa inmensa se dibujó en sus labios, mientras al mismo tiempo me daba una mirada lasciva por todo el cuerpo.

_ Eyy, la princesita por fin despertó… waaoow, ¿Cuánto llevabas sin dormir?...

Fruncí el ceño.

_ Por favor… déjeme salir de aquí… debo regresar a mi casa…
_ A pesar de la facha que cargas… te ves preciosa… -volvió a mirarme descaradamente, yo de manera instintiva retrocedí un paso hacia atrás-.
_ ¿Qué rayos quieren de mí?... -dije con rabia, mi mano ardía, la ira comenzó a consumirme-. ¿Por qué me tienen aquí?... ¿no se dan cuenta lo que han hecho?... los van a encontrar y todos quedarán muy mal parados…
_ Muy poco le importa a mi jefe lo que pueda pasar… claro, luego de que entienda que le jodió la vida a Charlie Swan, como se la jodieron a él…


Mis ojos se abrieron enormemente. No me había dado cuenta que estaba temblando de frío hasta que mis brazos trataron de cubrir mi cuerpo.

_ No me hagan daño… -le rogué-. Yo necesito salir de aquí… -comencé a llorar dejando salir lo vulnerable que me sentía en este momento. Es cierto que siempre estaba revestida de una coraza, pero esta con la presencia de mi bebé había desaparecido, ahora me sentía capaz de cualquier cosa solo por protegerlo-. Si me dejas salir de aquí te prometo que no te pasará nada… yo me encargo de que no existan cargos contra ti, prometo hacerme cargo. Por favor… -noté que en el rostro del muchacho apareció una duda y eso me permitió sentir una pizca de esperanza-. Por favor, yo necesito regresar a mi casa… tengo que ver a Edward…
_ Lastima mi reina, pero de aquí no sales hasta que no dejen en libertad a Aro… porque él mismo es el que quiere vengarse de Charlie… dudo que vuelvas a ser la misma luego que todo esto termine… claro si es que dejamos algo de ti, porque no solo a Marcus le prometió divertirse contigo, si no también a mi compañero y a mí… -cuando lo vi romper a reír a carcajadas, mi angustia se convirtió en odio y rabia-.
_ Malditos infelices… Edward los va a encontrar y cuando eso suceda va a acabar con todos ustedes, eso seguro…
_ ¿Quién es Edward?... ¿Tu custodio, al que Marcus dice que te tirabas bajo las narices de tus padres?... también me encantó saber que eres una niña traviesa… y con experiencia… tranquila te vas a divertir… no sabes lo bueno que es hacerlo con más de una persona a la vez…

Y allí apareció la Isabella Swan de siempre, sin darme cuenta me había acercado a ese infeliz y en un segundo mi mano se estrelló con su mejilla tan fuerte, que mi muñeca dolió como el demonio, no llegué a reaccionar porque recibí un golpe en la mejilla que me lanzó al suelo y lo que ocurrió allí me dejó sin conocimiento. Sentí que cuando caí al suelo unos puños sujetaron fuertemente mis cabellos desde la raíz y tiraron de ellos hacia arriba, el dolor me hizo gemir y llorar, mis manos trataron de pegarle pero era imposible. Veía todo borroso, la persona tirándome del pelo trataba de levantarme, pero mis piernas no tenían fuerzas. Escuchaba su voz llamándome con palabras ofensivas a las que no les prestaba atención, mi cuerpo dolía fuertemente. Cuando notó que mis piernas no se sostenía me arrastró por el piso y luego con rabia tiró mi cabeza hacia atrás, haciendo que esta se golpeara fuertemente con el piso, “mi bebé”. Traté de llevarme mi mano al vientre, solo quería que ese tipo se fuera, pero no llegue a cubrírmelo bien, cuando sentí un golpe contundente en mi barriga que me hizo botar el aire de golpe y allí lo perdí todo, sentí que mis fuerzas se fueron, y casi todos mis sentidos. Me sentí en un limbo doloroso. Solo lo escuché susurrar en mi oído “Tranquila, estarás bien… justo como te necesito, lo suficientemente conciente para sentir, y lo suficientemente incontente para resistirte y hacer ruido. Será rapidito, con las ganas que te traigo no creo durar mucho” y allí fue que sentí que el tipo me abrió las piernas, y en realidad aunque sentía sus manos, no tenia fuerzas de moverme.

Me abandoné a lo que sabia que vendría en ese momento. Me odiaba por ser débil, por dejarme vencer tan rápidamente, pero mi cuerpo no reaccionaba, ni siquiera mis ojos podían abrirse, todo estaba totalmente negro.

_ ¿Cómo está?... ¿Qué es lo que tiene?... -pude escuchar esa voz a través de mi somnolencia y aunque traté de obligarme a reaccionar no pude-.
_ Debemos de sacarla de aquí de inmediato…

Una mano acarició suavemente mi rostro, y el calor que emanaba en ella me hizo perderme, la sombra negra se fue tornando en blanca. Unos labios se acercaron a mi oído.

_ Tranquila, mi amor, vas a estar bien… te lo prometo… te voy a sacar de aquí…
_ Edward… -dije en balbuceo-.
_ Shhh… -dijo Edward en mi odio, y juro por lo mas sagrado que hice el esfuerzo por abrir los ojos, pero estos pesaban demasiado, sentí el sabor amargo y a oxido subir por mi garganta, sin duda alguna un liquido comenzó a salir de mi boca, sangre… debía estar vomitando sangre-.
_ ¡Sácala ya, Edward!... -gritó la voz desesperada de Emmet-.

 Y allí no supe más de mí.

AQUI DE NUEVO. POR NADA DEL MUNDO ABANDONARIA LA HISTORIA.
ESPERO TU COMENTARIO.

sábado, 26 de mayo de 2012

ADELANTO...

Dios, que dolor siento por haberles fallado por tanto tiempo. Pero les juro que esto no estuviera sucediendo, si no se debiera a inconvenientes que he estado pasando en el trabajo, que no me han permitido sentarme frente a mi ordenador. Espero que me entiendan y que no estén molestas conmigo, pero es que siento que este capitulo es tan importante que requiere tranquilidad y tiempo suficiente para que quede como espero. Pero haré en cuanto esté en mis manos para actualizar esta semana. Debido a mi tardanza he preferido dejar el adelanto por esta vía, porque la verdad me siento fatal con ustedes. Pero tranquilas prometo compensarlas… ya estoy trabajando en el Capitulo.

BESOS Y ABRAZOS Y UN MILLON DE GRACIAS POR TODOS SUS HERMOSOS COMENTARIOS, SON GRANDIOSAS…

NOS ESTAREMOS LEYENDO RAPIDITO, PROMETIDO.



ADELANTO DEL CAPITULO XXXVI.

El teléfono sonó y a los 6 timbrazos cuando Emmet iba a cerrar, escuchó que le tomaron la llamada.

_ Ordene… -dijo Marcus del otro lado, Emmet con el ceño fruncido habló secamente-.

_ Trae a Isabella a la Casa Blanca de inmediato… -dijo Emmet bajando la orden con carácter militar, hubo un silencio del otro lado-. ¿Me ha escuchado?... Isabella no tenía permitido salir de la casa blanca en estos momentos… usted lo sabía…

_ Ella quiso ir a visitar a su "suegrito"… -dijo Marcus con voz burlona-. Perdón… quise decir a su padre… y mi obligación era llevarla a donde ella me indicara, ya la conoce es tan terca e insoportable como su padre…

Aquello hizo que Emmet, quien era el único que escuchaba, mirara de golpe a Edward. Edward también lo miraba fijamente, como si tratara de leer en los ojos de Emmet lo que le estaban diciendo del otro lado del teléfono.

_ ¿Qué está hablando?... -dijo Emmet súper molesto-. ¿Acaso no sabe de quien está hablando?...

_ Por supuesto, estoy hablando de la chiquilla más odiosa, presumida, insoportable e intolerable hija del presidente… OH espera, también olvidaba mencionar que es una puta de lo mas grande… capaz de revolcarse con su custodio, bajo el mismo techo que su padre… eso me parece interesante… algo además de fastidiosa debe de tener la muchachita… tal vez y hasta buena en la cama resulta ser… tal vez y salga de duda…

Emmet le interrumpió alzando mucho la voz.

_ ¡Hijo de perra, mas vale que traigas a Isabella a la casa blanca de inmediato… o si no…

Marcus le interrumpió gritándole también del otro lado.

_ Dígale al Presidente, que libere a Aro Vulturi y después hablamos… si es que se atreve hacerlo con tiempo… esta mocosa es súper irritable…

sábado, 12 de mayo de 2012

CAPITULO XXXV.

¡SORPRESAS!

 Bella Pov.

No solo me tenía de los pelos, el hecho de la extraña llamada de Carlisle hacía unos minutos, sino el hecho de que el imbécil de mi custodio, me miraba muy seguido por el retrovisor, su mirada me inquietaba bastante, el tipo me miraba sumamente serio.

_ ¿Qué tanto me ve?... -dije y mi tono fue acido. Él dejó salir una sonrisa-.
_ A usted… ya entiendo la fascinación de Cullen por usted… o mejor dicho de los “Cullen”…

Yo abrí los ojos como platos, este se estaba pasando.

_ ¿Qué quiere decir?... -dije entre dientes-.
_ Que es una niña sumamente hermosa…
_ ¿Me está faltando el respeto?... -dije sin creer mis propias palabras, él se sonrió y me miró directamente a los ojos, a través del retrovisor del auto-.
_ ¿Le molesta cuando Edward Cullen lo hace?...
_ Maldito infeliz de mierda… a ver que opina mi padre de esto…
_ Ja!... -soltó una carcajada y enseguida se puso serio-. También muero de curiosidad por saber que opina su padre de muchas cosas…

Y sentí como el color abandonaba mi rostro. Esto era el colmo… la mala espina que me causaba este hombre eran ciertas… tenía que hablarlo con Edward… iba a donde Carlisle y de inmediato volvería a la casa blanca… a este hombre no lo quería cerca de mí.

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Llegamos al hospital y me desmonté sin esperar que el imbécil me abriera la puerta del auto presidencial. Muchos ojos curiosos se me quedaron viendo cuando entré al hospital, sentía los pasos del Oficial Marcus detrás de mí, para mi tranquilidad mental, traté de olvidarlo. Me acerqué a información y pregunté por el consultorio del doctor Carlisle Cullen. Me informaron que en el quinto piso, y enseguida busque el ascensor. Al llegar al piso, me sorprendí, este hospital era sumamente lujoso. Había un pasillo inmenso, con sillas sumamente finas, y un escritorio a una esquina en la cual se encontraba una chica. Yo me acerqué a ella, y noté que la chica me miró con los ojos sumamente abiertos. Yo le sonreí.
_ Hola… el Dr. Cullen me está esperando…
_ Si, señorita Swan… pase… -dijo ella y de manera torpe inició el camino hacia una puerta la cual estaba un poco mas detrás de ella, cuando sentí los pasos de Marcus detrás de mí, frene mi caminar y me giré, él me miró con duda-.
_ Espere aquí… -le ordené-.
La joven me abrió la puerta, yo le sonreí y entré. El consultorio de Carlisle era inmenso, tenia todo lo que un consultorio debía llevar, pero muy bien decorado y con mobiliarios de lujos. Él estaba detrás de su escritorio mirando su laptop, pero en cuanto me vio, una sonrisa se dibujó en sus labios, él miró detrás de mí.

_ Que nadie nos interrumpa, Heidy…
_ Si Dr… -escuché la puerta cerrarse detrás de mi, Carlisle se acercó y me saludó con un beso en la mejilla-.
_ Isabella, hola… lamento haber llamado a tu celular, pero me fue imposible comunicarme con de Edward… no sabía que Esme lo tenia, igual… ven acá…

Me tomó de la mano, y me llevó a una salita que estaba en su consultorio, bien decorada, el blanco de los muebles era reluciente. Él me invitó a sentar. Y cuando lo hice, noté que se devolvió a su escritorio, bajo la fija mirada de mis ojos, lo vi abrir una gaveta y sacar un sobre blanco. Volvió acercarse a mí, y note, que había cambiado, porque Carlisle se había puesto sumamente serio. Se sentó de frente a mí, con el sobre en la mano, haciéndome a mí ponerme seria también.

_ Ayer… estabas algo inconsciente… no se si te acuerdas que fui a examinarte…
Yo fruncí en ceño.
_ Nana me dijo que usted estuvo por allí…
Carlisle me miraba tan serio, que me estaba poniendo nerviosa.
_ Edward me pidió que… te examinara… tomaste una bebida desconocida y él quería descartar, supongo que hayas consumido cualquier tipo de droga…
Mierda, mierda, mierda…
Me dije interiormente, sabiendo que la seriedad de Carlisle al hablarme no presagiaba nada bueno… miré el sobre en sus manos, y luego lo miré a él. Noté que bufó y se paró de golpe del mueble, explotando.
_ ¡Me importa un carajo que Edward se enfade conmigo, por desquitármela contigo!... -yo dejé de respirar, ante el repentino enfado de Carlisle, nunca imaginé ver algo así-. ¡Rayos es que debí esperar que él viniera aquí, debí verlo a él primero, tú igual solo eres una niña, pero maldita sea, él, él y Él es el maldito adulto que debió protegerte de esto!... -dijo sacudiendo el sobre que tenía en la mano-. Rayos… -se dijo para si mismo y miró el techo del consultorio, yo lo miraba con los ojos sumamente abiertos, al parecer él estaba tratando de controlarse, su respiración estaba agitada, se agarró fuertemente el puente de la nariz y supe de quien Edward había heredado ese tic, luego de unos segundos me miró y al ver supongo que mi cara de horror, puso cara de preocupación-. Te asusté… -se confirmó entre dientes-.
_ ¿Qué pasa?... -dije en un susurro, sin querer pensar qué podía decir ese papel que estaba en su mano… ¿acaso existía alguna bebida la cual podía traer como consecuencia una muerte contundente en menos de 48 horas?-.
_ ¿Quieres ver el resultado?...-dijo bastante serio, mirándome a los ojos, yo solo moví la cabeza positivamente y él me extendió el sobre, mis manos temblaban cuando traté de abrirlo y cuando lo hice, noté que era una hoja llena de resultados, los cuales no entendía-
_ No entiendo… supongo que debes explicarme algo… -dije y miré a Carlisle-.
_ Isabella… Edward me mencionó que últimamente no te estabas sintiendo del todo bien, por lo que quise profundizar tus estudios… y te hice varias pruebas.
_ ¿Y bien… qué tienes que decirme… estoy enferma?... -dije con duda y preocupación-.
_ Según los resultados que obtuve… me dicen… que estas embarazada… 
Y allí no supe más de mí. Entré en un trance que solo había vivido en una ocasión, cuando era pequeña. Era algo inexplicable. No perdía el conocimiento, pero si me apartaba de la realidad. Mi mente de manera inmediata voló a aquel día… lo ví tan rápido, como si se tratara de una cinta de video que fuera corrida a cámara rápida. El día de mi cumpleaños, aquella noche, la mejor de mi vida, cuando Edward y yo mantuvimos relaciones sexuales por primera vez, recordé la manera en que le presioné para que accediera a tener relaciones sexuales conmigo y como fue la única vez después de esa noche, que vi mi periodo menstrual, el cual fue totalmente irregular. Me di cuenta que para este mes, ya no la había visto, resoné los días de agotamientos, sueños y mareos, que estaba viviendo frecuentemente, y que decir de la manera en que vomité la bilis aquella noche luego de recuperar el conocimiento, luego de haberme desmayado… ESTABA EMBARAZADA DE EDWARD
_ Isabella, Isabella… -escuchaba la voz de Carlisle llamándome a lo lejos, pero no podía despertar de mi aturdimiento, ¡por dios Estaba embarazada… estaba esperando un bebé de Edward, un pedacito de él y de mí crecía en mi vientre!-. ¡Isabella!...
Miré a Carlisle quien estaba sumamente preocupado.
_ ¿Estoy Embarazada?... -dije entre dientes-.
Él seguía bastante serio.
_ Si lo estás… y aunque esté muy enojado con Edward por su irresponsabilidad, quiero que sepas que te apoyo en esto… pueden contar conmigo para lo que sea… se que lo que se les va a venir encima no es nada fácil…
Y allí mi menté volvió a traer recuerdos de aquella noche. Lo insistente y manipuladora que fui con Edward, solo con tal finalidad de hacer mi cumpleaños inmemorable. Recordé perfectamente como aquella noche me le entré a escondidas a su habitación, y como una vez allí me sentí rechazada por Edward y producto a ello, me sentí humillada y cómo Edward en contra de su voluntad, procedió a hacerme el amor, de la manera más extraordinaria del mundo, solo para demostrarme que él también me deseaba de la misma manera que yo a él. Pero cuando recordé aquello, la peor parte de esa mañana, sentí una opresión en el pecho que me empezó a dificultar la respiración. Recordé aquella mañana, la cara de angustia de Edward y la manera en que se pasaba frecuentemente las manos por el pelo. Nuevamente escuché sus palabras, como si él la estuviera repitiendo en este preciso momento de nuevo:
_ Bella… no te protegí… puede que te haya dejado embarazada…
_ Tranquilo, Edward… mi periodo menstrual no tarda en llegar… soy bastante regular y…  No estoy en época fértil… -recordé como su rostro se fue relajando-.
_ Perdóname… Perdóname… te juro, que por nada en el mundo volveré a cometer una estupidez como esa…
_ No importa, Edward… al fin de cuenta, si eso hubiera sucedido, la responsabilidad no iba a ser tuya, yo he sido la que he presionado para esto…
_ ¿Qué dices?...
_ Será mejor que me de un baño… Ya amaneció… ¿Podrías ir a tu auto y ver si entre los regalos encuentras algo de ropa que me pueda poner?...”
Estupidez” así habías calificado esto que estaba sucediendo… dos lágrimas cayeron en mis mejillas de manera automática.
_ Isabella… debes de calmarte… -escuché a Carlisle decirme, mientras me tomaba de las manos-.
_ Edward… -dije en un susurro, miraba hacia el limbo, ni siquiera miraba a Carlisle, quien se había sentado a mi lado-.
_ Lo llamaré para que venga… necesita saber esto…
_ ¡No!... -miré a Carlisle de golpe y este me miró con horror…-. No, no, no se lo digas… -le supliqué-. ¿Prométeme que no se lo vas a decir?... deja que yo lo asimile primero, por favor…
_ Isabella… -Carlisle estaba tenso-. No me pidas eso… Edward debe enterarse de esto… además no es todo… llevas una anemia increíble, que de manera urgente debes de tratarte…
Fruncí el ceño. Las lágrimas seguían cayendo en mis mejillas. Mis manos fueron a mi bajo vientre. Lo que me esperaba era fuerte… porque la verdad… no iba a permitir que por nada del mundo, este embarazo perjudicara por ningún motivo a Edward… él no era el responsable de esto… me vino a la mente, Reneé, Charlie, Emmet…
_ O Dios!... -Jadeé mientras me llevaba ambas manos a mi rostro-. Prométemelo, por favor…
_ Tranquila, está bien… te lo prome… -y allí fuimos interrumpidos-. 
_ ¡Isabella!...
Escuché el grito de mi custodio desde la puerta, cosa que provocó que Carlisle y yo nos paráramos de inmediato y nos giráramos, Marcus estaba parado en la puerta mas blanco que un papel, su rostro era un poema.
_ Disculpe, Dr… -dijo la secretaria de Carlisle, quien entraba apresurada al consultorio-. Al señor no le importó que le dijera que no podía interrumpir y entró a la fuerza…
Miré a Marcus molesta, pero fruncí el ceño al notarlo algo nervioso y apresurado.
_ ¿Qué rayos ocurre Marcus?... -dije furiosa entre dientes-.
_ Señorita… acabé de recibir una llamada de la Casa Blanca… debemos retirarnos de inmediato…
_ ¿Qué ocurre?... -dije yo, ahora bastante nerviosa-.
Vi a Marcus titubear con duda.
_ Debemos retirarnos “AHORA”…
Me ordenó, dejándome boquiabierta. Miré a Carlisle.
_ Déjame acompañarte… -me dijo él y pude ver la preocupación en su cara, mis manos empezaron a temblar al imaginarme lo peor, Edward estaba allí-.
_ Vamos… -le dije a Carlisle-.
_ UN momento… -solo di un paso cuando escuché el tono enfadado del Oficial Marcus, le miré y este miraba de manera irrespetuosa a Carlisle-. Usted no puede ir con nosotros…
_ ¿Qué Rayos se está creyendo?... ¿Acaso olvidó que quien da las ordenes soy yo?...
Dije molesta.
La actitud del oficial no me estaba gustando. Pareció cuadrarse más y me fulminó a mí con la mirada.
_ Acaban de decirme que la lleve a usted a la Casa Blanca y eso es lo que estoy tratando de hacer, no se ponga difícil señorita, porque si lo hace soy capaz de llevarla a rastras si es necesario…
Mis ojos se abrieron como platos, este maldito infeliz me las iba a pagar, se la estaba luciendo porque estábamos frente de Carlisle, y por supuesto yo no iba a mentarle la madre como se lo merecía. Maldito infeliz, hasta hoy ibas a estar trabajando en la casa blanca.
_ Vamos Carlisle… -dije mirando de manera retadora a Marcus-.
_ No, no, no Isabella… -escuché a Carlisle decirme a mi lado, yo ni le miré, ya que no apartaba mi mirada de Marcus, quien también me miraba retadoramente-. Has lo que él te dice… ve… y no lo retrases… más tarde me comunico contigo… ve niña… ve con él…
.
.
.
Edward Pov.
_ ¿Qué sucede, muchacho?... -me dijo Charlie, una vez que estuvimos en el despacho, Emmet, Jasper, él y yo-.
_ Algo no me cuadra del Oficial Marcus… no considero que deba custodiar a su hija…
_ ¿Quién debería custodiarla… tú?... -dijo y escuché el sarcasmo en su tono, yo le miré bastante serio-.
_ No necesariamente deba ser yo… aquí hay miles de Oficiales a su servicio… -miré de reojo a Emmet, quien cruzado de brazos me miraba-. Creo que el Oficial Marcus es el menos indicado para estar al lado de su hija… miré lo que sucedió anoche…
Vi como Charlie suspiró fuertemente, y en silencio caminó de manera lenta hacia su silla detrás del escritorio y se sentó llevándose ambas manos a la cara y restregándosela por unos segundos. Luego me miró fijamente. Yo le sostuve la mirada fijamente y luego lo ví mirar a Emmet. Tardó unos segundos en hablarle.
_ Emmet… NO quiero ver a ese hombre cerca de mi hija… reubícalo en otra parte…
El alivio que sentí al escuchar eso fue tan fuerte, que suspiré de manera audible. Miré a Jasper y este me sonrió de manera disimulada.
_ ¿A quien designo como custodio de su hija, señor?... -dijo Emmet-.
_ Al que consideres más capaz para el puesto… -dijo Charlie mirando fijamente a mi hermano-. No me importa quien sea, solo quiero que mi hija esté sumamente protegida… es lo único que me importa… -me miró a mí de reojo y luego se puso de pies-.
_ Ocuparás de nuevo el puesto, Edward… -dijo Emmet y yo asombrado le miré de golpe-. Confío que en tus manos Bella está sumamente protegida… solo que considero que no es apropiado que hasta que se resuelva todo esto, Isabella salga de la casa…
Yo solo afirmé con la cabeza. Porque me estaba conteniendo de sonreír de la felicidad. Bella se iba a poner tan feliz cuando supiera la noticia que le tenía. En ese momento, el celular de Emmet sonó, lo ví mirar a la pantalla y al ver quien le llamaba frunció el ceño.
_ Es el FBI… -dijo mientras tomaba la llamada, Charlie le miró interesado, todos mirábamos a Emmet-. ¿Si?... OH, Agente Benjamin… ¿alguna noticia?...
Vi a Emmet abrir los ojos de manera asombrada y una sonrisa se dibujó en sus labios.
_ ¿En serio?... ¿Tan rápido lo han allanado?... -habían allanado a Aro, una sonrisa se dibujó en mis labios, la sonrisa en los labios de Emmet se fue desapareciendo y escuchó, los nervios me estaban matando y aunque Emmet escuchó por minutos, sin siquiera interrumpir al que le hablaba, a  mi me parecieron horas-.
_ Bien… agarren a ese infeliz… ya apareceré con mi equipo por sus oficinas… hablamos… -y cerró el celular, para mirar a Charlie, quien esperaba que le informaran-. Tienen a Aro Vulturi, allanaron su casa, dicen que en principio se les complicó un poco las cosas, pero que ya lo tienen arrestado… le han encontrado muchísimas mas fotos de Isabella en su estudio…
_ Infeliz… -dijo entre dientes Charlie y yo me tensé con la mención de Isabella-. Al menos ya lo tenemos… yo personalmente le daré un visita…
_ Jasper, irás con nosotros… -dijo Emmet y luego me miró a mí-. Quédate y ocupa tu puesto al lado de Isabella… aún no es recomendable que salga de la casa blanca… más que nunca la quiero bajo este techo… -dijo Emmet y por primera vez estaba 100% de acuerdo en obedecerlo-.
.
.
.
Mierda!... -me dije furioso-. ¿En dónde carajos se había metido esa muchachita?... llevaba bastante rato buscándola y nada de dar con ella, mi última opción era preguntarle a la señora Cope. Cuando esta me dijo que no la había visto desde que se despertó, empecé a preocuparme… ella había dicho que no saldría de la casa, se lo había prometido a Charlie, yo le había creído cuando lo dijo. Bufé y cuando pensé en llamarla al celular, en ese momento sonó el mío. Al ver el numero de Carlisle tomé la llamada, con ganas de gritarle a mi padre por haberme dejado esperando su llamada ayer.

_ Papá…
_ Hijo… ¿Qué está pasando?...

Dijo y su voz sonaba bastante preocupada, yo fruncí el ceño.

_ ¿Cómo?...
_ ¿Qué esta pasando en la Casa Blanca?...
_ Nada… ¿Por qué?...
Un silencio del otro lado me hizo dudar, pensando que la llamada se había cortado.
_ ¿Carlisle… sigues ahí?...
_ Diablos… -me sonreí al escuchar a mi padre maldiciendo, nunca pensé vivir para verlo-_ Edward… Isabella estuvo aquí… -dijo y mi sonrisa desapareció de golpe de mis labios- Prácticamente acaba de irse con ese oficial que la custodia ahora. El tipo estaba sumamente apresurado, prácticamente amenazó con arrastrarla al auto si no se iban de inmediato, dijo que algo había sucedido en la Casa Blanca, que le habían ordenado llevarla de manera inmediata a la Casa Blanca… ese tipo estaba sumamente nervioso…
_ ¡Mierda, padre, ¿Y dejaste que se fuera con é?!... -grité y como estaba en el pasillo que salía de la cocina eso hizo que las chicas salieran apresuradas, yo estaba furioso, tanto que sentía que iba a colapsar-.
_ ¡¿Qué querías que hiciera, él era su custodio, yo no sabia que estaba pasando?... -me gritó mi padre del otro lado-. Y dijo que no podía acompañarlos!...
_ ¡¿Te ofreciste?!... -grité de nuevo, ahora asustándome-.
_ ¡Claro que lo hice, el oficial estaba tan nervioso que temí que estuviera pasando algo!...
_ ¡¡Que me lleve un demonio!!... -grité con furia-.
_ ¿Qué sucede Edward?... -dijo la señora Cope en mi espalda, con voz temblorosa-.
Yo ignoré lo que mi padre estaba escuchando, mientras que lentamente me apartaba el aparato de mi oído, mi mente trabajaba a mil por horas, estaba relacionando todo de una manera rápida.
“Era evidente que el tipo sabía de mi relación con Bella y a pesar de eso, nunca dijo nada”. Nuevamente recordé aquella vez en la que hablamos por primera vez, en donde había manifestado
“_ Al parecer… fue buena idea, el que Emmet te designara como custodio de la chiquilla, ella parece menos rebelde… Sabía que no era tan desagradable como todos los Oficiales la pintaban… nadie quería hacerse cargo de su seguridad… solo yo me ofrecí al puesto… Estaba casi seguro que me designarían a mí… pero tu apareciste de la nada… Pero gracias a dios que Emmet te eligió a tí, has hecho muy bien tu trabajo… eres demasiado joven… pero eres demasiado bueno en lo que haces, muchacho… te felicito…” al recordar aquello, recordé lo poco que me gustaba ese tipo, recordé el día del cumpleaños de Bella y cuando lo encontré en el parqueo junto a ella, estaba tan asustada. Y algo vino de nuevo a mi mente… “él había escuchado al FBI, sabía que iban a allanar a Aro Vulturi, por eso estaba tan asustado… su padre había dicho que el tipo estaba sumamente nervioso, y eso solo se debía a que… en ese momento… estaban allanando la casa de Aro Vulturi”
_ Mierda… -dije entre dientes sumido en mis pensamientos-. Alguien de la Casa Blanca estaba pasando la información, y las fotos de Bella… era… “Marcus”… él estaba liado al enemigo…

Bella Pov.

Automáticamente caí en el asiento trasero del auto, olvidé lo furiosa que estaba con el infeliz del tal Marcus, ya que me había sumergido en un  letargo casi de inconciencia, debido a lo abrumada que me sentía. Estaba a punto de perder los estribos. El auto arrancó y yo recosté mi cabeza del espaldar del asiento y miré el techo. “Estas embarazada”… aquello provocó que mi pecho se oprimiera, no sabía que sentir, si estar feliz o estar triste por la noticia. Mi mano fue a parar a mi bajo vientre y lo acaricié por encima de mi vestido. “Dios, estaba embarazada”… tener un bebé de Edward era algo que provocaba en mi cierta felicidad, lo deseaba y ya sentía que lo amaba… pero el saber que a su vez era algo no deseado por Edward eso me partía el corazón, él no quería algo así. No iba a aceptar algo así, estaba casi segura… para él debía ser solo un error, algo que por su descuido sucedió. Dos lágrimas corrieron en mis mejillas al darme cuenta cual podía ser la reacción de todos ante esta noticia. Recordé las palabras que Emmet le había gritado a Edward el día de mi cumpleaños… “_ ¡¡¡¡MALDITO INFELIZ, ERES UN BRUTOOO… ¿Cómo se te ocurre decir eso?... cuando te asigné su custodio, era para que la cuidaras y protegieras, no para que la sedujeras, eres un maldito bastardo, cuando te agarre voy a acabar contigo, te voy a enseñar lo que es RESPETAR!!!!... ¡Te advertí que te alejaras de ella, que crees que estas haciendo, maldita sea, no eres más que un estúpido que está poniendo su carrera en juego, ¿no era esto lo que soñabas ser?... estas echando todos tus sueños y tus esfuerzos por la maldita borda… ¡Ellas es trabajo, por dios… como pudiste involucrarte sentimentalmente con la Hija del Presidente!...”  Emmet lo iba a matar… lo iba a responsabilizar de todo, seguro que Charlie lo iba a despedir y Reneé, ella solo se iba a encargar de hundirlo… las lágrimas corrieron por mis mejillas, porque me sentía 100% egoísta con este asunto, había súper jodido la carrera de Edward, lo había destruido y lo que más me pesaba, era que él menos que nadie, se merecía esto, porque solo llegó a mi vida para iluminarla, para darme soporte emocional, para hacerme una persona distinta… reconocía que con la llegada de Edward a la Casa Blanca, no solo me había cambiado mi vida, si no también me había cambiado a mí. “Te amo con todo mi ser, mi amor… -pensé mientras sentía que me iba a ahogar- y no te mereces que te destruya de esta manera”… no puedo permitirlo…
 _ Llegamos, señorita… -escuché la voz de Marcus y lentamente fui abriendo los ojos, escuché la puerta del conductor abrirse y cerrarse mas fuerte de lo normal, giré mi rostro para mirar por la ventanilla y cuando ví en donde estábamos el corazón abandonó mi pecho de golpe-.

¿En donde rayos estaba?... desde dentro del auto, miré desesperadamente a mi alrededor. Era evidente que era un barrio súper peligroso. No se veía a nadie en la calle de ese lugar. Mi corazón regresó de nuevo a mi pecho, pero esta vez latiendo fuertemente dejando evidenciado que estaba en peligro. Fue cuando vi que una puertecilla de aluminio, de una de las paredes de esos callejones, se abrió dejando salir a dos tipos, bastantes fuertes y con caras de asesino.
Trotaron hasta el auto y allí fue que pude divisar a mi “custodio” quien les ordenó de manera fría.

_Saquen a la chica del auto, yo voy a deshacerme del vehiculo, estaré con ustedes de inmediato.

Mis ojos se abrieron de golpe y rápidamente busqué mi celular, pero mis malditos nervios no me permitían marcar el número de Edward. Cuando pensé que lo mejor era soltar el aparato y bloquearle el seguro a la puerta, traté de hacerlo, pero los malditos nervios no me lo permitieron. El chico que tenia la gorra, comenzó a jalar el manubrio, por lo que tuve que soltar el celular, el cual se deslizó de mis manos y se fue por debajo del asiento, yo comencé a gritar como loca y aferré mis manos a la base de la puerta haciendo fuerza hacia adentro para que él no pudiera abrir la puerta, pero cuando escuché que la puerta del otro lado se abrió y el otro chico iba por mí. Me puse histérica y me removí en el asiento, importándose que lo que llevara era una falda y con mis tacos comencé a dar patadas, provocando que se les pegaran unos cuantos a los dos tipos, que intentaban entrar al asiento trasero por mí. No iba a permitir que me pusieran las manos encima, le dí al de la gorra en un ojo y lo escuché chillar del dolor. Luego con una rabia desmedida entró su cuerpo al auto, y sin importarles mis golpes llegó hasta mi rostro, solo lo ví cerrar el puño y como si yo fuera un saco de boxeo insertó un golpe en mi cara, haciendo que mis piernas y brazos se detuvieran de inmediato. Todo se tiñó de un negro tan fuerte que me impidió volver a saber de mí.


WAAOOW. QUE BIEN SABER QUE TANTAS PERSONAS SIGUEN MI BLOGS. GRACIAS POR LEER.
PERDONEN LO CORTO DEL CAPITULO, PERO TENIA POCO TIEMPO Y PENSE QUE AUNQUE SEA CORTO USTEDES LO IBAN A APRECIAR, AL MENOS ESO ESPERO.

PRIGSPE, JOSELINA, ANTAREZ Y VALE. Gracias por sus lindos comentarios.

ANTAREZ: publico a final de cada semana, salvo algunas excepciones. Pero por lo general a final de cada semana actualizo la historia.





















sábado, 5 de mayo de 2012

CAPITULO XXXIV.

FBI…
Bella Pov.

Me sentía tan débil. Juro que no sentía ni fuerzas para caminar. Había vomitado hasta la bilis, y eso me había deshidratado demasiado rápido. Escuchaba los murmullos demasiado cerca de mí, y eso se debía a que estaba tirada en el largo sofá de Rosalie, con mi cabeza sobre las piernas de Edward, quien seguía acariciándome el pelo. No recuerdo ni siquiera como había llegado allí. Ya que de momento me sentí desvanecida en el piso del baño, y luego el piso duro, fue sustituido, por un sofá cómodo, y por unas manos que me acomodaron la cabeza sobre unas piernas, luego no paraban de acariciar mis brazos, mi pelo, mi rostro. Yo seguí con los ojos cerrados, la sensación de debilidad era increíble.

_ Está demasiada pálida… -susurró Alice y supe que también estaba cerca de mí-. ¿Edward no crees que sea conveniente que un médico la vea?...
_ No creo, está débil porque ha vomitado demasiado… -dijo Rosalie y ella estaba algo apartada, lo supe porque su voz se escuchaba más lejana que las demás-. Déjenla descansar… necesita una buena cama…
_ ¡¡Que carajo!!… -dijo la voz de Emmet, la cual se escuchaba lejana y bien molesta-. ¿Qué mierdas se creen esos energúmenos que tienes por seguridad, Rose?...
_ ¿Emmet?... -dijo Edward y lo sentí moverse debajo de mi cabeza, ya no sentí sus piernas, si no el mueble cómodo, ni siquiera quise abrir los ojos-. ¿Qué rayos haces aquí?... -la voz de Edward se escuchaba aterradora y ahora mas lejana-.
_ ¿Qué “rayos” haces “tú” aquí?... ¿acaso ya olvidaste que no eres el custodio de Bella?... antes de salir, debiste haberme llamado a mí, que soy el jefe de seguridad o al oficial Marcus…
_ Vete al demonio…

Sentí una mano acariciar mi frente. Y traté de abrir los ojos, la luz me molestaba. Aquellos delicados dedos seguían acariciando mi rostro.

_ ¿Qué es lo que no entiendes de lo que te expliqué?... te advertí que te alejaras de ella, que el Presidente te quiere lejos de ella… -dijo Emmet entre dientes-.
_ ¿Lo que quiere es joderla?... pues lo va a lograr… -dijo Edward y la rabia era evidente en su tono-. Bella volverá a lo mismo de antes, con la diferencia de que ahora tiene enemigos afuera… anoche un tipo la estuvo siguiendo, y estuvo tan cerca de ella, que hasta le brindó una bebida que ella recibió… ¿y quien la estaba custodiando?... “NADIE”… ¿es a esto a lo que quieren exponerla?... dímelo tú, porque ella a “mi” si me importa… y no voy a permitir que nada malo le pase…

Aquella información estaba llegando a mí de golpe… ese tipo seguro que era un enemigo… su odio en su mirada… su sonrisa cínica y el hecho de que estuviera siguiéndome toda la noche… me aterraba la idea de permanecer encerrada en la casa, pero ni modo… no quería pasar otro susto similar. Hubo un silencio de unos minutos.

_ Es recomendable que lleven a Bella a su casa… está temblando… -dijo Alice y me di cuenta, que a quien tenía cerca era a ella-.

 Sentí unos pasos acercándose a mí, a la vez que Emmet volvía a hablar.

 _ ¿Dices que a Bella la estuvo siguiendo un tipo?... -dijo interesado y en cuestiones de segundo escuché su voz cerca de mi rostro, solo que ahora me hablaba en un susurro-. Bella… -yo lentamente abrí mis ojos, y me topé con los suyos observándome fijamente, una sonrisa se dibujó en sus labios, mientras que su mano retiró el pelo que caía en mi frente y lo colocó detrás de mi oreja-. ¿Estas bien?... -yo le miré con preocupación-.
_ Tengo mucho miedo, Emmet… -le susurré y la sonrisa desapareció de sus labios-. Necesito a Edward a mi lado… solo con él me siento protegida…
_ Prometo resolver eso, mi reina… pero dime algo… ¿le viste bien la cara al tipo que te estaba siguiendo?... si lo ves… ¿lo reconocerías?...
_ Claro… -con mi respuesta, la sonrisa volvió a sus labios-.
_ Perfecto… eso es muy bueno… debemos ir a la Casa Blanca, ahora…
_ Me siento muy débil… -dije en un susurro-.
_ Apártate… -dijo Edward y me fijé como de manera brusca hizo que Emmet se apartara de mi lado, él se inclinó hacía mi, metió una de sus manos por debajo de mis rodillas y la otra por detrás de mi espalda y como si no pesara ni un kilo, me levantó en vilo. Yo llevé mis manos a su cuello y lo rodeé con fuerza, mientras enterraba mi cara en su cuello, inhalaba fuertemente su olor, mientras me obligaba a controlar las fuertes nauseas que volvían a atacarme. Me centraba en aspirar su olor, y noté que Edward aferró más fuertemente sus brazos, no como si quisiera sujetarme mejor, si no como si deseara abrazarme más fuertemente. Gracias a dios que sabia que no tenía nada mas que vomitar, ya que las nauseas eran tan fuertes que de seguro me hubiera ido en vomito ya. Lo que sucede es que el movimiento del caminar de Edward, no ayudaba para nada. Supe que Emmet caminaba al lado de Edward, cuando le escuché hablar en un susurro-.
_ Si logramos reconocer a la persona que estuvo siguiendo a Bella anoche y podemos determinar su vínculo con Aro Vulturi, creo que lo tenemos en nuestras manos, necesitamos pruebas que lo vinculen con el anónimo…

Mierda! Me odié por no estar en condiciones de preguntar, ¿De qué “anónimo” estaban hablando?. Luego ya preguntaría.

_ Sería un éxito… -dijo Jasper-.

Entramos en un ascensor y salimos.

_ Yo iré mas tarde a la Casa Blanca a ver a Bella… -dijo Alice-.
_ No te vayas aún, Alice… quiero hablar contigo… -dijo Rosalie-. Bells… mejórate…
-me dijo mas cerca, y yo no quise sacar mi cabeza del cuello de Edward, quien enseguida inició con su caminar nuevamente-.
_ Denme un segundo, muchachos… -dijo Jasper-. Ahora los alcanzo…

.
.
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Alice Pov.

Jasper no dejaba de fulminarme con la mirada y eso estaba logrando ponerme nerviosa. Cuando dijo que le dieran un segundo, supe que lo que quería era hablar conmigo, antes de irse. Edward, quien llevaba a Bella en brazos, fue el primero en iniciar su camino hacia la puerta, por la cual entraba el resplandor del sol mañanero. Waaoow, había amanecido. Emmet se giró hacia Rosalie y le rodeó la cintura, acercándola de manera brusca a su cuerpo, eso le causo gracia a Rose, porque ella dejó salir una risita picara. Él aunque estaba serio, no parecía de mal humor.

 _ Oye, debes decirle a esos tipos que tienes por seguridad que soy tu “hombre”… no voy a tolerar que deba enseñar mi placa para entrar al local de mi mujer…
_ Ufff, local que odiabas fuertemente… -dijo ella con ironía-.
_ Bien… tiempo “pasado”… debo irme… hay una investigación que debo iniciar… ¿te dije que te amo?...

Aquello era hasta meloso. Puse cara de asco, cuando vi a Emmet meter su lengua en la boca de Rosalie, volteé mi cara de golpe, aunque era preferible, quedarme viendo eso, a tener que ver ojos envenenados de Jasper. Nuestras miradas se toparon.

_ Ven acá…

 Dijo Jasper tomándome bruscamente de la mano y jalándome, en un segundo me vi en los pasillos que nos llevaban al baño.

_ ¿Qué demonios te pasa?... -le dije molesta-.
_ ¿Qué demonios te pasa a ti?... ¿en donde rayos se metieron anoche?...

Me alcé de hombros, ya que no le veía la importancia al asunto.

_ Solo fuimos a una Disco… a Bailar un poco…
_ ¿Bailar con otros chicos no?...

Mis ojos se abrieron como platos. Esto no me lo podía creer. Pero aunque debía molestarme, todo lo contrario, estaba loca por brincar en un solo pies.

_ Pues… es… lógico… -dije y lo vi tornarse morado de la rabia-. 
_ ¿Qué es lo que es lógico, Alice Brandon?... pensé que el hecho de que estuviéramos saliendo juntos…
_ Aguarda… -le interrumpí-. Que me “acueste” contigo, no quiere decir que estemos “saliendo”… ahora, si tu percepción es otra… seria buena que lo conversáramos, primero…

Dije esperando que me aclarara. Porque la verdad es, que a mi también me gustaba la idea de saber qué teníamos… el hecho de que Jasper me buscara todos sus domingos libres, y que nos acostáramos, no me hacía ver que hubiere nada serio entre nosotros. Con frecuencia hablábamos por teléfono, pero nunca habíamos aclarado nada. Y la verdad yo sabía que lo que estaba empezando a sentir por él, nunca antes lo había sentido por nadie. Quería saber cómo él veía las cosas. Ví que aunque me miraba a los ojos, su rabia se fue apaciguando.

_ Cuando Edward me dijo que Bella no estaba en la Casa Blanca, de inmediato supuse que estaría contigo… me enfureció el hecho de saberte en un lugar y que no me hayas comentado nada… como últimamente nos hablamos mucho por el celular…

Una sonrisa se dibujó en mis labios. Él seguía serio. Aunque me miraba fijamente.

_ Bella solo quería salir un poco y molestar a Charlie… no es justo que le haya quitado a Edward de su lado…
_ Charlie sospecha lo de Edward y Bella, Bella que le agradezca a Dios, que Charlie prefirió apartarlo de su lado y no echarlo de la Casa Blanca… están jugando con fuego… Bella está corriendo peligro, Charlie tiene enemigos que lo están amenazando con hacerle daño a Bella… -yo abrí los ojos como platos, ante esa información-. Tal vez y lo sea el mismo hombre que Bella vio anoche… así que por favor, Alice… coopera con nosotros, y mantén a Bella segura… ahora mismo no es tiempo de hacer ese tipo de berrinches… además… también me preocupa que corras peligro… porque si Bella lo está teniendo y tú estas a su lado, ambas están en riesgo… y yo no quiero que nada malo les pase…

Y yo me quedé sin habla… el celular de Jasper sonó en su bolsillo.

_ Debo irme… me están esperando… ven acá…

Y como yo seguía sin reaccionar, él puso su mano en mi nuca y acercó mi rostro al suyo uniendo nuestros labios en un suave beso. Yo tardé en reaccionar, lo hice, cuando sentí sus labios húmedos acariciaban los míos. Un beso dulce y delicado, su lengua delineó mi labio inferior, yo suspiré y le dejé profundizar el beso. Mis manos fueron a su nuca, y las de él rodearon mi cintura, mientras nos besábamos suavemente. Waaoww, los besos de Jasper eran inigualable, no entendía como aquel tipo que me enfermaba tanto, ahora podía gustarme de esta manera. A veces, me costaba hasta sacarlo de mi mente. Supe que su teléfono había dejado de sonar, cuando el maldito repiqueteo, empezó de nuevo. Culminamos el beso y él me miró a los ojos. Mientras me susurraba dulcemente.

 _ Promete que no volverás a desaparecerte de esa manera…

Yo sin poder apartar mis ojos de los suyos, solo moví la cabeza positivamente. Él sonrió ladeadamente.

_ Cuídate… y pórtate bien… mándame un mensaje cuando estés en tu casa… ¿OK?...

Yo como estúpida volví a mover la cabeza positivamente. Él se inclinó, me dio un beso de tocada en los labios, luego uno en la frente y se fue. Mierda!. Estaba jodida con este hombre. Porque si podía ser un tremendo “patán” cuando se lo proponía. También podía ser un tremendo “conquistador” si también así lo quería.

Emmet Pov.

Estaba sentado frente al guía. Esperando a que Jasper saliera. Edward iba en mi mismo auto, estaba sentado en el asiento trasero, con Bella recostada en el asiento, y con la cabeza sobre sus piernas, ella estaba con los ojos cerrados. Parecía dormida.

_ Me preocupa lo que ese hombre le haya dado de tomar… -susurró Edward y yo le miré a través del retrovisor, nuestras miradas se toparon-. La veo tan mal…
_ ¿Crees que un médico debería verla?... -le dije con duda, la verdad la chica lucía más pálida de lo normal-.
_ Llama a papá… -dijo Edward y su tono fue preocupante-. Llámalo y dile que vaya a la Casa Blanca… avísale a Jasper también, para que se apure… seguro que llegamos al mismo tiempo…

Hice lo que me dijo, igual no era mal idea… últimamente bella parecía mas debilucha que nunca. Llamé a papá, a quien solo le expliqué que fuera a la Casa Blanca a examinar a Bella, cuando quiso saber qué pasaba, le resumí lo que sabía, que Bella había tomado una bebida extraña y el comportamiento que estaba reflejando ahora. Fue suficiente para que mi padre no preguntara más y me dijera que en 15 minutos iba a estar en la Casa Blanca. Jasper cuando se animó aparecer se montó en el asiento delantero, a los oficiales que habían venido conmigo, le indiqué que se fueran en el auto que habían llegado Edward y Jasper.

Llegamos a la Casa Blanca, envueltos en un silencio sepulcral. Nadie dijo nada en todo el trayecto. Jasper estaba demasiado pensativo, Edward no apartaba su mirada de la Bella durmiente, lo sabía porque cada vez que miraba por el retrovisor, lo veía mirarla como idiota y yo, yo solo pensaba que si Bella me confirmaba quien la había seguido y era uno de los hombres del círculo primario de Aro Vulturi, lo teníamos en las manos. Por nada del mundo podíamos permitirle que volvieran acercarse de esa manera a ella. Sentí un escalofrío en mi cuerpo, al imaginar que mierda pudieron haberle dado de tomar a Bella…
.
.
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Detuve el auto en la puerta principal. Jasper y yo nos desmontamos al mismo tiempo. Cuando Edward salió yo me acerqué al mismo tiempo. Rayos, Isabella me estaba logrando asustar, ella trataba de abrir los ojos y no podía, era evidente que le pesaban.

_ Déjame ayudarte… -dije en un susurro, cuando vi que Edward trataba de sostenerla en pies-.

Para sorpresa de nosotros tres, ella reaccionó bruscamente, aforrándose a la solapa de la camisa de Edward.

_ ¡¡Noo!!... -dijo-. Edward… no te apartes de mí, por favor… -dijo y eso bastó para que Edward volviera a tomarla en sus brazos, ella volvió a enterrar su cabeza en el cuello de Edward, mientras se aferraba a él como si su vida dependiera de él-.

Jasper y yo nos miramos de reojo. Edward tenía una cara de preocupación alarmante. Inició su paso hacia la entrada de la casa. Cuando entramos, el jadeo de la señora Cope nos alertó a los tres. Ella corrió hacia Edward.

_ ¡Dios, dios… ¿Qué tiene mi niña… qué pasó?!...
_ Está mal… -dijo Jasper tenso-.
_ Edward… -dijo la señora Cope con temor-. ¡Anda llévala a su habitación, antes de que sus padres la vean!...
_ ¡Muy Tarde!... -todos miramos de golpe al escuchar la voz ronca y súper molesta de Charlie Swan, quien se estaba acercando a nosotros de manera rápida, pude notar que llevaba algo en la mano, cuando me fijé se trataba de un diario de circulación, la primera Dama quien tenia cara de pocos amigos le pisaba los talones a su esposo-. ¡Isabellaaa!... -gritó Charlie, y yo estaba en shock, estaba sumamente molesto-.
_ ¡Baje a mi hija, Oficial!... -le gritó la primera dama-.
_ Lo siento, señora… -dijo Edward de manera contundente, eso tenía él, nadie lo amedrentaba-. Pero la señorita está demasiado débil, no puede sostenerse en pies por si sola…

La señora rápidamente se acercó a Edward y de manera brusca tomó una de las manos de Isabella, que estaba rodeando el cuello de Edward y la jaló, como si su intención fuere desprender dicha extremidad del cuerpo de su hija, noté como Bella sostuvo más fuertemente su agarre en Edward y como mi hermano fulminó con la mirada a la señora y dio un paso hacia atrás, provocando que la señora soltara a su hija.

_ Le dije que no puede sostenerse en pies… -dijo Edward entre dientes y yo entendí que debía interferir, otro enfrentamiento entre Edward vs Reneé, no era lo más recomendable en este momento-.
_ Póngala en el piso ahora mismo, aparte sus manos de mi hija… -dijo Reneé entre dientes de manera amenazante hacia Edward, quien la seguía enfrentando con la mirada-.
_ Señora… -dije yo mientras me acercaba a ella, Charlie seguía mirando la escena-. Su hija está muy mal… necesita que un médico la vea…
_ ¡¿Qué médico ni médico dice?... la maldita borrachera es la que la tiene así…. ¿acaso no sabe todo el mundo que ésta chiquilla estuvo anoche en una Disco de pacotilla, bebiendo y bailando con hombres?... ¿acaso no sabe ya todo el mundo que esta estúpida chiquilla provocó una balacera en esa disco cerrada?... ya me tiene harta con todos sus escándalos!!... ¡Estoy hartaaa!... -gritó la mujer desesperada y yo miré a Edward con los ojos como platos mientras él me miraba noqueado, seguro por lo de “balacera”. Edward estaba sumamente tenso-.
_ ¿Qué es lo que tiene?... -dijo el presidente más calmado, haciendo que todos lo miráramos, incluyendo a su mujer-.
_ Me tomé el atrevimiento de decirle a mi padre que viniera a examinarla… -dijo Edward-. Está sumamente deshidratada, ha vomitado bastante y no tiene fuerzas ni de sostenerse…
_ Bien… -dijo Charlie-. Hágame el favor, Edward y llévela a su habitación, Cope acompáñelo, por favor. Luego que el médico la examine ya hablaré con ella…   

Edward no perdió tiempo y se fue hacia el ascensor, seguido por la señora Cope. La primera dama se giró horrorizada hacia su esposo.

_ ¿Vas a dejarle pasar esta?... porque te juro que yo “no”…
_ Tranquila… -le dijo Charlie quien estaba tenso, me miró sabiendo que yo quería hablarle-.
_ Anoche una persona estuvo siguiendo de cerca a su hija… -Charlie me miró con duda-. E inclusive le brindó una bebida a Bella que ella tomó… -Reneé dejó salir un jadeo, mientras se tapaba la boca con una mano, Charlie abrió los ojos desmesuradamente-. Bella dice que puede reconocer a esa persona, por lo que me voy a comunicar con el FBI, para que me ayuden a llevar el caso… a ver si Bella puede identificar a algunos de ellos…

Edward Pov.

La acosté en la cama, la señora Cope, enseguida empezó a retirarle los tacones, yo me puse de pies y la observé. 
Ella parecía desmayada. Mierdaa, tenía tantas ganas de explotar, de romper cosas y de gritar furioso. Quería gritarle a alguien… por un demonio… ¿Balaceras?... ¿Bebida brindada por un extraño?... ¿bailando con extraños?... ¿bebiendo con extraños?... Uyyyyy… me giré dándole la espalda… ¿Por qué tenia que pasar por esto?... ¿Por qué condenada mierda ella tuvo que haber salido la noche anterior?... me coloqué frente al tocador, y apoyé las palmas de mis manos en él para sostenerme… mi respiración estaba sumamente agitada. Y la rabia hervía fuertemente por la sangre que recorría rápidamente por mis venas… y ahora ella estaba tirada allí… de esa forma que me tenía sumamente preocupado… ¿Qué mierda pudo haber sido esa jodida bebida?...

Unos nudillos sonaron en la puerta, y la señora Cope se apresuró a abrir la puerta. Papá entró con su maletín. Yo le miré, él solo me miró de reojo.

_ Hola, hijo… -dijo mientras se dirigía hacia Bella, yo me quedé en donde mismo estaba, desde el tocador, sin emitir ningún comentario, vi a Carlisle hacer su trabajo-.


Carlisle se acercó a Bella, y de inmediato lo vi chequearle las pupilas, Bella parecía inconciente.

_ ¿Está inconciente, Doctor?... -dijo la señora Cope entre sollozos-.
_ No. Más bien, parece dormida… ¿Lleva mucho rato así?... -dijo Carlisle mientras abría su maletín y buscaba algo-.
_ Ha venido así… -dijo la señora al ver que yo no iba a contestar, la verdad no respondía si abría la boca, por eso preferí quedarme callado-.

_ Está deshidratada… Isabella… Isabella… -mi padre empezó a llamarla tiernamente-.
_ Uhmmm… -ella le contestó mientras se giraba de lado y se ponía en posición fetal, papá sonrió divertido-.
_ Solo está dormida… al parecer no durmió bien anoche… parece exhausta…
_ Carlisle… -dije sin moverme de mi sitio, Carlisle me miró-. Me gustaría que le tomes una muestra de sangre… ha tomado una bebida y no se… -dije mientras me pasaba la mano por la cabeza-. Quiero descartar cualquier cosa…

Papá frunció el ceño. Pero enseguida buscó sus utensilios para tomar la muestra. Vi como extrajo la sangre de la coyuntura del brazo de Bella. Ella estaba tan rendida que ni lo notó. Papá guardó la muestra y me miró.

_ Oye… ella puede que esté debilitada porque esté agotada… haremos lo siguiente, cuando despierte si sigue debilitada le voy a poner un suero intravenoso… vamos a esperar, ahora mismo llevaré la muestra… te informo de cualquier situación… ahora solo déjenla descansar… -miró a la señora-. Cuando despierte, por favor… dénmele mucho líquido…

_ Si, Dr… -dijo la señora Cope-.

Acompañé a papá hasta el ascensor.

_ En serio… no piensas medicarla… -le confirmé entre dientes, seguía igual de molesto-.
_ Aún no… vamos a esperar a que despierte y ver como se siente… ahora solo está durmiendo…

Tomé suficiente aire por la nariz, estaba bastante irritado aún.

_ Tranquilo… estas sumamente tenso hijo… ella está bien…
_ ¿Viste a Emmet cuando llegaste?...
_ Si, solo por unos segundos, aparentemente iba apurado a su oficina… iba con Jasper y el presidente…
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Cuando Carlisle se fue, yo me dirigí a la oficina de Emmet y sin tocar entré, ganándome la mirada de golpe de Emmet, Jasper, Charlie Swan y el Oficial Marcus. Yo me paré en seco.

_ Lo siento… -dije entre dientes-. No sabía que estaban reunidos…
_ No importa, Edward… -dijo Emmet mirándome con preocupación-. Acércate… igual eres de confianza…

Yo caminé lentamente y me fijé que en el centro de la mesa habían esparcidas una serie de fotos de hombres. Yo me senté y ellos continuaron en lo que estaban.

_ Este… -dijo Emmet señalando una de las fotos-. Es Cayo… como les decía, estos son el círculo fiel de Aro Vulturi… -dijo señalando las fotos, yo fruncí el ceño con duda, no entendía de qué estaban hablando, por lo que sin levantar mi cabeza, levanté solo mi mirada y me fijé en todos. Emmet con el ceño fruncido explicaba, Charlie y Jasper le atendían fijamente. Pero Marcus… el oficial estaba con el ceño fruncido, sumamente tenso y no se porque, pero mientras Emmet explicaba, dicho oficial lo fulminaba con la mirada, noté que cuando Emmet apartó su mirada de la foto, el tipo inmediatamente se relajó y se transformó de manera inmediata. Aparentando estar sumamente concentrado e interesado en lo que él explicaba. Aquello no me gustó para nada.
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El resto del día pasó sin novedad. Bella estuvo durmiendo todo el día. La señora Cope, me dijo que solo había despertado por unos minutos, en lo que tomó mucho líquido y volvió a dormir, al parecer estaba de mejor ánimos, porque la señora Cope me dijo que ella solo preguntaba si yo estaba enfadado con ella. Preferí no irla ver en todo el día, porque la verdad no lograba tranquilizarme. Una cosa que me molestó más, fue la maldita evasiva que me hizo Carlisle en todo el día. Siempre que lo había requerido, había estado. Pero hoy NO. Le llamé mil veces al celular y no tomó mis malditas llamadas, y cuando tomaron mi teléfono, fue su secretaria, quien me dijo que Carlisle estaba en una cirugía que le iba a tomar bastante tiempo. Supongo que de haber obtenido un mal resultado en el examen de sangre, ya nos hubiéramos enterado. Pero lo peor fue en la noche, cuando lo llamé a la casa, mamá me dijo que papá había llegado agotado y que se había ido a la cama de inmediato. Aquello me dejó sin habla por largos segundos. ¿Qué mierda fue eso?... allí estuve hablando largo rato con mi madre. Y hasta muy tarde de la noche, logré conciliar el sueño. Algo estaba afectando mi cabeza fuertemente. Las imágenes de ese Oficial, el tal Marcus, me estaban colando bastante. Recordé todos y cada unos de nuestros encuentros, y fue allí que llegué la conclusión de que ese tipo no me gustaba para nada. Por lo que no lo quería cerca de Bella por nada del mundo.    
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Bella Pov.

Abrí lentamente los ojos.
Sentía el cuerpo algo entumecido. Pero igual me removí en la cama… girándome mientras disfrutaba la comodidad de la cama y de las sabanas de seda. Cuando me di cuenta que no volvería a dormir. Me senté en la cama, llevaba la pijama puesta. Tomé mi celular que estaba sobre la mesita de noche y me fijé en la hora. Si había sueño desapareció cuando vi la hora. Las ocho de la mañana (8:00 a.m.) Waaoow. Casi dormí 24 horas. Me levanté de la cama asombrándome de lo ligera y bien que me sentía. Verifiqué el celular y “cero llamadas perdidas, ni mensajes recibidos”… Edward debía estar furioso por lo que escuchó a mamá decir… debía hablar con él y explicarle, ayer estaba tan exhausta, que ni fuerzas de hablar sentía. Me dirigí al baño y me paré frente al lavamanos, y observé mi rostro. Me veía patética, no solo pálida si no también con el pelo horrendo, preparé mi cepillo de dientes con pasta y me lavé los dientes, luego abrí la regadera acomodé el agua caliente, me desprendí de la pijama y entré. El agua estaba más exquisita que nunca, tomé mi shampoo de fresas y lavé mi pelo. La verdad perdí la noción del tiempo. Cuando me animé a salir, tomé mi toalla, sequé mi cuerpo, y luego con otra toalla escurrí un poco mi pelo. Envolví mi cuerpo con una toalla y salí del baño. Casi pego un grito cuando vi a Jessica arreglando mi cama y a nana recogiendo cosas. Ella al verme me sonrió tiernamente.

_ Luces mas recuperada hoy…
_ Buen día, nana… buenos días Jessica… -ésta última me miró algo asombrada y luego me sonrío tímidamente-.
_ Buenos días señorita… -dijo mientras tomaba las sabanas sucias y abandonaba de inmediato mi habitación, yo fui hacia mi armario y saqué que ponerme, empecé a vestirme.
_ Nana… ¿y mis padres?... -le dije con miedo a escuchar su respuesta, ella me miró de reojo mientras tomaba los instrumentos de alisarme el pelo-.
_ Tu madre furiosísima contigo… y a Charlie no le he visto hoy…

Eso me extrañó.

_ ¿Ni en el desayuno?... -siempre solía desayunar en la mesa-.
_ No. Hoy se excusó con tu madre… dijo que tenía algo muy importante que hacer… está reunido con Emmet y otros oficiales…

Aquello me hizo recordar el comentario de Emmet y el peligro que yo tomaba. Bien debía verlo.

_ ¿Y Edward?...
_ Está reunido con ellos también…
_ ¿No ha preguntado por mí?...
_ No.

La respuesta de nana fue contundente y aquello me preocupó.

_ Nana, ayúdame que quiero terminar rápido…

Nana me ayudó a alisarme el pelo, mientras yo me maquillaba un poco. Lo hicimos en tiempo record.
Cuando estuve lista. Tomé mi celular de la mesita y besé la frente de nana.

_ Hablamos mas tarde…

Cuando salí, frené mi caminar de golpe al ver al Oficial Marcus en mi puerta. Él me miró fijamente, haciéndome regresar de golpe a mi realidad, “Edward no estaba conmigo”. Lo fulminé con la mirada y él sin expresión alguna me sostuvo la mirada. Estaba mas serio de lo normal, aunque prefería esa actitud a esa sonrisa cínica e hipócrita que siempre me daba, la cual sin duda alguna, me hacia temerle. Me dirigí hacia el ascensor y lo sentí caminar detrás de mí. La verdad no soportaba a este tipo, me era más intolerable que Edward cuando inició su trabajo de custodio mío, y eso que es mucho decir. Me recosté de una de las paredes de ascensor, con la intención de mantenerme lo más alejada de dicho oficial, aunque no lo estaba mirando, sabia que él me estaba mirando fijamente.

Respiré hondo disimuladamente cuando las puertas del ascensor se abrieron frente a mí, salí lo más de prisa que pude, y bajo la atenta mirada de los oficiales que custodiaban la puerta del despacho de mi padre, entré sin siquiera llamar. Hecho que provocó que desde la mesa de juntas todos levantaran su mirada hacia mí. Grandioso, ahora todos me miraban. Primero miré a Emmet, a Jasper, a papá, habían dos señores más que no conocía y a él lo dejé de último.

Sin duda alguna estaba más guapo que nunca. Volvía a vestir trajeado y sumamente impecable, solo que su pelo, no estaba muy domado que digamos. Él estaba serio y me miró con sus ojos penetrantes, fijamente a los míos. Claro, luego de darme una breve mirada de pies a cabeza.
_ Oh!... despertaste… -dijo papá con ironía, haciendo que apartara mi mirada de los ojos de Edward y lo mirara a él, mi padre me miraba bastante serio y hasta molesto-.
_ Hola, papá…
_ Luces mejor hoy… -dijo él poniéndose de pies, y acercándose a mí lentamente-. Con mas color… ¿Cómo te sientes?...
_ Bien… -dije entre dientes, cuando ya lo tenía en frente-.
_ Isabella, tú y yo tenemos que hablar… sobre lo que salió en el periódico de ayer y sobre lo que hiciste en la madrugada de ayer… pero eso debe esperar un momento… ven acá… -me tomó de la mano, en la que no cargaba el celular y me llevó a la mesa de juntas, todos seguían mirándome-. Siéntate acá… -dijo ofreciéndome su silla, yo me senté mientras ponía cara de dudas-. Escucha… ellos son los oficiales Alistair y Benjamin, ambos son del FBI, y están haciendo una investigación profunda sobre tus atentados y sobre el extraño que dices haber visto que te había seguido en la noche de ayer…

Papá hablaba pausado, yo me quedé sin habla, ya que no se porque el hecho de asociar aquel extraño, con los dos atentados que había recibido anteriormente me hizo sentir mucho miedo. Mis manos se entrelazaron de manera nerviosa.

_ Hola, señorita… yo soy Alistair… -dijo el más joven de los dos-. Mientras habría un sobre largo que tenia en las manos-. El Oficial Emmet nos ha dicho que le manifestó reconocer a la persona que vió ayer noche… ¿es eso cierto?...

Solo moví la cabeza positivamente y de manera instintiva mis ojos fueron hacia los de Edward quien me miraba fijamente. Era evidente que estaba sumamente tenso. Miré a dicho oficial cuando volvió a hablar de nuevo.

 _ Tenemos unas fotos que queremos descartar… se la vamos a mostrar y solo nos va a decir a quienes reconoce de ellos, ¿le parece?...

Moví la cabeza positivamente. Y él de manera inmediata esparció unas fotos en la mesa, todos eran hombres, las fotos parecían ser solo seis. Yo enseguida reconocí a tres de ellos. Cosa que provocó que mis manos temblaran suavemente. Y mientras lo identificaba los señalaba con mi dedo índice.

_ Este es el chico del baño del Pub… -dije al reconocerlo bastante bien, la verdad lo había tenido muy cerca de mí, miré a Edward con temor-. Tú y Jasper también pueden identificarlos… -Edward de manera no muy perceptiva movió la cabeza positivamente, haciéndome entender que no estaba equivocada, tomé aire por la nariz y la boté por la boca-. Este… es el de la plaza… -Aliestar me sonrió un poco, supongo que se sentía bien al ver que acertaba, ellos ya tenían a esos dos-. Y este… -dije señalando a aquella persona que tanto me asustó la noche anterior, aquella que me miró con odio y me dio una bebida que estúpidamente había tomado-. Este es el tipo que me estuvo siguiendo ayer noche…

Salté en mi asiento, cuando escuché que alguien había golpeado la mesa con el puño, había sido Charlie, lo miré asombrada ya que el mismo, estaba sumamente pálido. Miré a Emmet quien me miraba con los ojos sumamente abiertos.

_ ¿Qué pasa?... -dije en un susurro, ya casi temblando-.
_ ¿Aro Vulturi le está dando casa personalmente?... -dijo Emmet sin creerlo-.
_ Hay que hacer algo inmediatamente… -dijo Edward siendo el primero en ponerse de pies, estaba sumamente molesto-. Esto no puede demorarse más…
_ Por supuesto… -dijo el tal Benjamin que no había hablado en ningún momento-. Tranquilo… -le dijo a Charlie-. Que la niña lo identifique es lo mejor que pudo haber pasado…ya lo tenemos…
_ Permiso… -todos giramos el rostro hacia la puerta para ver al oficial Marcus parado en ella, mirándonos con duda, su cuerpo estaba sumamente rígido-.
_ ¿Qué está haciendo ahí?... -dijo papá bastante molesto, Marcus puso cara de disculpa-. ¿Acaso no sabe que estamos en una reunión privada?... -miré a papá y este estaba sumamente molesto-.
_ Lo siento, señor presidente, es que como la señorita estaba adentro y soy su custodio, vine por si necesitaba algo…
_ Ja!... -papá dejó salir una carcajada irónica y rabiosa-. ¿Dentro de la casa blanca es que pretende hacer su trabajo?... no sea imbécil y proteja a mi hija cuando esté fuera de la casa… ahí es que ella necesita de su cuidado, dudo que le pase algo en un lugar en donde esté presente Edward, Emmet y Jasper… así que fuera de aquí…
_ Permiso… -dijo Marcus bastante serio y de inmediato abandonó el despacho-.

Hubo un silencio de un minuto cuando la puerta se cerró. Yo me fije en el rostro de todos y noté la tensión evidente en Edward, Emmet y Charlie.

_ Señor… -dijo Edward mirando a papá quien le miró con duda-. A mi me gustaría hablar con usted… -yo le miré con el ceño fruncido, pero él miraba a mi padre, quien le miró también con duda-. Es importante…
_ Nosotros nos vamos… -dijo Benjamin-. Vamos a buscar a Vulturi inmediatamente… iniciaremos con el allanamiento de morada…
_ Me informan de todo… -dijo Emmet poniéndose de pies-.

Noté como los dos oficiales del FBI se despidieron con un apretón de manos, a mi solo me sonrieron y se fueron…

Charlie me miró.

_ Isabella anda a entretenerte con algo por ahí… pero escúchame bien pequeña, necesito que me prometas que no vas a hacer nada indebido… si piensas salir de la casa blanca, por favor, no lo hagas sola… ¿si?...
_ Si… -dije y miré a Edward de reojo-. No pienso salir de la Casa Blanca hasta que esto no se resuelva-.

Dije seriamente, con la grata intención de que Edward también estuviera tranquilo.

_ Además no me agrada para nada ese Oficial Marcus… -agregué, papá me miró con duda pero pareció hacerme caso-. No lo quiero a mi lado, en vez de hacerme sentir tranquila, solo logra inquietarme… no me gusta para nada, papá…
_ ¿Qué pasa con él Bella?... -dijo Emmet con duda-. El Oficial Marcus, es uno de los Oficiales con más experiencias y años siéndolo en la casa blanca, nunca he tenido quejas de él…
_ Pues, pueden ser ideas mías, no se, pero la verdad no me gusta para nada su actitud… ni siquiera me siento segura con él… por eso no pienso salir mas de la casa blanca… ya que tampoco lo voy a ser sola… aunque muera por el encierro…

Mi celular empezó a sonar en mi mano, yo miré el número y era uno desconocido… fruncí el ceño con duda.

_ Me parece bien… -dijo Charlie-. Pero veré como puedo resolver eso… tampoco me parece justo mantenerte encerrada aquí… ve, sal que voy a hablar con Emmet… ahorita me paso por tu habitación y hablamos mas tranquilos…

Yo me sonreí, corrí a sus brazos y le di un fuerte abrazo.

_ Ok… permiso… -dije y me di la vuelta, no sin antes mirar a Edward quien me miraba fijamente, yo salí del despacho de mi padre, y miré a los dos oficiales que custodiaban la puerta, pero al girarme hacia el ascensor, vi que el Oficial Marcus estaba en una esquina hablando por su celular en susurros, al ver que yo le vi, cerró el celular de manera cortante, yo fruncí el ceño, pero mi celular en la mano, volvió a sonar, un número desconocido, sin dudarlo tomé la llamada-.
_ ¿Si?...
_ ¿Isabella?... hola, pequeña es Carlisle que te habla…

Una sonrisa se dibujó en mis labios…

_ Hola, Carlisle… ¿Cómo estás?...
_ Algo preocupado, niña… ¿Está Edward contigo?...
_ No. Está en una reunión con mi padre… ¿pasa algo?... -dije con duda-.
_ La verdad… -Carlisle se escuchaba bastante serio del otro lado-. Me gustaría hablar con ustedes de manera inmediata…

Aquello hizo que la sonrisa se borrara de mis labios. La preocupación volvió a mí.

_ ¿Pasa algo malo?... ¿Y Esme?...
_ Se trata de ustedes… necesito verlos… hablar con ambos…

Yo miré la puerta cerrada del despacho de mi padre y luego miré al Oficial Marcus quien me miraba fijamente desde lo lejos.

_ Edward ahora no puede… pero ¿puedo ir yo sola?...

Carlisle luego de pensárselo, tomó aire suficiente por la boca y la botó por la nariz.

_ Bien… te voy a estar esperando en mi consultorio… estoy en el George Washington university hospital… voy a ordenarle a mi secretaria que en cuanto llegues no te haga esperar…
_ Ok… estaré allí en minutos…

Y cerré la llamada. Mientras iba caminando de manera inmediata hacia el ascensor.

_ ¿Va a salir, señorita?...
_ Si… vamos a salir… sígame…
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AGRADECIMIENTO ESPECIAL PARA TODAS AQUELLAS PERSONITAS QUE SACAN SU TIEMPO PARA LEER MI HISTORIA. 
GRACIAS: MUCHII, JOSELINA, VALERIA, VALE, PRISGPE Y KATTY MEYER, UN MILLON DE GRACIAS POR SUS LINDOS COMENTARIOS...

GRACIAS X LEER
                BESOS Y ABRAZOS!!...